"Un refugiado tiene un sentimiento permanente de desarraigo,
imposible de superar"
Entrevista a Salah Mohammed Salah
Juan
Pablo Crespo. 29 de junio de 2006 / CSCAweb: 20 de julio de 2006
Salah, palestino
refugiado en Líbano, es miembro del Consejo Nacional Palestino,
de la Organización para la Liberación de Palestina
(OLP) y ha dedicado toda su vida a la causa política Palestina
ya sea como militante, activista, sindicalista o político.
Salah fue invitado por el Comité de Solidaridad con la
Causa Árabe a participar en las actividades del Foro Social
Mundial de las Migraciones que tuvo lugar entre los días
22 y 24 de junio de 2006 en la localidad de Rivas (Madrid). Esta
entrevista tenía como premisa hablar especialmente de
la situación de los palestinos que viven en los campamentos
de refugiados, en especial Líbano. Por lo tanto, no se
abordan los graves hechos que se están produciendo en
este momento en Gaza ni en ese país como consecuencia
de las brutales y continuas agresiones del ejercito israelí
que, sin lugar a dudas, afectaran con seguridad a los refugiados
que viven en Líbano.
¿Cómo se siente
una persona en la condición de refugiado?
Las condiciones de vida en
los campamentos de refugiados varían en función
de los lugares de acogida, pero en general, un refugiado tiene
un sentimiento permanente de desarraigo, imposible de superar.
Especialmente cuando no se ven expectativas a una solución
tras decenas de años viviendo en esa condición,
como es el caso de los palestinos.
Usted vive en un campamento
de Líbano ¿Cómo se vive allí?
Realmente mal, tienes que vivir
como un ciudadano sin derechos, soportando controles militares
cada mañana que te produce un sufrimiento continuo y diario.
Actualmente la situación es tan crítica que por
ejemplo si el tejado de tu casa se cae, no está permitido
arreglarlo sin un permiso. Al igual que si hay una rotura de
agua y se necesita un fontanero para arreglarla, también
será necesario solicitar autorización. Así
continuamente te están recordando que eres un extranjero.
Así, lo único positivo es recordar y tener presente
continuamente nuestra tierra.
¿Cuál es el
número de refugiados y cuales los lugares de acogida de
la diáspora palestina?
Según cifras de la UNRWA,
los palestinos refugiados en todo el mundo se estiman en 5 millones.
Evidentemente la gran concentración de emigrantes Palestinos
viven en Cisjordania y Gaza. Aproximadamente ascienden a 2 millones
los emigrantes que viven en esos territorios y los criterios
que se les aplican son los de la misma ciudad donde viven.
En Jordania la situación
es diferente. Ante la escasa población existente se concedió
la nacionalidad jordana a los palestinos, que incluía
los mismos derechos de ciudadanía que los jordanos. Por
lo tanto en Jordania no existe un problema de refugiados palestinos.
Sin embargo eso no nos debe hacer olvidar que hay una parte de
palestinos emigrantes de Cisjordania y Gaza del 67 que no tienen
todos los derechos y viven con estatus de refugiado en Jordania.
En Siria Los palestinos tienen todos los derechos de ciudadanía
siria, excepto los relacionados con la participación en
elecciones.
Respecto a Líbano, el
número de refugiados alcanza los 400.000 y están
distribuidos por todo el país. Hay 12 campamentos de refugiados
en todo Líbano, el mayor esta en Tiro y en Beirut se concentran
hasta 4 campamentos. El hecho insólito es que en Líbano
no se ha concedido ningún tipo de derecho, social, político
ni económico a los palestinos.
Hábleme más
en detalle de la situación general de los refugiados en
Líbano. ¿Qué derechos se otorgan a los ciudadanos
palestinos?
En Líbano un refugiado
no tiene derechos, ni al trabajo, ni a obtener licencia, ni por
supuesto a ejercer como comerciante, tampoco tiene derecho a
construirse una casa. Sin embargo la paradoja es que, a diferencia
de un palestino, si alguien va a Líbano como extranjero
podrás comprarte una casa, incluso un israelí podría
hacerlo a pesar de las agresiones que están cometiendo
en Palestina. Las consecuencias son realmente desastrosas y se
crean verdaderas situaciones violentas. Si a esto unimos las
cifras de paro, que llegan al 60% de la población, terminan
por producirse multitud de problemas sociales y de convivencia.
Esta situación insoportable
lleva a la marginalidad, afectando sobre todo a la juventud,
cuya carga de frustración es aprovechada por ciertos grupos
que intentan manejar esa condición de insatisfacción
en personas jóvenes para llevarles a cometer actos violentos.
¿Ha habido muchas
negociaciones entre libaneses y palestinos?
La primera negociación
seria fue en 1969 y desembocó en los acuerdos de El Cairo.
Este acuerdo, que era algo ventajoso y justo para los palestinos,
fue declarado nulo por las autoridades libanesas en 1982. En
un esfuerzo por mantener la situación hubo un intento
de acuerdo, incluso patrocinado por el entonces representante
de EE UU, por el que se formó un Comité libanés-palestino
para resolver las desavenencias y discrepancias de los palestinos
en Líbano. Lamentablemente el gobierno ejerció
tales presiones entre los propios miembros de su Comité
que terminaron en persecuciones arbitrarias de palestinos por
parte de la inteligencia libanesa.
El intento de acuerdo más
importante tuvo lugar de nuevo en El Cairo en 1991. Una parte
de ese acuerdo fue la entrega del armamento ligero y pesado en
manos de los palestinos al ejercito libanés. Los palestinos
se encargarían de la seguridad dentro de los campamentos
y que no hubiera presencia militar palestina fuera de los campamentos.
A cambio el gobierno libanés se comprometió a un
reconocimiento de derechos excepto la nacionalización
y el trabajo como funcionarios en los organismos del Estado libanés.
Los palestinos cumplimos todas las obligaciones de los acuerdos,
pero cuando llegó el cambio de régimen del gobierno
libanés en 1992 se negaron a cumplir los compromisos adquiridos
por el anterior.
El gobierno libanés
actual se comprometió a revisar la situación de
los derechos para los palestinos a través de una comisión
interministerial. Pero, aunque esta ya formada desde hace 7 meses,
no ha tomado ninguna decisión ni ha dado pasos en el sentido
de iniciar alguna negociación.
Usted ha sido un político
y militante en activo toda su vida ¿Cuál es su
área de trabajo actual y que objetivos se plantea?
De cara al futuro tenemos dos
objetivos, el primero es político y queremos abordar los
aspectos sobre refugiados tratados en los acuerdos de Oslo de
1993, que están en un callejón sin salida y se
ha demostrado que resultan inútiles.
Respecto a lo que está
ocurriendo en Cisjordania y Gaza no se puede considerar como
algo aislado, si no que es consecuencia de lo que viene ocurriendo
y confirma que Israel no esta dispuesta a cumplir ninguno de
los acuerdos. Ante esta situación nos aproximamos a una
etapa mucho más difícil y se hace necesario un
trabajo arduo y duro sobre la misma. En lo político no
hay horizonte de esperanza o de solución en el tema de
los refugiados palestinos.
Los palestinos siguen y seguirán
necesitando todo el apoyo y solidaridad internacional de todas
las personas que anhelan la paz.
¿Cómo papel
juega la juventud palestina refugiada?
Respecto a los jóvenes,
la opinión de una persona que ya tiene muchos años
es que, como corresponde, son los que tienen la esperanza, la
fuerza y el dinamismo para empujar a la opinión publica
hacia la paz. Sin embargo esa juventud necesita un catalizador,
un proyecto que les ilusione para que puedan dirigirse en la
dirección adecuada (no en el sentido que quieren aprovechar
ciertos movimientos fundamentalistas tirando hacia un determinado
lado con proyectos que no conducen a nada). Nosotros estamos
intentando crear proyectos que ilusionen a esa juventud hacia
valores y un sentido más universales. En esa línea,
he puesto en marcha una iniciativa junto a un grupo de jóvenes,
creando una asociación que se llama Asociación
de Comunicación Social (AJIAL), creando programas y actividades
sólo para jóvenes. En ese marco se desarrollan
actividades de capacitación, formativas, deportivas, teatrales,
culturales, talleres de experiencias, campamentos de debate y
campamentos de verano. Todo enfocado para que los jóvenes
puedan ejercer su función social en las mejores condiciones
y a la vez conozcan sus posibilidades y oportunidades.
Esos programas no sólo
van dirigidos a los palestinos de Líbano, sino que intentamos
que lleguen también a los palestinos de Cisjordania y
Gaza. Tenemos centros multi-funcionales para aprovechar todas
las posibilidades de educación, animación y dinamización:
cursos de formación, informática, manualidades,
inglés, clases de apoyo para enseñanza, equipos
deportivos, grupos teatrales, etc.
Todo esto es posible y lo hacemos
gracias al apoyo solidario, principalmente de centros europeos
occidentales y otras entidades que nos echan una mano amiga para
llevar esta iniciativa a buen término. Por supuesto, necesitamos
potenciar y ampliar esos apoyos en aras a mejorar cada vez más
y darnos a conocer. En este sentido, quiero aprovechar la oportunidad
que me ofrece la revista Pueblos para pedir a la juventud española
que nos ayude todo lo posible en esta iniciativa tan entusiasta
y en la que tanto queda por hacer.
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