Elecciones bajo la ocupación:
colonización e injusticia
Santiago González
CSCAweb:
27-12-06
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todo indica que la Presidencia Palestina, despreciada por Sharon
y Olmert hasta ayer en tanto significase oposición a la
estrategia sionista, cómplice de la estrategia occidental
de romper al Gobierno palestino, quiere unas elecciones, un nuevo
Gobierno en paralelo a su sensibilidad. (...) Es discutible que
haya elecciones. Que sean legales. Que su resultado sea legítimo.
Que no fracturen a la OLP y deje de ser un instrumento del conjunto
del pueblo palestino, incluyendo a los refugiados de la diáspora.
"Paremos
el Muro" (Foto: Palestina Lliure, Valencia)
El Presidente de la Autoridad
Palestina que, a su vez, es Presidente de la Organización
para la Liberación de Palestina, anuncia elecciones anticipadas,
con la intención manifiesta de intentar quitar del Gobierno
a los partidarios de Hamas.
Este intento se hace después
del fracaso de constituir un Gobierno de unidad entre Hamas y
al Fatah o de técnicos que fuera contemplado por los países
occidentales 'adecuado' para que desapareciera el embargo que,
al unísono, mantienen junto a la potencia ocupante.
El fracaso no procede de la
composición de ese potencial gabinete sino a que no habría
recibido un mandato acorde a una asunción de discurso
afecto a esa Presidencia que, a su vez, está comprometida
con el dictak israelo-occidental.
Las tres condiciones israelo-occidental
puestas unilateralmente tras la victoria legítima de Hamas
(aunque en votos minoritaria dada la complejidad de las leyes
electorales palestinas, no proporcional y a la dispersión
de candidaturas que se reclamaban de Al Fatah, divididos entre
diferentes liderazgos, los de Tunez y los del interior, encorsetados
por casos de corrupción y luchadores encarcelados, rechazo
a la violencia, reconocimiento de 'Israel' y asumir los acuerdos
internacionales), no fueron simétricamente puestas obligatoriamente
al nuevo Gobierno israelí. Así, el Muro y los asentamientos
siguen creciendo, los asesinatos y presos aumentan e Israel no
acata frontera alguna, ni las del 48, ni las de 1967. Y, por
supuesto, no asume ni Resoluciones, Convenciones o Dictámenes
Internacionales.
El embargo a los palestinos
está ocasionando pobreza, miseria y, ya últimamente,
lo buscado, ante la desesperación por la falta de ingresos
y expectativas vitales, el enfrentamiento interpalestino. Por
el contrario, Occidente sigue premiando al ocupante sionista.
Este mismo año 2006, no ha habido respuesta ante nuevas
sentencias o leyes racistas como la imposibilidad de residencia
para matrimonios mixtos israelo-palestinos; asesinatos; matanzas,
expropiaciones; desplazamientos de población palestina
y construcción de colonias; viviendas destruidas,.. Por
el contrario, el comercio comunitario israelí sigue siendo
favorecido por libres aránceles; los intercambios y maniobras
militares y un nuevo Tratado OTAN-Israel ha sido firmado y las
votaciones de rechazo a la política sionista en la Asamblea
de las Naciones Unidas siguen sin tener consecuencias.
Mientras se van dibujando las
nuevas (¿) propuestas. La Resolución de las Naciones
Unidas sobre el Alto el Fuego, tras la invasión de Israel
a Libano, redactada por los países occidentales se olvida
de los refugiados palestinos, Al igual que las divulgaciones
de la Iniciativa Europea, que toma las propuestas del Gobierno
español, cómplice de hechos tras gestos de camuflaje.
Se habla de 'fronteras seguras
y reconocidas' eufemismo sionista que desplaza expansionistamente
las fronteras, sin mencionar las antiguas de 1948 o las más
recientes anteriores a 1967. ¿No es el Muro del Apartheid
un elemento que reclama Israel como frontera?.
Se castiga a las víctimas
y se simpatiza con los verdugos. Se acrecientan las dos varas,
las dos medidas. Incluyendo el precipicio nuclear. Israel con
armas atómicas, sacadas a la luz por el castigado Vanunu,
que no han recibido ninguna sanción.
En ese contexto, todo indica
que la Presidencia Palestina, despreciada por Sharon y Olmert
hasta ayer en tanto significase oposición a la estrategia
sionista, cómplice de la estrategia occidental de romper
al Gobierno palestino, quiere unas elecciones, un nuevo Gobierno
en paralelo a su sensibilidad.
Es discutible que haya elecciones.
Que sean legales. Que su resultado sea legítimo. Que no
fracturen a la OLP y deje de ser un instrumento del conjunto
del pueblo palestino, incluyendo a los refugiados de la diáspora.
Por su parte Hamas y el resto
de las organizaciones opuestas al diktat israelo-occidental
lo tienen muy complicado, mientras la miseria y desesperación
del pueblo palestino avanza. La polarización aumenta entre
Al Fatah y Hamas a costa del resto de organizaciones ante la
disyuntiva y toma de postura de los dos frentes posibilista y
oposición.
Las organizaciones solidarias
con una paz justa en Palestina debemos trabajar para mover las
posiciones fosilizadas y de facto, pro israelíes, de nuestros
gobiernos. Alzarnos contra el cinismo y su creciente doble vara
de medir. No aceptar el lenguaje hipócrita de los Gobiernos,
ni contemplar sus veleidades mientras trascurre un tiempo que
va en contra del pueblo palestino y su capacidad de resistencia,
hay que ver plasmado en nuevas normativas y posicionamientos
políticos la solidaridad política.
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