Historia secreta. Las armas de
uranio de la OTAN son un verdadero veneno
para el medioambiente y para
el Hombre.
Uno de los antiguos expertos del
Pentágono denuncia la gravedad de las
contaminaciones radioactivas
y químicas. Armas ya ´´probadas´´ durante
la Guerra del Golfo y cuyos devastadores
efectos colaterales aún se
lamentan en Irak.
La OTAN utiliza municiones
de uranio empobrecido en sus bombardeos
sobre Yugoslavia. Esta nueva arma,
utilizada por primera vez durante la
Guerra del Golfo, ha tenido repercusiones,
comprobadas, sobre el
medioambiente y sobre la salud de
las poblaciones de las regiones
contaminadas en Irak . De ahí,
el celo de la Alianza por tratar, en un
primer momento, de ocultar la información.
Hoy, cuando ya resulta
imposible acallar su utilización
en territorio yugoslavo, la OTAN
intenta´banalizar´el
producto. ´´Este uranio, dice el general alemán
Walter Jertz, uno de los portavoces
de la Alianza, no es muy
radioactivo. Puede encontrarse en
el suelo y en las rocas. ´´
El problema es que estas afirmaciones
sobre el carácter relativamente
inofensivo del asunto, son rotundamente
desmentidas por un físico que ha
trabajado hasta 1997 para... el
Pentágono. Doug Rokke era el encargado,
hace 10 años, de formar a
los soldados estadounidenses en el
comportamiento a adoptar en presencia
de estas armas de uranio
empobrecido. Mas tarde, en
1991, este profesor de la Universidad de
Jacksonville (Alabama) fue nombrado
a la cabeza de una investigación
sobre el ejercito estadounidense
en Irak para evaluar las consecuencias
de su utilización sobre la
salud de los soldados en el campo de batalla.
El informe, que daba cuenta de los
considerable peligros corridos por
las poblaciones de las zonas contaminadas,
fue clasificado sin mas, y se
le pidió al físico
que se callara. Sin embargo, desde hace algún tiempo
(incluso antes del estallido de
la guerra en Yugoslavia), Doug Rokke
considera que ya no puede mantener
el secreto.
Ha decidido hablar, e incluso
elevar la voz, desde que tuvo
confirmación del uso de estas
armas en el conflicto yugoslavo.
Entrevistado ayer por el Tageszeitung,
un diario alemán, declara haber
pedido una entrevista con el Presidente
de Estados Unidos para alertarle
del peligro que representan estas
municiones. ´´Como todos los metales
pesados, el uranio es un peligro´´,
explica primero el físico al
Tageszeitung. Cuando el proyectil
estalla y se quema, el metal se
pulveriza en forma de dióxido
de uranio. Las partículas, cien veces más
pequeñas que un grano de
arena, pueden ser inhaladas por los seres
humanos. En función de la
temperatura a la que se haya sometido el
metal, aparecen dos tipos de polvos.
´´Los primeros, afirma Doug Rokke,
son solubles en la sangre y los
humores corporales en los que actúan
como agentes de envenenamiento.
´´ Los segundos, calentados a
temperaturas mas elevadas, ´´adoptan
la propiedad de la cerámica y son
indisolubles, fijándose,
entonces en el cuerpo emitiendo radioactividad
durante años´´.
Los proyectiles de uranio
empobrecido que equipan los aviones A10
estadounidenses y los helicópteros
Apache, se vaporizan en parte cuando
alcanzan su objetivo. Los polvos
se incendian espontáneamente creando un
aerosol de uranio que puede extenderse
cientos de metros a la redonda
dependiendo del viento y de las
condiciones atmosféricas.
Los suelos y las aguas que discurren,
quedan entonces contaminadas, en
mayor o en menor medida, solo en
función de la cantidad de proyectiles
lanzados. El efecto a largo plazo
de estas armas es aun más pernicioso
que el de las minas ´´ya
que al menos estas algún ida estallan,
considera el fisisco, mientras que
las municiones de uranio pueden
desarrollar sus efectos radioactivos
y de envenenamiento durante años´´.
El mismo Doug Rokke fue contaminado
durante sus investigaciones en el
campo de batalla iraquí,
concretamente en la celebre ´´autopista de la
muerte´´ de Bassorah
a Bagdad donde ´´unos 950.000 proyectiles de 30
milímetros, que apenas contienen
una libra de uranio, fueron lanzados
sobre los carros de combate de la
guardia presidencial iraqui. ´´Tengo
proporciones astronómicas
de uranio en la orina´´ declara. La US Army no
se lo revelo hasta cuatro años
después del análisis medico realizado en
sus laboratorios. ´´Es
la actitud típica, subraya el físico, que el
Ministerio de Defensa ha tenido
frente a este problema. ´´
Cuando Doug Rokke llego a Arabia
Saudí con su equipo, nadie, incluso en
el ejercito estadounidense tenia
la mínima idea de las consecuencias
del uso de estas armas. A la luz
de las conclusiones científicas del
informe ´´tratamos,
explica el profesor de que se adoptaran directrices
(para la US Army) que preveían
que solo las tropas provistas de
vestimenta de protección
pudieran ir a los campos de batalla donde se
habían utilizado estas armas.
´´. Pero esto, naturalmente, hubiera
disminuido la capacidad de movimiento
de los hombres. Fue en este
momento cuando se le dio la orden
al físico de callarse. En nombre de
los intereses superiores del ejercito
estadounidense. ´´No debía decir,
escribir, recomendar ni hacer nada
que pudiera cuestionar la utilización
de este arma´´subraya
Rokke.
Sin embargo, el secreto empezó
a desvelarse a raíz del misteriosos
síndrome de la Guerra del
Golfo que sufren aproximadamente 100.000 de
los 700.000 hombres implicados
en el conflicto. ´´Una parte de los
soldados afectados, estima Doug
Rokke, presenta síntomas relacionados
directamente con envenenamiento
por uranio´´. Precisamente, debe citarse
el caso de 120 soldados heridos
después de haber sido, por error, blanco
de la aviación estadounidense.
O también el de los 200 soldados que
trabajaron retirando los carros
iraquíes y que sufren los mismos
traumas.
Las consecuencias para la población
iraquí no son menores. Practicantes
iraquíes han constatado un
recrudecimiento de las patologías
cancerígenas en las regiones
contaminadas. Gina Mertens, miembro de una
asociación de médicos
alemanes contra la guerra nuclear, se indigna del
´´cinismo puro´´
de las reconfortantes explicaciones de la OTAN.
Enumera algunas de las patologías
reconocidas provocadas por el polvo de
uranio. ´´Van desde
las afecciones renales a cánceres, dice, leucemias,
o tumores óseos, incluso
malformaciones en los embriones... ´´.