Cuatro generaciones perdidas
Eduardo Reneses*
CSCAweb:
05-01-07
"Israel
ha violado a gran escala los derechos humanos y el derecho internacional
humanitario. Si el término terrorismo tiene algún
significado, esta situación nos ofrece una buena ilustración".
Estas afirmaciones, realizadas por John Dugard, relator especial
de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos en los territorios
palestinos ocupados, no son ninguna novedad para quienes trabajamos
con los refugiados de Palestina, más de cuatro millones,
pero reconfortan ante hechos como la negativa del Consejo de
Seguridad de la ONU y de la Unión Europea a condenar los
bombardeos realizados por el Ejército de Israel la primera
semana de noviembre, que provocaron 19 muertos civiles en la
franja de Gaza.
"Israel ha violado a gran
escala los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.
Si el término terrorismo tiene algún significado,
esta situación nos ofrece una buena ilustración".
Estas afirmaciones, realizadas por John Dugard, relator especial
de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos en los territorios
palestinos ocupados, no son ninguna novedad para quienes trabajamos
con los refugiados de Palestina, más de cuatro millones,
pero reconfortan ante hechos como la negativa del Consejo de
Seguridad de la ONU y de la Unión Europea a condenar los
bombardeos realizados por el Ejército de Israel la primera
semana de noviembre, que provocaron 19 muertos civiles en la
franja de Gaza.
Estas muertes han sido "un
error estratégico", según los mandatarios
israelíes. Es probable que el error sea continuar ocupando
los territorios palestinos. Israel ocupa de manera ilegal desde
1967, de acuerdo a la legislación internacional, los territorios
compuestos por la franja de Gaza y Cisjordania.
Es "inexacto" que
Israel pusiera fin a la ocupación de Gaza cuando retiró
a los colonos en agosto de 2005, afirma el relator sobre Derechos
Humanos. "El control del espacio aéreo, las costas
y las fronteras exteriores siempre han estado en manos de Israel.
La salida del Ejército no cambió nada". El
relator afirma también que el muro que Israel está
construyendo en Cisjordania es ilegal y que su única finalidad
es "la judaización de Jerusalén, en un descarado
ejemplo de ingeniería social que impone graves penalidades
a los palestinos en todos los aspectos de sus vidas".
La continua destrucción
de viviendas, la separación forzosa de familias, los permanentes
puestos de control y la crisis humanitaria provocada por la retención
por parte de Israel de los impuestos propiedad de la Autoridad
Palestina son también analizados por John Dugard, que
finaliza su informe indicando que el hecho de que los palestinos
sean sometidos a sanciones económicas constituye el primer
caso de este tipo de trato a una población ocupada.
"La vida diaria de los
palestinos está amenazada con sufrir daños físicos,
dificultades económicas, estrés psicológico
y sensación de aislamiento", afirma Karen Abu Zayd,
comisionada general de Naciones Unidas para los Refugiados de
Palestina (UNRWA). "Con 5.300 obuses de artillería
lanzados a la franja de Gaza desde finales de junio y más
de 292 ataques aéreos, no debería sorprender que
más de 300 palestinos hayan sido asesinados en Gaza, 49
de ellos niños, y 1.000 más hayan resultado heridos,
muchos de ellos con amputaciones múltiples. En el mismo
periodo, tres israelíes fueron asesinados y 28 heridos
por los 424 cohetes de fabricación casera caídos
sobre Israel", añade.
Como si el alto riesgo de muerte
y las serias heridas producidas por un conflicto armado no fueran
suficientes, los palestinos también sufren la falta de
recursos económicos. El 87% de los habitantes de la franja
de Gaza y el 56% de los de Cisjordania viven bajo el umbral de
la pobreza y no son capaces de subsistir sin el apoyo de ayuda
internacional.
Debido al boicoteo internacional,
165.000 funcionarios palestinos no han cobrado sus sueldos desde
marzo de este año y otros 120.000 han estado sin trabajar
desde el comienzo de la segunda Intifada hace seis años.
Como consecuencia de la construcción
del muro en Cisjordania, el comercio se ha visto reducido a niveles
mínimos y el draconiano régimen de permisos limita
el movimiento de personas y bienes. Las mujeres embarazadas tienen
que esperar largas colas para parir en los hospitales que se
encuentren al otro lado de los puestos de control. En numerosas
ocasiones ni siquiera llegan al hospital, con el enorme riesgo
que dar a luz sin asistencia médica supone. Los pasos
fronterizos han permanecido cerrados más del 50% del tiempo
durante este año. La humillación es permanente.
Esta realidad es denunciada
a diario por organismos internacionales, ONG y defensores de
los derechos humanos desde hace 57 años. La situación
del pueblo palestino es crítica y es necesario recordarlo.
Es difícil encontrar tantos sufrimientos acumulados en
un pueblo que lucha por su libertad. Es urgente encontrar un
final justo a una situación que se ha llevado ya por delante
a cuatro generaciones de palestinos. Para ello, y hoy más
que nunca, es importante que la sociedad civil se implique en
este tema, que afecta a tantos seres humanos y que tiene tantas
ramificaciones en un Oriente Próximo tan necesitado de
paz.
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