Prof. Bozidar Jaksic
28 de marzo, 1999
Los ataques aéreos
masivos contra Yugoslavia no destruyen solamente las instalaciones militares,
matan también vidas humanas y arruinan las infraestructuras de nuestro
empobrecido país. En la larga lista de efectos negativos, el mas
importante consiste en que, por una vía indirecta, toda tentativa
de democratización en Serbia queda aniquilada. Nos tememos que el
único resultado duradero de esta guerra no declarada sea un estado
de emergencia, tanto legal como moral, y esta vez con el apoyo de la mayoría
desorientada, que se ha puesto siempre de lado del gobierno en los momentos
de animosidad y de peligro extremos.
La transición democrática
y económica en Serbia es la única solución verdadera
al problema de Kosovo y la única esperanza de estabilidad en los
Balcanes.
Nuestra critica, que viene
ya de tiempo atrás, a las políticas del régimen serbio,
y en particular en lo referente a los derechos humanos, es bien conocida.
Sin embargo consideramos la decisión de la OTAN “de emplear la violencia
por razones humanitarias” como una muestra de incompetencia y de impotencia
de las políticas europea y de Estados Unidos con respecto a Kosovo,
más que como un recurso ineludible una vez agotados todas las demás
vías. Los ataques aéreos significan el fracaso de la política
de la comunidad internacional con respecto a Serbia, una política
que se ha centrado esencialmente en negociaciones y presiones sobre el
Sr. Milosevic para que salvaguardara la paz.
No habrá ni paz
ni estabilidad verdaderas en la región, ni habrá tampoco
paz en Yugoslavia, si Serbia no se encamina por la vía de la democracia
y la economía de mercado. Parece, no obstante, que la comunidad
internacional apenas si se ha parado a pensar en esta opción. No
ha habido un verdadero esfuerzo por sostener y promover la posición
de quienes en Serbia han hecho cuanto podían por colocar a su país
en la senda de la democracia. Por el contrario, el aislamiento económico
y político de la Federación Yugoslava se ha mantenido a sabiendas
de que favorecía enormemente a los extremistas autoritarios y xenófobos.
En una atmósfera de guerra y de hundimiento nacional, estos enemigos
de la democracia no tendrán ningún escrúpulo y apenas
encontraran resistencia a sus estrategias.
Las escasas y desafortunadas
tentativas para “apoyar” a la democracia y a los derechos humanos en Serbia
mediante etéreas promesas de subvenciones económicas a individuos
o grupos, no han contribuido a otra cosa que a exponer a las organizaciones
no gubernamentales de Yugoslavia a la acusación de avaricia y traición,
de estar al servicio de enemigos extranjeros. Ejemplo reciente y terriblemente
desafortunado, fue la elaboración por el senado de los EEUU de un
“Documento de democratización en Serbia”, !al día siguiente
de la primera noche de bombardeos!
En una sola noche los ataques
aéreos han reducido a cenizas los resultados de un trabajo
asiduo, durante diez años, de grupos de personas valientes en las
organizaciones no gubernamentales y en la oposición democrática,
y cuya meta principal no era “hacer caer” a alguien sino desarrollar las
instituciones de la sociedad civil, promover los valores liberales y civiles
y trabajar en pro de una solución pacifica de los conflictos.
La democracia naciente
en Montenegro esta en peligro y será difícil mantenerla de
ahora en adelante. El problema de Kosovo no será resuelto y el futuro
de la democracia y de los Derechos Humanos en Serbia será incierto
durante muchos años mas.
Con todo, esperamos que
no sea demasiado tarde para que todas las partes implicadas recuperen el
sentido común e intenten resolver esta situación mediante
negociaciones que hagan cesar la violencia.
Por el Centro: Profesor Vojin
Dimitrijevic, ex-vicepresidente del Comité de Derechos Humanos de
las Naciones Unidas.