DEDICADO A LA SOBREVIVÉNCIA
Por May C. Alvarez
Nuestra respuesta: activistas de la paz
El nuevo milenio comenzó con una Marcha Mundial de mujeres contra la pobreza y la violencia. Esta Marcha, en los cinco continentes, ha promovido la reflexión sobre dos macrotemas, que engloban la práctica totalidad de las preocupaciones de los habitantes de la tierra, desde una concepción feminista y solidaria. Nos hemos hecho visibles. Hemos opinado de alta política, de economía global. Hemos hecho una Marcha planetaria. Nos hemos movilizado.
Cuando en Seattle también se hizo
visible la reacción crítica internacional frente a la globalización
económica y al pensamiento único nosotras, las mujeres de
la Marcha, estábamos caminando. Habíamos dados unos pasos
que nos hacían resistir una realidad en donde la acumulación
de poder y de riqueza se convertía en patrimonio de la parte del
mundo más pequeña, que se nutria de la miseria y la desesperación
de la inmensa mayoría de ciudadanos y ciudadanas del mundo; de pueblos,
naciones y estados sometidos a una política internacional donde
la hegemonía política USA cerraba los ojos a todo lo que
no significase beneficios. La economía criminal como la define Manuel
Castell. En Génova se nos hizo palpable la definición.
Es así como el movimiento antiglobalizador
se ha convertido en una esperanza individual para la supervivencia colectiva.
El movimiento antiglobalización busca un futuro alternativo donde
los seres humanos son la razón de la economía y la política.
En Barcelona vivimos una de estas experiencias colectivas, a pesar de su
criminalización por parte de algunos estados, reafirmando e impulsando
nuestro deseo de justicia.
El presidente Bush hijo ya se destacó,
en política nacional, por su talante simplista, por su venerado
derecho a la vida, cuando se trataba de negar los derechos de las mujeres,
y, por su más venerado derecho a la pena capital, reservado como
una losa funeraria para las minorías más desfavorecidas de
entre sus conciudadanos. La aldea global ha sido testimonio de cómo
sus lágrimas salpicaban sus manifestaciones sobra la civilización
“americana” y como exclamaba que para salvarla todo está permitido
en el nombre del BIEN. Buen heredero. Continua los pasos, como una patética
sombra, de su padre, promotor de la guerra del Golfo. Heredero de una estime
defensora de la oligarquía del petróleo y financiera, ¿tiene
la meta de superar las hazañas bélicas de su progenitor?
Han pasado solo 8 meses desde su sospechosa
entronización. Tiempo donde los conflictos internacionales se han
agravado. Las heridas abiertas de nuestro planeta han entrado en vías
de gangrenarse y la expresión de violencia creciente ha ido llenando
los media, donde pocas veces encontrábamos una rendija por donde
salía la luz de la negociación y el diálogo.
El Congreso ha dado a Bush un cheque en
blanco (420 a favor, 1 en contra), excepción la de la representante
de California Barbara Lee, que ya se opuso con su voto a la guerra del
Golfo, y que se afirma como la representación política única
con visión moral y de futuro. Su nombre es Bárbara y su piel
es negra, es una mujer de EE.UU. con la que soñamos en todo el Planeta.
Las víctimas inocentes del 11 S
[“En términos de número de víctimas no alcanzan el
nivel de muchos otros, por ejemplo el bombardeo de Clinton de Sudán,
sin un pretexto creíble, destruyendo la mitad de los suministros
farmacéuticos y matando cantidades desconocidas de personas (nadie
lo sabe, porque los EE. UU. bloquearon la investigación de la ONU
y nadie se preocupa de continuarla)” como ilustra Chomski], se acumulan
ahora sobre el millón de muertos de Ruanda, con los y las estigmatizadas
víctimas de Hiroshima y Nagasaki, con las 500.000 criaturas muertas
en Irak bajo las bombas, o con las anunciadas víctimas inocentes
de Centroamérica donde la sequía prevé el éxodo,
el hambre y la muerte irremediables. Desde el pasado hacia el futuro: Víctimas
todas de una política que se ha precipitado ahora mostrando su prepotente
cara sin pudor.
Manipulación y desinformación versus movilización popular de la razón
Al dolor y al terror de la población
civil del globo, manipulada por los media como la CNN que mostró
el júbilo de los niños palestinos, una y otra vez, como si
fuesen la representación de la Autoridad Palestina, se suman las
palabras del presidente refiriéndose a su objetivo: “cazar a los
culpables sacándolos de sus madrigueras”, del más puro estilo
kukusklanero; matizándolo:
“venganza”, como eco de la Mafia de Chicago
e impregnadas de orgullo militar: “ganaremos la primera guerra del siglo
XXI’, como si pudiera existir más ganador de una guerra que la economía
de la industria armamentista.
Cuando se desintegró la URSS una
cantidad desconocida de material nuclear desapareció. ¿Qué
organizaciones o individuos disponen de los medios para realizar una catástrofe
de medidas incalculables? La lógica de la desesperación alimentada
por el integrismo, que reserva el lugar de héroe y mártir
a aquellos que ya ni tienen esperanza para vivir. ¿Acabará
con esta desesperación la guerra anunciada? El pueblo de los EE.UU.,
vanguardia en la defensa de los derechos civiles, ecologistas, feministas,
antiglobalizadores, pacifistas ¿estarán dispuestos a ser
partícipes de un probable desastre mayor del que acaban de conocer
en su propio territorio? El gobierno de los EE.UU. no valora ninguna de
estas variables, presentes también en el panorama global, o las
menosprecia en su ciega necesidad de mantener la hegemonía mundial.
Una guerra donde el bien ganará
al mal nos sitúa en una identificación dual del mundo en
donde la apreciación de la diversidad se instituye como enemigo
“el enemigo invisible” a exterminar. Se reformula el concepto de enemigo
¿Podemos acabar siendo posibles terroristas todos y todas las que
no nos alineemos con el Bien, aunque solo se haga por conciencia contemporánea:
un poco más compleja que la medieval de las Cruzadas o de la yihad,
Guerra Santa. Nos declaran la guerra a la ciudadanía que estamos
fuera del pensamiento único. Eso parece claro. Fuera y dentro de
las fronteras occidentales: Guerra globalizadora. Limpieza de disidentes
del sistema estén donde estén.
Gracias a las nuevas tecnologías hemos tenido acceso a una información alternativa.
Las movilizaciones para dar apoyo a todas las iniciativas encaminadas a parar la guerra han empezado. Desde los rincones más lejanos, incluidos los de los EE.UU., se expande una ola de contrainformación oficial y se articula una red de resistencia a la “declaración de guerra duradera” y a favor de la paz y la justicia. Las mujeres feministas nos integramos en esta realidad en formación junto a todos aquellos movimientos que tengan, como nosotras, respeto por l’alteridad humana, incluyendo en ella las diferencias ideológicas, culturales, religiosas, de raza y de sexo, referencia básica en los derechos fundamentales de las Constituciones democráticas.
En este clima belicista Israel ha ocupado Jericó y ha destruido el nuevo puerto de Gaza, que se estaba construyendo con financiación de paises europeos. Rusia detecta elementos “terroristas” en Chechenia, su conflicto bélico declarado. Aznar interpreta que todos los terrorismos se tienen que tratar de la misma manera y aspira a una intervención internacional para poner paz en nuestro territorio: ¡Clamor de justicia infinita!
Los bosnios musulmanes, los croatas cristianos, los serbios ortodoxos en la antigua Yugoslavia convivían en la misma familia; los musulmanes, los cristianos y los judíos de al-Andalus constituyeron una realidad esplendorosa; el estado español está integrado por pueblos y naciones; los EE.UU. son resultado de la integración de los venidos desde todo el mundo. No tenemos que inventar la realidad de la diversidad humana, negarla genera monstruos.
Las mujeres hoy manifestamos nuestra voluntad de salvarnos, a la tierra, a la humanidad, participando con todas las organizaciones, dentro y fuera de los EE.UU., en una reflexión colectiva y en las acciones que tengan como objetivo la paz. Única condición para conseguir la justicia y desarrollar la solidaridad.
May C. Alvarez, desde Barcelona, para la
inmensa minoría.
E.mail: salypebre@hotmail.com