BOLIVIA:  NO RESPETAN LEY DE CUOTAS

Por Elizabeth Salguero C.

Muchos partidos políticos no han cumplido con lo estipulado en la Ley Electoral y serán sancionados mediante su imputación y suspensión, imposibilitando su presencia en las elecciones.

(FEMPRESS) "Si las mujeres no están la democracia no va" reza un slogan feminista que actualmente no parece presente en las próximas elecciones municipales que se llevarán a cabo en Bolivia a principios de diciembre.

El artículo 12 de la Ley Electoral, recientemente reformada, expresa que en cumplimiento con la Ley de Cuotas del 30 %, las listas de candidatos a las alcaldías deben cumplir con ese porcentaje e introducir la alternabilidad de candidatos y candidatas, es decir por un hombre titular debe haber una mujer suplente y viceversa hasta completar las listas. De 30.000 candidaturas en los 315 municipios deben existir 10.000 candidatas mujeres.

Según fuentes bien informadas, muchos partidos políticos no han cumplido con lo estipulado en la Ley Electoral y serán sancionados mediante su imputación y suspensión, imposibilitando su presencia en las elecciones. Este hecho ha causado diferentes reacciones en los ámbitos partidarios. Muchos candidatos opinan que la ley perjudica a los partidos por exigirles
la incorporación de las mujeres en sus listas, pues "se hace difícil encontrar mujeres capaces que encabecen sus listas". De esa manera se estima que muchos partidos políticos pretendan modificar nuevamente la ley eliminando la obligación del 30%, antes que revisar sus prácticas patriarcales de exclusión de las mujeres.

Al inicio de la década de los 90, Bolivia se definió como un país multiétnico y pluricultural, sin embargo por razones socioeconómicas, étnico-culturales y de género, la democracia formal sigue discriminando a muchos sectores y hace del poder un patrimonio profundamente patriarcal que reproduce la histórica exclusión de las mujeres, lo que redunda en una limitada participación de las mismas en espacios públicos y de toma de decisiones.

ALGUNAS CIFRAS

En 1997 el porcentaje de mujeres inscritas en los registros electorales para las elecciones nacionales fue de 45.9% frente a un 54.1% de hombres de un total de 3.168.989 inscritos. La presencia en la Cámara Alta del poder legislativo, durante las dos últimas gestiones gubernamentales fue del 3.7%, es decir que de los 27 senadores titulares sólo una es mujer, aspecto que en los poderes ejecutivo y judicial también se reproduce ya que de 130 diputados titulares, sólo 13 son mujeres titulares y 28 son suplentes.

En la gestión de 1993-1997 ninguna mujer ocupó el cargo de ministra y de 46 viceministerios, sólo 6 fueron asumidos por mujeres. En el actual gobierno no existe ninguna mujer ocupando carteras ministeriales.

En cuanto a la Presidencia de la República de 44 hombres sólo una mujer ha ocupado la silla presidencial. Lidia Gueiler desempeño sus funciones de 1979-1980.
 

PARTICIPACION DE LAS MUJERES EN LOS PODERES LOCALES

En 1994 se aprobó la Ley de Participación Popular y desde entonces se crearon 315 municipios. La participación de las mujeres en los resultados de las elecciones municipales de 1995 no favoreció a la representación femenina. De un conjunto de 1624 concejales, sólo 106 mujeres fueron elegidas, de las cuales sólo 9 llegaron a ser alcaldesas.

Aunque el artículo 10 de la Ley de Participación Popular expresa que entre los deberes de las Organizaciones Territoriales de Base y los Comités de Vigilancia, están el de "promover el acceso equitativo de mujeres y hombres a niveles de representación", la participación de las mujeres en cargos de dirección también es incipiente, con poco respaldo de la sociedad civil, partidos políticos y autoridades nacionales y locales.

La diputada nacional Mabel Cruz del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), defensora de los derechos políticos de las mujeres, expresó que en la reciente coyuntura de lucha por la inclusión de las mujeres, a través de normas legales, se pudo observar que no se cuenta con la simpatía sincera y el compromiso real del sistema político, ni hay definiciones serias en la
aplicación de las políticas públicas en el país. El clima de temor electoral en el cual se debatieron las reformas legislativas, además de una marcada necesidad de los partidos de mostrarse modernos y actuales, marcaron su aceptación aunque esto no significa voluntad política real y sostenible de cambio.

A pesar de lo anterior, las reformas legislativas están frenando las prácticas patriarcales que impiden la presencia de las mujeres en los espacios jerárquicos dentro del sector público. La aplicación de las medidas de ajuste estructural que originaron una alta disminución de la burocracia estatal, determinó que los espacios de poder se tornen más competitivos y excluyentes para las mujeres, por la reducción de cargos de representación y de alta investidura dentro del Estado.

La situación actual muestra a los partidos y a los políticos como sectores poco creíbles y confiables, más corruptos y con un marcado rechazo de la población. Esta percepción no diferencia a las pocas mujeres involucradas en las acciones públicas. Además, en los últimos diez años, el electorado se mostró indiferente a las reducidas candidaturas de las mujeres como una
nueva opción.

La participación política de las mujeres en el país todavía es un proceso lento que requiere de mucha voluntad política .