Nuestra respuesta: Solidaridad inquebrantable con el pueblo palestino

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Nuestra respuesta: Solidaridad inquebrantable con el pueblo palestino

Alberto San Juan, Rosa Regás, Teresa Aranguren, Magali Thill, Luís Nieto, Manuel Espinar, Alberto Arce, Santiago Alba Rico y Santiago González Vallejo

Sumido en el dolor y la consternación, el pueblo palestino está de luto por los recientes asesinatos de dos destacados activistas que trabajaban por romper el aislamiento y acabar con la ocupación de Palestina.

CSCA

Juliano Mer

Sumido en el dolor y la consternación, el pueblo palestino está de luto por los recientes asesinatos de dos destacados activistas que trabajaban por romper el aislamiento y acabar con la ocupación de Palestina. Juliano Mer Khemis, director de la película los Chicos de Arna, de madre judía y padre palestino, fue asesinado el 4 de abril en Jenín, una ciudad aislada y deprimida del norte de Cisjordania, situada a unos escasos kilómetros del Muro del Apartheid. En el campo de refugiados, Juliano, que solía proclamar que era 100 % judío y 100% palestino, dirigía el proyecto del Teatro de la Libertad.

Diez días más tarde, el 15 de abril, el activista italiano Vittorio Arrigoni, autor del libro Gaza. Seguimos siendo humanos, era encontrado muerto en la Franja de Gaza, asesinado por un grupúsculo salafista que había reivindicado el secuestro por youtube unas horas antes. Vittorio era uno de los impulsores de la Campaña Libertad para Gaza. Había entrado a este exiguo y sobrepoblado territorio asediado por Israel, en un barco junto a otros activistas en diciembre 2008, poco antes de que Israel bombardease e invadiera Gaza en la operación Plomo Fundido en la que murieron más de 1400 palestinos y palestinas, la inmensa mayoría civiles desarmados, al parecer impunemente. Vittorio reabrió entonces la sección de Gaza de la organización Movimiento de Solidaridad Internacional, que había sido desactivada en 2003 por el Ejército israelí tras los asesinatos de dos de sus integrantes: Rachel Corrie y Tom Hurndall. Había hecho propio el hábito de denunciar los crímenes perpetrados por Israel, y acompañaba a agricultores y pescadores palestinos en su faena diaria para documentar las vejaciones que sufrían. 

Las desapariciones de estos internacionalistas ocurren en un contexto político regional delicado e incierto para Israel. Las revoluciones en el mundo árabe han demostrado que la ciudadanía, los derechos humanos, los principios de igualdad, libertad y democracia no están, como se ha intentando hacernos creer en Occidente, reñidos con el mundo árabo-musulmán. Los levantamientos populares de Túnez y Egipto han acabado de invalidar el tópico según el cual Israel, obviando sus leyes racistas, fuera la única democracia de la ribera sur del Mediterráneo. Mubarak, el dictador peón de Israel y Estados Unidos está siendo procesado y todo apunta a que estará en breve detrás de las rejas.

El Presidente de la compañía FaceBook cerró recientemente a petición de las autoridades israelíes, un grupo facebook creado por jóvenes palestinos y autodenominado Tercera Intifada. A pesar de la censura y la represión, una decena de jóvenes que exigen la reconciliación entre el Hamas y el Fatah, siguen en huelga de hambre en el campamento que han levantado frente a la Muqata en Ramallah.

Mientras, la campaña internacional de Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel ha ido cobrando fuerzas en el mundo entero y la segunda Flotilla de la Libertad se está organizando para romper el bloqueo a Gaza  antes del verano. A pesar del apoyo incondicional de los gobiernos de Estados Unidos y de los europeos, ¿no estará el proyecto sionista preocupado por su devenir? ¿No coaccionó vilmente al juez Goldstone para que éste rebajase las conclusiones de su informe sobre los crímenes infligidos por Israel durante la Operación Plomo Fundido?

La indignación ante estos asesinatos no debe eximirnos de analizar este contexto, ni de hacernos las siguientes preguntas: ¿A quiénes les beneficia la muerte de dos destacados activistas contra la ocupación israelí? ¿Quiénes sacan ventaja cuando se amedrentan a defensores y defensoras de los derechos del pueblo palestino? ¿A quiénes les interesa que se debilite al movimiento de solidaridad internacional con Palestina? ¿Quiénes sacan provecho de la indignación que suscitan estos crímenes de origen fundamentalista? ¿Qué parte de la verdad nos es contada? ¿Qué otra parte sigue oculta?

La madre del propio Vittorio, que ha pedido que el cuerpo de su hijo sea repatriado por Egipto y no por Israel,  interpela la opinión pública en una carta abierta: “¿Hace falta morir para convertirse en héroe, para alcanzar la primera plana de los diarios, para que las televisiones se aposten delante de tu casa? ¿Hace falta morir para seguir siendo humanos? Me viene a la memoria el Vittorio de Navidades de 2005, encarcelado en la prisión del aeropuerto Ben Gurion, con cicatrices causadas por las esposas que le segaron las muñecas, sin contacto con el consulado porque se lo negaron, aquel juicio farsa. Recuerdo que en Pascua de ese mismo año cuando en la frontera jordana que está justo después de pasar el puente de Allenby la policía israelí lo detuvo para impedirle entrar en Israel, lo metió en un autobús y entre siete -una de ellos era una policía- lo pegaron "con arte", sin dejar señales externas, como buenos profesionales que son, tirándolo al suelo y dejándole en la cara, como última ofensa, el cabello que le habían arrancado pisándole con sus poderosas botas militares. Vittorio era un indeseable en Israel. Demasiado subversivo por haberse manifestado con su amigo Gabriel el año anterior junto a las mujeres y hombres de la aldea de Budrus contra el muro de la vergüenza, enseñándoles a cantar juntos nuestro canto partisano más bello: "O bella ciao, ciao.... ". No vi entonces televisiones”.

Consternados por estos odiosos asesinatos que tienen que ser debidamente investigados y castigados, los abajo firmantes queremos expresar nuestro pésame a las familias, amigos y amigas de Juliano Mer Khemis y Vittorio Arrigoni, pero también a toda la población palestina, que también es víctima de estos crímenes, porque tanto Juliano como Vittorio eran parte del corazón de la causa palestina. Ambos, Juliano y Vittorio. Representaban como pocos, la generosidad, la humanidad,  el coraje y la resistencia de ese pueblo al que tanto amaban. Como miles de activistas, pensamos que el mejor homenaje que podemos dedicar a su memoria es continuar denunciando como ellos lo hacían, los crímenes, asedios, encarcelamientos, actos de tortura, vejaciones y otros castigos colectivos que Israel inflige a miles de palestinos y palestinas que luchan por el fin de la ocupación israelí y una paz justa en Palestina.

Ante la desaparición de Juliano y Vittorio, nuestra respuesta es reafirmar nuestra solidaridad inquebrantable con el pueblo palestino.

Madrid, el 18 de abril 2011.

Firman:
Alberto San Juan, actor,
Rosa Regas, escritora,
Teresa Aranguren, periodista,
Magali Thill, directora de ACSUR-Las Segovias,
Luis Nieto, director de Paz con Dignidad,
Manolo Espinar, coordinador de la Campaña Rumbo a Gaza,
Alberto Arce, periodista,
Santiago Alba Rico, escritor y ensayista,
Santiago Gonzalez, miembro del Comité de Solidaridad con la Causa Árabe.