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Aiguamolls,
Marjals, Deltes, Rius: Vius! |
MANIFESTACION
HUMEDALES, DELTAS, RÍOS: ¡VIVOS!
POR UNA NUEVA CULTURA DEL AGUA: NO A ESTE PHN
Valencia, 24 de noviembre de 2002
Plaza de San Agustín, 12:00 horas
Durante
los días 18 al 26 de noviembre se celebrará en Valencia
la 8ª Conferencia de la Convención de Ramsar sobre la
conservación de humedales. Representantes de más de 130
países debatirán durante una semana sobre el futuro de
las zonas húmedas del planeta, bajo un hermoso lema: "Humedales:
agua, vida y cultura".
Tienen materia para discutir. Las amenazas que pesan sobre las zonas
húmedas de todo el mundo son innumerables: extracción de
caudales, contaminación del agua, sobreexplotación
pesquera, desecación agraria, inundación por embalses,
colmatación por sedimentos o escombreras, urbanización
turística, transformación para piscicultura, intrusión
salina, erosión costera... En cada país y en cada región
del planeta, los poderes dominantes esgrimen diferentes
justificaciones para un mismo objetivo: explotar y esquilmar los
ecosistemas acuáticos, aunque ello suponga la destrucción
de las formas de vida y cultura asociadas. De este modo, en pocas décadas
han generado uno de los más graves problemas globales: el
problema del agua.
Los gobiernos españoles destacan desde hace tiempo entre los
destructores de ecosistemas acuáticos con la cultura del hormigón.
Los delegados de Ramsar no podían llegar a un lugar ni en un
momento más adecuados para comprobarlo: más del 60% de
la superficie de humedales del País Valenciano ha desaparecido
en el siglo XX, y los que quedan continúan siendo atacados
palmo a palmo, mientras las aguas subterráneas que los
alimentan son esquilmadas para nuevos regadíos o bombeadas al
mar para mantener actividades agrícolas o urbanas
insostenibles. Los delegados también podrán conocer de
cerca el Plan Hidrológico Nacional, que arrojará sobre
los ecosistemas acuáticos de la Península Ibérica
la mayor oleada de hormigón jamás vista en este país,
ni en toda Europa. Un delirio de obras cuya máxima expresión
es el trasvase del Ebro, que acabará con los últimos ríos
salvajes del Pirineo, arruinará el Delta del Ebro, y degradará
la calidad del agua y la biodiversidad de los humedales y los ríos
mediterráneos, desde Barcelona hasta Almería. El
gobierno español es perfectamente consciente de la gravedad de
estos impactos. Por eso, para intentar ocultarlos, va a presentar el
trasvase ante la Convención de Ramsar como un proyecto "medioambiental".
Invertir la realidad con ayuda de la propaganda es el eje de la política
ambiental de los gobiernos valenciano y español. La manipulación
mediática de la realidad ambiental se está aplicando con
especial intensidad en el País Valenciano, porque esta
comunidad está siendo una de las más perjudicadas por
las políticas territoriales y medioambientales vigentes. En
lugar de aplicar la moratoria urbanística en el litoral que el
País Valenciano necesita desde hace años, el Gobierno
Español, con el apoyo de la Generalitat Valenciana, ha aprobado
un Plan Hidrológico cuyas promesas de agua son gasolina para la
hoguera de la especulación urbanística que está
consumiendo el País Valenciano. De esta forma, a cuenta de las
futuras aguas del Ebro, se están sobreexplotando más que
nunca los acuíferos y todos los recursos naturales de agua,
contribuyendo a deteriorar aún más la Albufera, el
Hondo, y todos los demás humedales y marjales valencianos.
El PHN encubre un expolio del agua de alcance histórico para
el País Valenciano, que va a perder definitivamente el río
Júcar, un río antaño limpio y saludable,
recibiendo a cambio aguas del Ebro tomadas en Xerta, aguas abajo de
2,8 millones de habitantes, tres centrales nucleares, y miles de
granjas e industrias. Las aguas limpias del Júcar se quedarán
en Castilla-La Mancha para que los terratenientes rieguen maíz
subvencionado por Bruselas, o bajarán por los trasvases
Tajo-Segura y Júcar-Vinalopó hacia las infinitas
urbanizaciones y campos de golf a construir en Alicante y Murcia. Este
cambio supone una seria amenaza para la población de Valencia y
su comarca, pues comprometerá la potabilidad del agua del
embalse de Tous, su principal fuente de abastecimiento.
Los agricultores valencianos, cuidadosamente desinformados por el
gobierno para que sean la fiel infantería que defienda el
trasvase, no van a salir mejor librados. Sus campos se irán
degradando por la baja calidad del agua del Ebro, que está
previsto que empeore aún más en los próximos años.
Sometido a idéntico tratamiento de trasvase y sobreexplotación,
el Júcar acabará como su río gemelo, el Segura.
En la Ribera del Júcar se reproducirá la situación
de la Vega Baja del Segura y ésta, a su vez, empeorará
todavía más, aunque a sus habitantes les parezca
imposible. Con el tiempo, el Ebro, que fue en su día un río
grande y sano, seguirá también el mismo camino. Tres ríos
y un destino, por la codicia de constructores y especuladores,
amparados por sus políticos.
La población valenciana no puede permanecer indiferente ante
lo que los grandes poderes económicos y políticos están
haciendo con el agua y los ecosistemas acuáticos, tanto a
escala global como aquí mismo, en el País Valenciano,
que siempre ha tenido una especial sensibilidad ante cualquier abuso
del agua. Es mucho lo que está en juego. Las delegaciones de
Ramsar deben presenciar una gigantesca movilización de protesta
contra la destrucción del mundo acuático, a la que se
les invita a sumarse, para hacer comprender a los gobiernos estatal y
valenciano, y a otros muchos gobiernos de todo el mundo, que hay cada
vez más gente dispuesta a impedir que el agua, la vida y la
cultura sigan siendo tratadas impunemente como mercancías.
Ecologistas en Acción convoca a la ciudadanía del País
Valenciano y del resto del Estado español, a las delegaciones
de Ramsar y a cualquier persona preocupada por los problemas del agua,
a sumarse a la gran manifestación que se celebrará en la
ciudad de Valencia el día 24 de noviembre, a las 12 de la mañana,
con salida desde la Plaza de San Agustín.
Asimismo, exige a las instituciones políticas que participan,
organizan o colaboran en la 8ª Conferencia de la Convención
de Ramsar:
A la Conferencia de las Partes Firmantes del Convenio de Ramsar:
Que facilite, en el marco de la Conferencia, la realización de
un debate público en torno a los efectos de los trasvases y los
embalses sobre los humedales y otros ecosistemas acuáticos, con
asistencia de todos los sectores afectados.
A la Comisión Europea:
Que reconozca formalmente la insostenibilidad de los trasvases del
Ebro, por la vulneración de la Directiva de Hábitats y
de la Directiva Marco del Agua, por el exceso de regulación de
los ecosistemas acuáticos, y por su exagerado consumo energético.
Que niegue cualquier financiación para los trasvases entre
cuencas, y para los embalses destinados directa o indirectamente a
alimentarlos.
Que reconozca el carácter de bien colectivo del agua, oponiéndose
a la privatización de los sistemas de suministro, y a la
proliferación de mercados del agua.
Al Gobierno español:
Que derogue de inmediato la Ley 10/2001, de 5 julio, del Plan Hidrológico
Nacional.
Que cancele cualquier trabajo en curso para los trasvases previstos
en el PHN.
Que reoriente la política hidrológica -en términos
reales y no simplemente propagandísticos- hacia el ahorro, la
gestión de la demanda, la reutilización del agua y la
mejora de los ecosistemas acuáticos.
A la Generalitat Valenciana:
Que ponga término al descontrol urbanístico y
constructivo que está arrasando el País Valenciano.
Que defienda la calidad del agua potable de todas las ciudades y
pueblos del País, rechazando cualquier suministro de agua de
baja calidad para abastecimiento.
Que defienda la integridad de todas las zonas húmedas del País,
impidiendo tanto los bombeos indiscriminados al mar como la intrusión
de aguas de otras cuencas portadoras de organismos invasores que
puedan acabar con las especies autóctonas.
Que controle estrictamente el uso del agua por la gran agroindustria,
impidiendo las roturaciones y los nuevos regadíos ilegales, así
como las extracciones ilegales de agua.
Que racionalice conjuntamente todo el ciclo de las aguas
superficiales y de las aguas subterráneas, que suponen mas de
la mitad del recurso.
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