La pasada semana, con el llamamiento
a una conferencia de paz, relizado
por la AIA, se ha constituido una
campaña mundial contra las armas que
emiten radiaciones construidas con
uranio empobrecido (DU). En el taller
realizado han participado personas
de todas las partes del mundo,
iniciándose una campaña
para conseguir el cese de su fabricación,
prueba, desarrollo y el mismo uso
de las municiones construidas con
uranio "empobrecido".
En la presentación dela campaña
participaron los portavoces indígenas de
las zonas donde se extrae el uranio
en Australia y Canada, así como
representantes de Japón,
Países Bajos, Gran Bretaña, EE.UU., Sudeste
asiático, Francia, Alemania
y los Balcanes.
Las municiones de uranio empobrecido,
usadas por las fuerzas de la OTAN
en los Balcanes y antes utilizadas
en la Guerra del Golfo, en el momento
del impacto lanzan partículas
incandescentes radioactivas. El uranio
empobrecido es radioactivo y tóxico,
permanece en el medio ambiente por
4,5 mil millones de años.
Al ingierirlas y respirarlas, estas particulas
provocan tumores, malformaciones
a los fetos y otros daños en la salud
de los militares y los civiles.
La doctora Rosalie Bertell, una
famosa científica experta en la relación
entre las radiaciones y la salud,
afirma que "Estas armas no deben ser
usadas, contaminan la tierra y el
agua, condicionan la vida y la salud
de nuestros hijos por innumerables
generaciones".
La campaña internacional
por la prohibición de las armas de uranio
empobrecido realizará denuncias
ante los organismos internacionales,
gubernativos y no gubernamentales,
para que se apruebe y se respete una
legislación internacional
contra el uso de armas radioactivas. La
subcomisión para los Derechos
Humanos de las Naciones Unidas para la
Prevención y la Tutela de
los Menores ha aporbado una resolución que
incluye las armas de uranio empobrecido
entre las "armas de destrucción
masiva y con efectos indiscriminados"
Ray Bristow, el prtimer veterano
de la Guerra del Golfo que ha
resultado envenenado por uranio,
ha declarado:
"Apoyo la investigación internacional
para la desaparición de esta arma
grotesca e infernal.. Esta denuncia
que une el sentido común y la
honestidad sirve de conmemoración
para mi amigo canadiense, que dió
positivo en el test de uranio empobrecido,
Terry Riordon, según análisis
realizados el 27 de abril
de 1999, y que murió el pasado 29 de abril, a
la edad de 45 años. Certificándose
la muerte como Sindrome del Golfo".