"La muerte de al-Zarqawi no va a ser un punto de inflexión para Iraq, como tampoco lo han sido los 'nuevos comienzos' proclamados por Bush y Blair, porque el caos, la destrucción y las matanzas en Iraq sólo se acabarán cuando desaparezca su causa, esto es, cuando todas las tropas de ocupación abandonen Iraq y los iraquíes sean libres para decidir por sí mismos como quieren gobernar su país."

En anteriores publicaciones hemos citado la serie interminable de "puntos de inflexión" para Iraq, hechos públicos por George Bush y Tony Blair. Ahora, la muerte de Abu Musab al-Zarqawi se añade a la lista.

El movimiento contra la guerra no va a sentir ninguna pena por la muerte de al-Zarqawi. Mientras que siempre hemos defendido el derecho de los iraquíes a resistirse a la ocupación británica y norteamericana, de acuerdo con la legislación internacional, nunca hemos apoyado el uso de tácticas que tienen por objetivo civiles iraquíes inocentes, el secuestro de cooperantes, como Margaret Hassan, o el asesinato de numerosos periodistas que han perecido en su intento de informar sobre la vida en Iraq desde la guerra de 2003.

Zarqawi y su terrorismo fueron consecuencia de la invasión ilegal de Iraq. De igual forma que otra de las consecuencias ha sido la muerte violenta de 1400 personas, según el registro del Depósito Central de cadáveres de Bagdad del pasado mayo. En el mismo sentido han sido numerosas las atrocidades cometidas por el ejército norteamericano y que han quedado inscritas en la historia para siempre: Abu Ghraib, Fallujah, Tal Afar, Haditha y muchas más. De la misma forma que son también consecuencia las incontables muertes de civiles iraquíes masacrados en los puestos de control, porque los soldados norteamericanos tienen orden de disparar primero y preguntar después. Una de sus últimas víctimas ha sido una mujer embarazada que se dirigía al hospital a dar a luz. También son incontables las muertes de niños que sufren niveles de malnutrición desconocidos hasta ahora en Iraq.

La muerte de Zarqawi no va a ser un punto de inflexión para Iraq, como tampoco lo han sido los "nuevos comienzos" proclamados por Bush y Blair, porque el caos, la destrucción y las matanzas en Iraq sólo se acabarán cuando desaparezca su causa, esto es, cuando todas las tropas de ocupación abandonen Iraq y los iraquíes sean libres para decidir por sí mismos como quieren gobernar su país.