Visible ya la historia colectiva de las mexicanas en el siglo XX

- Síntesis cronológica en Agenda Mujeres 2000

México DF, DIC 30, 1999 (CIMAC).- Las mujeres mexicanas y sus acciones colectivas son ya manifiestas en el quehacer de la
historia del siglo en el que ganaron más derechos individuales y colectivos que nunca antes.

Una síntesis de la irrupción femenina en el México del siglo XX aparece en la Agenda Mujeres 2000 del Instituto de la Mujer del
Distrito Federal, que cuenta cada mes la historia de la mitad de la población y perfila desde a Sor Juana Inés de la Cruz, quien
filosofó y escribió en el siglo XVII, hasta Ramona, comandante tzotzil que hoy sostiene que es mejor morir luchando que morir de
hambre.

Apenas era 1906 cuando las republicanas apoyadoras de  Juárez demandaron el voto femenino y empezaban a cocinar la
Revolución de 1917 al participar en huelgas precursoras de la lucha en Río Blanco, Veracruz y Cananea, en Sonora.  Muchas de
ellas escribieron, como Emilia Enríquez de Rivera en El Diario del Hogar.

La agenda consigna la lucha de las mujeres alrededor de la  Revolución Mexicana, cuya Constitución del 17 inscribe la
igualdad legal para hombres y mujeres pero se olvida del derecho al voto femenino. En la Revolución las mujeres ganaron  los
derechos de la administración de bienes, la tutela de hijas e hijos, y salario igual a trabajo igual.

Tres años antes, en 1914, se expidió la Ley del Divorcio, impulsada por Hermila Galindo, secretaria particular de Venustiano Carranza, quien accedió a signarla. Al calor de la luchaen 1915 la división del sur a cargo de Emiliano Zapata, expidió la
primer ley del Matrimonio que facultó a las personas divorciadas para casarse otra vez.

Desde principios de siglo las mujeres fueron a la escuela, se educaron, apareció la educación Normal, comercial y los centros
de artes y oficios. Así acceden a las bellas artes, la medicina o la minería. También se crean las escuelas municipales para obreras. Todas estas demandas, impulsadas por las sociedades feministas que nacieron durante las primeras décadas en distintos estados de la República. En México se realizó el Primer Congreso Feminista en 1916, en el estado de  Yucatán.

Los años 20 también fueron de avance  para las mexicanas: inicia la lucha de los que hoy conocemos como derechos reproductivos. En el primer Congreso Feminista celebrado en la ciudad de México en 1923, solicitó  educación sexual para niños y jóvenes en las escuelas. Mientras en Yucatán se hacía un escándalo por la difusión en español del libro de Margaret Sanger llamado “La Brújula del Hogar”, antecedente de las políticas de población y planificación familiar. En contraposición el Estado creó el Día de la Madre.

A la construcción de identidad y cultura de los hechos arriba relatados, también se inició la búsqueda del poder. En 1923, Rosa
Torres se convirtió en la primera regidora de la  ciudad de Mérida en Yucatán, mediante el voto. Otras le siguieron en San Luis
Potosí y Michoacán, gracias a leyes locales. Pero hasta 1953 se reconoció el derecho al voto universal que permitió que en 1954
Aurora Jiménez de Palacios fuera electa  la primera diputada federal.
 
No obstante tuvo que transcurrir una década más para que María Lavalle Urbina y Alicia Arellano Tapia, llegaran al Senado de la
República en 1964.
 
La lucha por el voto en este siglo marcó casi todas las acciones organizadas de las mexicanas. En 1936, el Frente Unico por
Derechos de la Mujer, la mayor organización hasta la quinta década y la más compacta, logró que el presidente Lázaro
Cárdenas accediera a legislar sobre la ciudadanía plena. No obstante los congresos locales nunca hicieron el consenso
necesario para que se inscribiera en la Constitución.
 
El Frente, además escribió la primera agenda de demandas femeninas. Muchas de ellas continúan siendo una utopía, como el
de la participación igualitaria en los puestos públicos.
 
La organización de las mujeres continuó. En los años 60 se formó la Alianza Nacional de Mujeres, de la que da cuenta la Agenda
Mujeres 2000, y preparó el terreno para lo que vendría después: el nuevo movimiento feminista.
 
Las mujeres mexicanas también acompañaron las luchas de obreros y campesinos, desde los heroicos acontecimientos de
contra la Cristiada, hasta la defensa de la lucha por la tierra de los años 60. Igual acompañaron a los trabajadores insurrectos de 1958 y finalmente estuvieron en el Movimiento Estudiantil Popular de 1968.

La Agenda que se convertirá en un instrumento de consulta y recordatorio cotidiano, de la que se han impreso dos mil
ejemplares, finalmente hace un recuento de las acciones de las mujeres en los últimos 30 años. Los 70 abrirían las demandas por
la despenalización del aborto; nombrarían a los derechos reproductivos; y perfilarían el análisis de la violencia hacia las
mujeres. Finalmente, en los años 90 recuperarían la demanda por estar en el poder.
 
El siglo termina con tres agrupaciones políticas nacionales de mujeres y feministas: Diversa, Mujeres y Punto y Mujeres en
Lucha por la Democracia; instituciones para el desarrollo de las mujeres desde los gobiernos y una apretada agenda que busca la
democracia y el respeto a los derechos humanos.
 
Tener en el escritorio la Agenda Mujeres Año 2000, del Instituto de la Mujer del gobierno del Distrito Federal, será uno de las
primeras acciones para continuar en la lucha por el avance de la mitad de la población, de la cuál México tiene historia.