EL PAPEL DE IRÁN EN EL TERRORISMO INTERNACIONAL

Por AIWUSA-Asociación de Mujeres Iraníes-EEUU
http://www.aiwusa.org

Los fundamentalismos religiosos, ya sean cristianos, judíos o islámicos, se entienden mejor como movimientos políticos, no como prácticas religiosas. En los tiempos modernos, el fundamentalismo islámico consiguió poder político cuando los clérigos de la línea dura cogieron el poder en Irán después del derrocamiento de la monarquí iraní en 1979. Casi de inmediato, empezaron a exportar su revolución a otros países musulmanes. Durante los últimos 22 años, EE.UU. y los países europeos se han mantenido al margen,
observando cómo se extendía este fenómeno político por la región.

Dentro de Irán, los fundamentalistas manifiestan su poder suprimiendo los derechos de las mujeres en educación, empleo, participación política y sociedad civil. Los fundamentalistas consideran a las mujeres física, intelectual y moralmente inferiores a los hombres. Para proteger a los hombres de la corrupción sexual de las mujeres, las mujeres deben llevar el hejab, que sólo deja expuestos sus rostros y manos.

Decenas de miles de activistas políticas que se enfrentan a este régimen han sido detenidas, violadas, torturadas y ejecutadas en la horca o fusiladas ("Heroínas en cadenas", Misoginia en el poder, 2000). Manizheh, una miembro de AIWUSA que abandonó Irán hace poco, dijo: "Me crié en Irán y viví bajo los fundamentalistas varios años. Puedo narrar detalladamente las brutalidades que se atribuyen a la ideología del fundamentalismo, y puedo testificar".

Fuera de Irán, los fundamentalistas se dedicaron al asesinato de la oposición política y al terrorismo. EE.UU. incluye a Irán en su lista de principales estados del mundo que apoyan el terrorismo. Probablemente a Irán se le conoce mejor por el llamamiento que hicieron para que se diera muerte al autor Salman Rushdie. A los (/¿las?) traductores de la novela los asesinaron.

Según el Consejo Nacional de Resistencia de Irán: "A lo largo de los años, las armas del terrorismo de Teherán han llegado lejos, desde Beirut a Buenos Aires y de París a Bangkok. Pero es en Oriente Medio donde el régimen clerical de Irán recluta a la mayoría de sus agentes, proporciona apoyo financiero, logístico y militar a sus grupos delegados, y es allí donde con mayor frecuencia emplea el terrorismo para chantajear a las restantes naciones de la región ("Khatami y la financiación del terrorismo", El
mito de la moderación, 1998).

Según la información de que dispone la Resistencia Iraní, en 1997 el régimen clerical pagó más de 270 millones de dólares a los grupos terroristas que tenía en el extranjero. El dinero se transfiere en metálico para no dejar huella. A menudo se transporta por correo diplomático (El mito de la moderación).

Existen vínculos iraníes al bombardeo del Centro Comunitario Judío de Argentina en 1994 (86 personas muertas, 200 heridas), y al bombardeo de las torres Khobar en Arabia Saudí, donde estaban militares estadounidenses (1996 murió el personal de las Fuerzas Aéreas Estadounidenses).

No aprendimos la lección de los actos terroristas que cometieron a lo largo de los años. Aunque EE.UU. sabían del apoyo activo de Irán al terrorismo, han seguido políticas de contemporización. Los países europeos se embarcaron en un "diálogo crítico" mientras hacían negocios con Irán, y EE.UU. ha buscando siempre a los "moderados" entre los mullahs que están en el poder.

Incluso después de la tragedia del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, EE.UU. y sus aliados están intentando incluir a Irán en la "guerra contra el terrorismo". Es irónico y triste a la vez que a pesar de todo el éxito que ha tenido Irán a la hora de exportar el terrorismo y el fundamentalismo, la mayor parte de los países occidentales esté cegada por intereses de a corto plazo.

Traducciones Ilegales, septiembre, 2001 (michellemix@wanadoo.es)