Alberto Cruz
CEPRID
La desdolarización ya no es una teoría marginal. Es un cambio real en las finanzas globales, impulsado por una serie de factores que van desde tensiones geopolíticas hasta cambios repentinos en la política monetaria. Durante décadas, el dólar estadounidense fue la principal moneda de reserva del mundo. Ahora, un número cada vez mayor de países están buscando alternativas. Las sanciones -ilegales, según el derecho internacional, puesto que no son impuestas por la ONU-, la utilización del dólar como arma y las preocupaciones por los cambios de política de la Reserva Federal de EEUU han empujado a los bancos centrales de medio mundo y a los gobiernos a diversificar sus inversiones.
> continuarDanilo Silvestri
CEPRID
La decisión del Ministerio de Finanzas chino del 5 de noviembre de emitir bonos gubernamentales denominados en dólares en Arabia Saudita llega en un momento histórico significativo. No sólo porque sigue inmediatamente a la XVI Cumbre de los BRICS en Kazán (22-24 de octubre) y coincide con las elecciones estadounidenses (5 de noviembre), sino también porque esta decisión revela algunas atípicas significativas para el sistema internacional en su conjunto.
> continuarGabriel Merino
Misión Verdad
El próximo líder de EEUU lidiará con un bloque que avanza más allá de sus contradicciones. Donald Trump sorprendió en una advertencia explícita contra los Brics+: "La idea de que los países Brics están intentando alejarse del dólar mientras nosotros nos quedamos de brazos cruzados observando se acabó".
> continuarFeng Kaidong y Chen Junting
Wenhua Zongheng
En el contexto de un entorno internacional cada vez más complejo y de una creciente preocupación por la protección del medio ambiente y la seguridad energética, el desarrollo de vehículos de nueva energía (VNE), en particular en China, se ha convertido en un foco de atención mundial.1
> continuarEnrique Dussel Peters
Tektónikos
Desde 2017, en la Red ALC-China venimos realizando un esfuerzo con el Monitor de la OFDI para recolectar datos de toda América Latina, país por país, y analizamos 633 transacciones sobre las inversiones chinas en nuestra región. Para el caso de México, hay diferentes metodologías, que deben hacerse explícitas. Según la fuente oficial mexicana, China ha invertido un acumulado de 2.495 millones de dólares hasta 2023, mientras el Monitor de la OFDI registra invertidos 22.470 millones de dólares, es decir, casi diez veces más. En los debates con Estados Unidos, China aparece como el décimo octavo inversionista en México, pero con nuestras fuentes, es el sexto y creciendo rápidamente.
> continuarJosé Luis Rodríguez
Cubadebate
I
Muchas personas —especialistas o no— aseguran que el 2024 puede ser calificado como un año terrible, en el que se ha extendido la incertidumbre y la inseguridad a escala global. Y no les falta la razón.
> continuarAbdel Bari Atwan
Rai Al Youm
Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por C.P.
Las fuerzas de oposición “fundamentalistas”, apoyadas por Estados Unidos y Turquía, han tomado el poder, y ahora la atención se centra no sólo en cómo reorganizar la casa siria desde dentro, sino también en los planes futuros de Irán y Rusia, los dos países más afectados estratégica y regionalmente por este cambio repentino y chocante para ellos y muchos otros en la región.
> continuarTricontinental
CEPRID
Durante los últimos 15 años, el concepto de “populismo” ha resurgido con fuerza. El término se utiliza en Europa y América del Norte para describir a las fuerzas políticas aparentemente ajenas al consenso neoliberal de la vida política. Durante casi 50 años, las fuerzas políticas neoliberales fomentaron la idea que ellas serían las administradoras del sistema capitalista, y que incluso cuando se produjera un cambio de gobierno, no habría ningún cambio real en el consenso neoliberal, conocido en la década de 1990 como el Consenso de Washington. En ese entonces, se refería a un conjunto de recetas políticas de libre mercado consideradas como el paquete de reformas “estándar” promovido para los “países en desarrollo”. En la actualidad, el término debe ampliarse para incluir algunos aspectos clave, como la necesidad de aceptar el capitalismo como eterno, reducir los aspectos del Estado que proporcionan bienestar social y regulan las empresas, ampliar el aparato represivo del Estado para impedir cualquier desafío al statu quo y reconocer la centralidad de Estados Unidos como líder del sistema mundial.
> continuarNíkolas Stolpkin
CEPRID
Todos, a lo largo de nuestras vidas, hemos crecido con personajes "buenos" y personajes "malos"; actos "buenos", actos "malos". Crecimos pensando, por ejemplo, en los años 80 del siglo XX, de que –en el cine– Rambo era "bueno" y los rusos eran "malos". Respecto a la Segunda Guerra Mundial los "malos", en gran medida, eran los alemanes y, en menor medida, los italianos y japoneses; los "buenos", en cambio, eran los rusos, los estadounidenses, los ingleses... Cuando los estadounidenses invadieron Panamá (1989), los "buenos" eran los estadounidenses y el "malo" era Noriega, un antiguo ex colaborador de la CIA. En la primera década del presente siglo, también fuimos testigos de las ofensivas mediáticas a cargo de los Grandes Medios de Comunicación que tenían por "malo" al presidente de Venezuela Hugo Chávez, y a la Oposición los tenían por "buenos". Algo muy parecido con lo que está pasando ahora desde que asumiera la presidencia Nicolás Maduro (2013): el "malo" es Maduro y los "buenos" siguen siendo la Oposición. Y en este último tiempo se ha construido, con respecto a Ucrania, la narrativa de que los rusos "invadieron" Ucrania (los "malos") y Ucrania es la "agredida", la "víctima", la "indefensa" (los "buenos"), a los que hay que "ayudar" y "defender".
> continuarMaciek Wisniewski
La Jornada
Si hay alguna noción que, recorriendo todo el espectro político, se ha vuelto en los últimos años una “frase pegadiza”, es la del “interregno”, propuesta famosamente, más allá de su viejo significado habitual-legal en un nuevo sentido político-social, por Antonio Gramsci, el gran marxista italiano. Escribiendo en sus Cuadernos de la cárcel −desde la prisión del régimen de Mussolini− en la época de las revoluciones y del auge de los fascismos, Gramsci apuntaba que la crisis de sus días “consistía precisamente en que lo viejo se estaba muriendo y lo nuevo no podía nacer” y que “en este ‘interregno’ aparecía una gran variedad de síntomas mórbidos” (Selection from Prison Notebooks, 1971, p. 276).
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