Los mercenarios son la segunda
fuerza en Iraq
Perú ratifica
la Convención contra el mercenarismo. Los mercenarios
que llegan como vigilantes a Iraq terminan realizando un entrenamiento
militar
24
horas
/ El Comercio / CSCAweb: 16/02/07
Entre 30.000
y 50.000 mercenarios trabajan en Iraq, lo que les convierte en
la segunda fuerza militar tras las tropas de Estados Unidos,
según un representante de las Naciones Unidas, quien dijo
el 1 de febrero en Lima que cientos de latinoamericanos son contratados
en ese conflicto.
Los
mercenarios que llegan como vigilantes a Iraq terminan realizando
un entrenamiento militar
El español José
Luis Gómez del Prado, miembro del grupo de trabajo de
la ONU sobre la utilización de mercenarios, explicó
que entre 30 mil y 50 mil personas han sido contratadas en diversas
partes del mundo para participar en distintas labores en Iraq,
en comparación con los 130 mil soldados de EEUU o los
10 mil de Reino Unido.
"El número de muertes
de latinoamericanos es el segundo más alto después
de las bajas del Ejército de Estados Unidos", dijo
Gómez, quien aclaró que, aunque no hay cifras oficiales,
se calcula que unos 500 hombres han regresado "como bultos
a sus países de origen", es decir, muertos. La contratación
de estas personas donde figuran ciudadanos de Perú, Chile,
Colombia, Honduras y Ecuador es posible gracias a enormes irregularidades
y a vacíos legales.
Las declaraciones fueron dadas
por Gómez durante la entrega de un informe junto con la
presidenta del Grupo, la colombiana Amada Guevara tras una visita
de tres días al Perú, donde el fenómeno
del mercenarismo ha tenido gran eco en la opinión pública.
De hecho, en el informe entregado, se consigna que "según
algunas fuentes de información más de 1,000 ciudadanos
peruanos continúan en Irak prestando esos servicios".
El Grupo ya ha hecho visitas a Ecuador y Honduras y tiene previsto
continuar sus indagaciones en otros países.
En la conferencia de prensa
denunciaron "grandes omisiones del gobierno peruano"
al decir de Gómez que permiten que estos ciudadanos hayan
sido llevados a Irak en condiciones inciertas, donde prima "el
riesgo por sus vidas, el hacinamiento, muchas horas de trabajo
sin condiciones de salud adecuadas", agregaron asistentes.
Denunciaron igualmente que
los trabajadores son contratados para labores de vigilancia,
pero que tras recibir entrenamiento militar son destinados a
"funciones no previstas" con lo cual quedan involucrados
de lleno en el conflicto. Un caso como el de Irak "es una
manifestación novedosa del mercenarismo que pudo tomar
de sorpresa a los Estados Unidos", reconoció José
Luis Gómez.
La contratación de personal la hacen empresas fantasmas
que llegan a un país, abren una oficina por un mes y luego
desaparecen sin dejar rastro.
Ante esta situación
el grupo recomendó a las autoridades su adhesión
a la Convención Internacional contra el Mercenarismo de
1989, la creación de registros transparentes de las empresas
de seguridad privada y la investigación de los casos que
no han sido debidamente esclarecidos.
Hay que referir que el mencionado
grupo fue creado en 2005 por la antigua Comisión de Derechos
Humanos de la ONU. Su informe final será presentado al
Consejo de Derechos Humanos del organismo y abordado en la próxima
Asamblea General de la ONU.
Repercusión
en Perú
Tras el deceso de uno de los
'vigilantes' en Afganistán, el gobierno de Perú
anunció su intención de presentar una demanda ante
el relator del Convenio Internacional contra el Tráfico,
el Reclutamiento y la Financiación de Mercenarios de la
ONU. Esta noticia se ha hecho pública cuando un ciudadano
peruano, José Linares Masa, que trabaja para la
empresa de seguridad "Defion International", quedó
gravemente herido, luego que un proyectil de mortero cayera cerca
de su puesto de control en Iraq.
En diálogo con una radioemisora
local, un compañero de trabajo, que trabaja con él
como guardia de seguridad en la embajada de Estados Unidos, informó
que las esquirlas del mortero lo alcanzaron mientras cumplía
con su función. "Sus oídos estaban ensangrentados
", sostuvo el sujeto, quien no quiso dar su nombre. Por
otro lado, indicó que existen 850 compatriotas que desempeñan
como guardias de seguridad en una zona protegida por la armada
de EEUU. Informó que ellos cuidan las instalaciones de
la sede diplomática estadounidense, y se encargan del
control peatonal y vehicular. Agregó que ganan mil dólares
mensuales, pero que al renovarles el contrato les quitaron una
serie de beneficios como un seguro de vida, entre otros.
Como consecuencia de la visita
de la Delegación de la ONU y la presión interna
debido al gran despliegue informativo, Perú ha ratificado
el día 10 de febrero la Convención Internacional
contra el Mercenarismo según publica 'El Peruano',
siendo Perú el quinto país de Latinoamérica
y el vigésimo noveno estado del mundo en ratificar este
instrumento.
Mercenarios para
Iraq con ayuda del ejército
Ángel Páez
IPS,
28 de octubre de 2006 / CSCAweb: 16/02/07
"Denuncias
de familiares de ex soldados y policías peruanos contratados
para combatir en Iraq desenrollaron la madeja de un negocio aún
vigente, conducido por Triple Canopy con participación
de empresas y del propio ejército de este país
sudamericano".
"Piraña",
un ex sargento del ejército peruano que había combatido
en los años 90 a los insurgentes maoístas de Sendero
Luminoso en la selva del Alto Huallaga, decidió a última
hora no viajar junto a 200 ex militares y policías contratados
por la corporación estadounidense Triple Canopy, para
prestar "servicios de seguridad" al nuevo régimen
del convulsionado Iraq.
"Mi mamá me convenció
de que no me fuera. Me dijo que prefería verme pobre pero
vivo, y no muerto por un poco de dólares", dijo "Piraña"
a IPS con la condición de no revelar su identidad.
Denuncias de familiares de
ex soldados y policías peruanos contratados para combatir
en Iraq desenrollaron la madeja de un negocio aún vigente,
conducido por Triple Canopy con participación de empresas
y del propio ejército de este país sudamericano.
"Aquí no hay trabajo y cuando encuentras algo te
pagan una miseria. Yo soy 'guachimán' (guardián)
en una fábrica y gano el equivalente a ocho dólares
por una jornada de 12 horas. Por trabajar en Iraq me pagaban
35 dólares al día, además de otros beneficios.
Era toda una tentación, a pesar del riesgo", explicó.
"Tengo tres hijos y una
esposa que me ayuda vendiendo comida en la calle, pero el dinero
no alcanza. Vi el aviso en el periódico y me presenté.
Por mi experiencia de combatiente en el ejército, rápidamente
me aceptaron. Ya había recibido entrenamiento y todo,
pero mi mamá se enteró y me cambió de opinión",
relató el hombre, de 29 años.
En agosto comenzaron a aparecer
en los periódicos de Lima avisos convocando a ex miembros
de las Fuerzas Armadas y de la policía interesados en
trabajar en "tareas de seguridad". Se ofrecían
"excelentes ingresos". Centenares de personas se presentaron.
Los anuncios eran de Triple Canopy, una corporación creada
en 2003 en el estado estadounidense de Illinois que, debido a
sus contactos con el gobierno de George W. Bush, obtuvo rápidamente
millonarios contratos con el Departamento de Estado. La firma
presta servicios de seguridad a instalaciones y personas estadounidenses
que trabajan en la reconstrucción de Iraq, ocupado militarmente
por Estados Unidos desde marzo de 2003. La expansión de
Triple Canopy es la expresión del éxito del nuevo
negocio de los "ejércitos privados".
Uno de los primeros contratos
de Triple Canopy fue por 90 millones de dólares para resguardar
durante medio año una docena de oficinas del gobierno
provisional iraquí, frecuente blanco de los ataques de
la resistencia a la invasión estadounidense. "No
contratamos mercenarios. Son personas con experiencia en misiones
de seguridad, que conocen del manejo de armas, pero no van a
combatir en Iraq. Claro que es un trabajo muy peligroso, sin
embargo nadie los obliga a tomar el empleo. Triple Canopy les
garantiza un seguro y una indemnización en caso de accidentes,
ataques o muerte", dijo a IPS Jorge Mendoza, gerente de
la empresa Gun Supply, a través de la cual la corporación
estadounidense entrenó a los 200 peruanos. "Se les
paga según la responsabilidad que van a cumplir. Hay salarios
de hasta 50 dólares al día", agregó
Mendoza.
Triple Canopy ha reclutado
a ex militares y ex policías de El Salvador, Colombia
y Chile, pero la paga para éstos es superior a la prometida
a los peruanos. Esta diferencia no disuadió a los peruanos.
Desde este país ya viajaron a territorio iraquí
dos grupos que suman 380 personas.
Familiares de los mercenarios
se quejaron de que los contratos firmados con Triple Canopy eran
inapropiados e inhumanos. Por ejemplo, si alguien pretende demandar
a la firma, deberá hacerlo ante un tribunal de Virginia,
porque el contrato se firma bajo las leyes de ese estado, donde
la compañía mudó su sede en junio "para
estar más cerca de nuestro principal cliente, el gobierno
de Estados Unidos", según un comunicado de su sitio
en Internet.
Copias de los contratos obtenidas
por IPS indican su vigencia de un año, del 15 de octubre
al 14 de octubre de 2006. Triple Canopy y el gobierno de Estados
Unidos no son responsables si los trabajadores resultan heridos
o fallecen en el cumplimiento de su misión.
Una de las cláusulas
más abusivas señala que la póliza de seguro
que cubre al personal no es aplicable si éste es víctima
de algún incidente fuera de su centro de trabajo o de
su horario de servicio. Por tanto, si los empleados son atacados
por insurgentes en su lugar de residencia por el hecho de apoyar
a los invasores, no hay indemnización.
Portavoces de Triple Canopy
afirmaron que los peruanos trabajarán en la "zona
verde" de Bagdad, el área de extrema seguridad donde
se encuentran las embajadas de Estados Unidos y Gran Bretaña
y las sedes del gobierno iraquí, y que ha sido blanco
de varios ataques rebeldes. "Creo que el entrenamiento fue
insuficiente, no más de quince días, pero igual
casi todos se fueron" a Iraq, narró Piraña.
"Tenían apuro de enviar a la gente, querían
que todo saliera rápido", afirmó el ex sargento,
que ha vuelto a su empleo de guachimán.
Las denuncias de los familiares
obligaron a la cancillería peruana a actuar. El encargado
de la Oficina de las Comunidades Peruanas en el Exterior, embajador
Jorge Lázaro, anunció que había iniciado
la investigación de los contratos para determinar si eran
abusivos y violentaban los derechos humanos. "Los peruanos
tienen libertad para trabajar donde quieran, pero el gobierno
debe asegurarse de que los contratos respeten los acuerdos internacionales
a los que está suscrito el Estado", dijo Lázaro
en conferencia de prensa.
Mientras el gobierno manifestaba
su preocupación por el destino de estos peruanos, la prensa
reveló que los 200 reclutados para Triple Canopy se habían
entrenado en la Fábrica de Armas y Municiones del Ejército
(FAME). De acuerdo con un contrato entre el ejército y
Gun Supply, al que tuvo acceso IPS, la fuerza de tierra prestó
a los adiestradores los proyectiles necesarios para prácticas
de tiro.
El ejército, que sufre
un drástico recorte de presupuesto, aceptó el negocio
con Gun Supply, representante en Lima de Triple Canopy, como
forma de obtener dinero. La operación, de 150.000 dólares,
fue aprobada por el propio comandante de la fuerza, general Luis
Muñoz, sin consultar al Ministerio de Defensa ni a la
cancillería, lo que podría costarle el cargo.
El hecho llevó a una
comisión parlamentaria a citar al ministro de Defensa,
Marciano Rengifo, quien debió admitir el error de ese
contrato y anunció que había ordenado una investigación
para identificar a los responsables. Pero pese al escándalo,
el negocio continúa.
Mendoza, de Gun Supply, dijo
a IPS que la firma recibió el encargo de Triple Canopy
de contratar a otros 600 peruanos. "Eso es lo que nos han
pedido. Al menos por el momento el ejército no nos ha
pedido anular el contrato. Si lo hace, hay una penalidad",
indicó.
Las compañías
que forman parte del negocio tienen excelentes contactos en Perú.
El dueño de Gun Supply es contratista del Estado y vendió
munición a la guardia personal del presidente Alejandro
Toledo. Además, Mendoza es hijo del jefe de seguridad
de la embajada de Estados Unidos en Lima.
Otra empresa, Gesegur, contratada
por Triple Canopy para seleccionar a los "trabajadores de
seguridad" peruanos, también es una conocida contratista
estatal, vinculada al Servicio de Inteligencia Nacional (SIN),
el aparato de represión del régimen del ex presidente
Alberto Fujimori (1990-2000) que conducía el entonces
asesor presidencial Vladimiro Montesinos, hoy preso y bajo proceso
por varios delitos. Gesegur se vinculó luego al Consejo
Nacional de Inteligencia, organismo que reemplazó al SIN
tras la asunción de Toledo a la Presidencia.
"Soy especialista en armas
y tengo varios años de experiencia en combate, era perfecto
para ese trabajo", dijo "Piraña". "Pero,
si iba y me moría, mis hijos iban a quedar desamparados.
Puedo asegurar que no es cobardía. No tengo miedo a la
guerra. Mi mamá me hizo notar que más importante
es vivir".
Según Mendoza, el gobierno
no prohibió a Gun Supply continuar entrenando peruanos
para enviarlos a Iraq. "Ellos reconocen que es una oportunidad
de trabajo. Lo tomas o lo dejas, así de simple",
apuntó. "Mil dólares mensuales en Perú
es una plata muy importante".
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