El infierno de los y las estudiantes de Universidad de Gaza

Claude Delfond

Israel hace caso omiso, como del informe Goldstone de la ONU que le acusa de crímenes de guerra y de posibles crímenes contra la humanidad. Pero lo más significativo del estrangulamiento israelí es su ensañamiento sobre la educación. Es difícil hacer creer que la educación de la población palestina de Gaza constituye una amenaza la seguridad israelí. La razón no es exclusiva de este conflicto. Desde siempre los opresores se esfuerzan en mantener a sus esclavos en la ignorancia

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Traducción del francés: Andrés Solar

Hace un año, el ejército israelí destruyó Gaza. 3.500 edificios demolidos, 56.000 dañados, 700 fábricas y tiendas reducidas a escombros. Bombardeos sistemáticos de todo el sistema de conducción de agua así como sistemas de bombeo y plantas depuradoras.

En oposición al derecho internacional, Israel prohíbe toda importación de cemento y vidrio, es decir impide toda reconstrucción. Israel hace caso omiso, como del informe Goldstone de la ONU que le acusa de crímenes de guerra y de posibles crímenes contra la humanidad.

Pero lo más significativo del estrangulamiento israelí es su ensañamiento sobre la educación. Es difícil hacer creer que la educación de la población palestina de Gaza constituye una amenaza la seguridad israelí. La razón no es exclusiva de este conflicto. Desde siempre los opresores se esfuerzan en mantener a sus esclavos en la ignorancia.

En Gaza, hace un año, sobre un territorio de 365 km2 (sólo una vez y media más grande que la demarcación de la municipalidad de Marsella), 18 escuelas han sido reducidas a cenizas. Los estudiantes que optaron por continuar sus estudios universitarios en escuelas de otros países, no han podido salir ni han podido proseguir sus estudios.
Según un artículo de Médiapart, de  los 1.983 estudiantes que fueron aceptados para el curso escolar 2009-2010 en universidades extranjeras, solamente 1.214 estudiantes han podido atravesar la frontera.

Todas las medidas encaminadas a restringir el acceso a la enseñanza superior del alumnado de Gaza proceden de una orden del 7 de Julio de 2008 de la entonces ministra de Asuntos Exteriores y miembro del Parlamento israelí (Knesset) Tzipi Livni: “La prohibición de salida de los estudiantes de Gaza procede de la decisión de la oficina de seguridad del 9 de Septiembre de 2007. El gabinete de seguridad entiende que Gaza es una entidad hostil y ha establecido restricciones en las fronteras para personas y bienes procedentes y entrantes de la Franja, salvo en caso de urgencia humanitaria”.

Además hay que disponer de una beca de estudios admitida por Israel

Sí, Israel elige las universidades mundiales donde los palestinos pueden estudiar. Por una parte, todos los países en que no existe representación diplomática en Israel (y son numerosos), no son elegibles. Por otra parte, después de Junio de 2008, Israel impone una “escolta diplomática” para las personas estudiantes que quieran estudiar en el extranjero (deben ser acompañadas individualmente por un representante diplomático). Además es obligatorio asistir a una entrevista para obtener un visado en Jerusalén o en Cisjordania. Pero el territorio está cerrado. Es como el huevo y la gallina. Hay que conseguir salir de Gaza para obtener un permiso de salida...

La consecuencia es que, a finales de Octubre, en la franja de Gaza, 838 estudiantes estaban todavía esperando una autorización de salida. Cada año mil estudiantes, becados en otros países, intentan salir de Gaza para proseguir sus estudios, dado que en Gaza, las universidades no disponen más que de diplomas de primer ciclo. Cada año, menos de un tercio de los estudiantes logra salir de manera efectiva. El artículo de Mediapart y otros de Info Palestine ofrecen conmovedores testimonios de estudiantes que han sido aceptados en universidades extranjeras, disponen de una beca, y a los cuales se les impide incorporarse a sus destinos.

Francia se sitúa en el quinto lugar entre los países que acogen estudiantes de origen palestino. Alrededor de 200 estudiantes palestinos, entre ellos 40 procedentes de Gaza, están actualmente inscritos en facultades de universidades francesas. La mayoría de este contingente se concentra en las áreas de conocimiento de ciencias de la salud y de ciencias teóricas y aplicadas. La mitad del alumnado está inscrita en el grado de Master y una cuarta parte cursa estudios de Doctorado. En cuanto al permiso de salida para becarios de Gaza, Francia se apoya en el procedimiento negociado en 2008 por la Comisión Europea en nombre de todos los estados miembros con las autoridades israelíes. Este acuerdo, permite expedir  la “acreditación de seguridad",  algo que ni siquiera es respetado por Israel. Son numerosos los estudiantes seleccionados que permanecen en Gaza y no pueden acceder a tiempo al inicio del curso universitario. Según este procedimiento, un agente del Consulado general de Francia se hace cargo de los y las estudiantes en el paso de Erez y les conduce a la frontera jordana para coger su avión desde Amman. Obstáculos, arbitrariedad y humillaciones son pues las primeras enseñanzas de cualquier universitario de Gaza.

Israel se ensaña desde hace largo tiempo con las Universidades palestinas. Al comienzo de la Primera Intifada (1987), las once universidades palestinas fueron cerradas por las autoridades israelíes. Algunas de ellas fueron reabiertas en 1990 después de la presión internacional ejercida sobre Israel y todas reanudaron su actividad progresivamente en el transcurso del año 1991. El 28 de Diciembre de 2008, Israel bombardeó las instalaciones que albergaban los laboratorios de ciencias en la Universidad Islámica de Gaza. Según los testimonios de cooperantes franceses, el bloqueo de suministros para la Universidad de Al- Aqsa es cotidiano.

A día de hoy, contando con 83.408 universitarios-as para una población de tres millones setecientos sesenta mil de habitantes de los Territorios ocupados da como resultado 22 estudiantes de educación superior por cada 1.000 habitantes. En Israel, es de 35 por cada 1000 habitantes, e incluso sin duda en el interior mismo de Israel, el acceso a la enseñanza superior es discriminatorio según el origen: entre los "Israelíes" que aprueban sus exámenes de enseñanza secundaria, los judíos representan tres veces más que los árabes aceptados en universidades de Israel.