NOTA INFORMATIVA
Los ataques anglo-norteamericanos
contra Iraq han concluido por el momento, pero en los próximos meses
EEUU procurará prolongar el embargo a Iraq y llevará sin
duda a cabo nuevas acciones militares contra este país.
A partir de su acuerdo de febrero
con el Gobierno iraquí, la labor mediadora en estos meses del Secretario
General de la ONU Kofi Annan se había centrado en lograr que el
Consejo de Seguridad (CS) abordara la evaluación global de la
cuestión iraquí a fin de poder establecer un calendario
razonable para el fin del embargo, una posición apoyada por Francia,
Rusia y China. El último ataque anglo-norteamericano ha ido destinado
precisamente a frustrar esta vía y romper definitivamente el marco
hasta ahora imperante, incluido el sistema de control del desarme iraquí
por parte de las comisiones de la ONU.
Sin considerar el terrible impacto
humanitario de las sanciones (casi 900.000 menores de cinco años
muertos a causa del embargo, niveles de malnutrición subsaharianos,
un 25% de desescolarización, etc.), el CS ha de evaluar de
manera justa el sustancial grado de cumplimiento por parte de Iraq de las
exigencias del alto el fuego de la Guerra del Golfo de 1991.Y ello es así
porque Iraq ha cumplido con las exigencias que le impuso el CS tras la
Guerra del Golfo, aceptando recortes a su soberanía nacional e independencia
económica como ningún otro Estado lo ha hecho en la Historia
contemporánea:
1. Iraq ha reconocido la soberanía
de Kuwait y ha aceptado un nuevo trazado de fronteras que cierra su salida
al Golfo y cede al emirato zonas petrolíferas antes comunes.
2. La destrucción de los
arsenales iraquíes es completa (como reconocen las dos comisiones
de desarme de la ONU: la Agencia Internacional de la Energía Atómica
y la propia UNSCOM presidida por Richard Butler) y su posibilidad de rearme
imposible debido al control de sus importaciones y al sistema de verificación
de su capacidad tecnológica, operativo desde octubre de 1994 y consistente
en el control de 416 centros industriales y científicos iraquíes,
sistema que perdurará tras el fin del embargo. La AIEA dio por concluida
la fase de desmantelamiento del programa nuclear iraquí en 1994,
y el propio Butler reconocía en su último informe de octubre
que los dossieres balístico (misiles) y químico podrían
darse prácticamente por cerrados, mientras que del biológico
quedan solo aspectos residuales sobre la capacidad técnica iraquí...
durante la guerra con Irán!
3. Iraq ha aceptado el pago de
una deuda de guerra (entre 300 y 400 mil millones de dólares) que
anclará su economía en el subdesarrollo durante décadas,
impidiendo su recuperación estratégica y ha de destinar un
tercio de sus exportaciones de crudo a ello, incluidas las actuales del
programa humanitario de la ONU petróleo por alimentos.
La Administración Clinton
desautoriza a las propias comisiones de desarme de la ONU y miente, y con
ella quienes han justificado este nuevo ataque, empezando por el Gobierno
español. No solamente Iraq, Francia, Rusia y China han acusado también
a Butler de prolongar las actividades de UNSCOM a fin de justificar la
determinación de EEUU de mantener las sanciones el mayor tiempo
posible y de provocar incidentes para justificar nuevos ataques. La estrategia
norteamericana para Iraq está trazada desde hace meses y va más
allá de los problemas internos del presidente Clinton: EEUU sabe
que el consenso en el seno del CS sobre una prolongación indefinida
del embargo está roto y que Francia, China y Rusia no van a seguir
apoyando indefinidamente su política de extrema intransigencia.
Por ello, EEUU ha optado abiertamente
por una línea de intervencionismo unilateral militar -con el apoyo
británico- y de guerra encubierta contra Iraq, que incluye además
el objetivo ya explícito del cambio de su régimen interno.
Tanto el Congreso como la Administración norteamericanos han aprobado
en esta línea más financiación para la oposición
iraquí y por primera vez -tras el acuerdo firmado en septiembre
en Washington entre los dos principales partidos kurdo-iraquíes
(UPK de Talabani y PDK de Barzani)- ayuda militar. El objetivo es doble:
debilitar estratégicamente a Iraq e instalar en Bagdad si es posible-
a un régimen sumiso que garantice los intereses de EEUU en la zona:
el control del flujo y las reservas petrolíferas de Oriente Medio
y la seguridad de Israel.
Comité de Solidaridad con
la Causa Árabe
Madrid, 21 de diciembre, 1998
ARMAS Y PETRÓLEO:
CÓMO FUNCIONA EL NEGOCIO
DEL EMBARGO
Y DE LA GUERRA CONTRA IRAQ
La región del Golfo (la
Península Arábiga e Irán) alberga el 65% de las reservas
mundiales demostradas de petróleo y el 33% de las de gas. Allí
se sitúan los cinco Estados con las mayores reservas del mundo,
todos ellos miembros de la Organización de Países Exportadores
de Petróleo (OPEP): Arabia Saudí (26.1%), Iraq (10%), los
Emiratos Arabes Unidos, EAU (9.8%), Kuwait (9.7%) e Irán (8.9%).
Extraer un barril de petróleo en esta región cuesta entre
cinco y diez veces menos que en otras zonas del mundo, que ni cuentan con
sus reservas ni con sus rutas de exportación. En la primera década
del siglo XXI esta región suministrará al resto del mundo
más de la mitad del petróleo que consumirá, en una
tendencia al alza; la dependencia energética estadounidense será
aún mayor: del 70%. EEUU considera por ello objetivo estratégico
el control de Oriente Medio.
Pese a que Iraq fue desalojado
de Kuwait durante la Guerra del Golfo de 1991, las sanciones económicas
impuestas a este país en agosto del año anterior por el Consejo
de Seguridad de la ONU tras la ocupación del emirato se han mantenido
hasta la actualidad. El embargo impide a Iraq exportar su petróleo,
nacionalizado en 1972. Solo desde 1997 Iraq ha podido exportar un pequeña
cantidad de crudo para la compra de productos de primera necesidad, de
la que sin embargo un tercio ha de destinarse al pago de la deuda de guerra.
Desde 1990 Iraq ha dejado de
exportar más de 3 millones de barriles diarios de petróleo,
su cuota en la OPEP antes del embargo. Esta cuota está siendo exportada
desde entonces por Kuwait y sobre todo -el 75%- por Arabia Saudí,
que ha aumentado así sus ventas de petróleo desde 5,4 a más
de 8 millones de barriles diarios. Gracias a estos ingresos suplementarios
multimillonarios, Kuwait y Arabia Saudí han podido recuperar parte
del dinero entregado a EEUU durante la Guerra del Golfo (34 mil millones
de dólares), gastar sumas fabulosas en comprar armamento y contener
su déficit presupuestario.
Entre 1990 y 1997, los seis Estados
del "Consejo de Cooperación del Golfo" (Arabia Saudí, Qatar,
Kuwait, Bahrein, Omán y los EAU: las llamadas petromonarquías)
han firmado contratos militares con EEUU por valor de 36 mil millones de
dólares, la tercera parte de todas las exportaciones militares estadounidenses.
La monarquía saudí es el mayor comprador de armas del mundo:
de los 45 mil millones de dólares obtenidos por la venta de petróleo
en 1997 ha gastado 11 mil millones en armamento, en su mayoría en
aviones de combate y bombarderos comprados a EEUU y Gran Bretaña.
El negocio es redondo. Gracias
a la prolongación del embargo a Iraq, pese a los recientes recortes
de las cuotas de exportación por parte de la OPEP y a la caída
del precio del petróleo, los reyes y príncipes del Golfo
pueden seguir engrosando sus fortunas familiares depositadas en bancos
extranjeros y pagar la seguridad militar que EEUU les brinda para su supervivencia
política. Por su parte, EEUU canaliza ahora todo el flujo financiero
de Oriente Medio hacia su complejo productivo industrial-militar
-engrasando con ello su economía- y controla buena parte del mercado
petrolífero mundial.
Para mantener este lucrativo
circuito de petrodólares y armas, EEUU ha de mantener el embargo
a Iraq y su control militar directo de toda la región, generando
un clima permanente de inestabilidad y amenazas que justifique este gasto
armamentístico y la presencia de sus tropas, navíos y aviones.
Todo cuadra: EEUU le está vendiendo a Arabia Saudí, Kuwait
y al resto de las petromonarquías el armamento y la tecnología
militar que el propio ejército estadounidense necesita para mantener
su despliegue y mejorar su capacidad de intervención rápida
en el Golfo. El objetivo de EEUU es almacenar allí más de
medio millón de toneladas de equipo militar.
CAMPAÑA POR EL LEVANTAMIENTO DE LAS SANCIONES
A IRAQ
(CAUM, Comité de Solidaridad con la
Causa Árabe, Izquierda Unida, ONG Sur)
Tlfno./Fax 91.531.75.99