La
aplicación por el Partido Popular gobernante, del artículo 155 añadido a la
Constitución española en Cataluña.
<<Ni
es la primera vez que surgen movimientos nacionales en Rusia ni le son
inherentes a ella sola. La época del triunfo definitivo del capitalismo sobre
el feudalismo, estuvo ligada en todo el mundo a movimientos nacionales. La base
económica de estos movimientos estriba en que, para la victoria completa de la
producción mercantil, es necesario que la burguesía conquiste el mercado interior,
es necesario que territorios con población de un solo idioma adquieran cohesión
estatal, eliminándose cuantos obstáculos se opongan al desarrollo de ese idioma
y a su consolidación en la literatura. El idioma es el medio principal de
comunicación entre los hombres; la unidad de idioma y el libre desarrollo del
mismo, es una de las condiciones más importantes de una circulación mercantil
realmente libre y amplia, correspondiente al capitalismo moderno, de una
agrupación libre y amplia de la población en cada una de las diversas clases;
es, por último, la condición de un estrecho nexo del mercado con todo
propietario, grande o pequeño, con todo vendedor y comprador.
Por
ello, la tendencia de todo movimiento nacional es formar Estados nacionales,
que son los que mejor cumplen estas exigencias del capitalismo contemporáneo.
Impulsan a ello factores económicos de lo más profundos, y para toda la Europa
Occidental, es más, para todo el mundo civilizado, el Estado nacional es por
ello lo típico, lo normal en el período capitalista.
Por consiguiente, si queremos
entender lo que significa la autodeterminación de las naciones, sin jugar a
definiciones jurídicas ni "inventar" definiciones abstractas, sino
examinando las condiciones históricas y económicas de los movimientos
nacionales, llegaremos inevitablemente a la conclusión siguiente: por
autodeterminación de las naciones se entiende su separación estatal de las
colectividades de otra nación, se entiende la formación de un Estado nacional
independiente>>. (V. I. Lenin: “El derecho de las naciones a la
autodeterminación”. Versión digitalizada. Ver en Pp. 1
Cap.1).
A): Discurso del Rey de España Felipe
VI el pasado 03 de octubre
Estamos
viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. Y en estas
circunstancias, quiero dirigirme directamente a todos los españoles. Todos
hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en Cataluña, con la pretensión final de la Generalitat de que sea
proclamada ilegalmente la independencia de Cataluña.
Desde
hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada,
han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la
Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su
autogobierno.
Con sus
decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y
legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del
Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña.
Han
quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han
socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando
─desgraciadamente─ a dividirla. Hoy la sociedad catalana está
fracturada y enfrentada.
Esas autoridades
han menospreciado los afectos y los sentimientos de solidaridad que han unido y
unirán al conjunto de los españoles; y con su conducta irresponsable incluso
pueden poner en riesgo la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda
España.
En
definitiva, todo ello ha supuesto la culminación de un inaceptable intento de
apropiación de las instituciones históricas de Cataluña. Esas autoridades, de
una manera clara y rotunda, se han situado totalmente al margen del derecho y
de la democracia. Han pretendido quebrar la unidad de España y la soberanía
nacional, que es el derecho de todos los españoles a decidir democráticamente
su vida en común.
Por
todo ello y ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme
compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los
legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal
funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el
autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de
Autonomía.
Hoy quiero, además, transmitir varios
mensajes a todos los españoles, particularmente a los catalanes.
A los
ciudadanos de Cataluña —a todos— quiero reiterarles que desde hace décadas
vivimos en un Estado democrático que ofrece las vías constitucionales para que
cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la ley. Porque,
como todos sabemos, sin ese respeto no hay convivencia democrática posible en
paz y libertad, ni en Cataluña, ni en el resto de España, ni en ningún lugar
del mundo. En la España constitucional y democrática, saben bien que tienen un
espacio de concordia y de encuentro con todos sus conciudadanos.
Sé muy
bien que en Cataluña también hay mucha preocupación y gran inquietud con la
conducta de las autoridades autonómicas. A quienes así lo sienten, les digo que
no están solos, ni lo estarán; que tienen todo el apoyo y la solidaridad del
resto de los españoles, y la garantía absoluta de nuestro Estado de Derecho en
la defensa de su libertad y de sus derechos.
Y al conjunto de los españoles, que
viven con desasosiego y tristeza estos acontecimientos, les transmito un
mensaje de tranquilidad, de confianza y, también, de esperanza.
Son
momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero
saldremos adelante. Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de
lo que somos. Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos.
Y lo son porque están basados en el deseo de millones y millones de españoles
de convivir en paz y en libertad. Así hemos ido construyendo la España de las
últimas décadas. Y así debemos seguir ese camino, con serenidad y con
determinación. En ese camino, en esa España mejor que todos deseamos, estará
también Cataluña.
Termino
ya estas palabras, dirigidas a todo el pueblo español, para subrayar una vez
más el firme compromiso de la Corona con la Constitución y con la democracia,
mi entrega al entendimiento y la concordia entre españoles, y mi compromiso
como Rey con la unidad y la permanencia de España.
B1): Discurso de Javier
Pérez Royo, catedrático de derecho constitucional en la Universidad de Sevilla,
pronunciado el pasado 25 de noviembre:
<<Se entiende por sufragio activo al derecho de la persona física, reconocida en la legislación de cada Estado, según el
cual, los electores podrán emitir un voto para elegir representantes o para
aprobar o rechazar referendos. Aquellos sujetos con derecho al sufragio
pasivo que fueren elegidos, estarán vinculados a los electores mediante el
vínculo denominado mandato representativo. En el supuesto del referéndum, el
resultado del proceso electoral supondrá un
vínculo de mandato imperativo (con sus electores). En ocasiones,
el ordenamiento jurídico restringe el
derecho al sufragio activo. Tal restricción proviene de dos clases de
circunstancias: Mayoría de edad: Aquel sujeto que no ha alcanzado
la mayoría de edad es considerado por el ordenamiento como incapaz y, por lo tanto, no puede tener
acceso al sufragio activo. (Varía de un ordenamiento a otro. En España, la
mayoría de edad se alcanza a los 18 años)>>. (https://es.wikipedia.org/wiki/Sufragio_activo).
<<Electoralmente
Catalunya se ha ido distanciando de España poco a poco. Desde las elecciones
del 15 de junio de 1977 hasta las catalanas de otoño de 2010 hay una notable
homogeneidad en términos electorales, entre lo que ocurre en el sistema
político español y en el catalán. Si me apuran, diría que hasta las de 2011
municipales de mayo y generales de noviembre. Lo único que singulariza los
resultados electorales catalanes de 2010 y 2011 respecto de los anteriores, es
el descenso muy acusado del PSC/PSOE compensado con la subida de CiU y PP. Pero
la suma de las tres formaciones políticas, CiU, PP y PSC/PSOE, por un lado, y
la suma del PP y PSC/PSOE, por otro, todavía se corresponden en los procesos electorales
de 2011 con los de 1980 y todos los posteriores.
En las elecciones generales de 2011,
CiU, PP y PSC/PSOE sumaron 41 escaños de 47 (43 en 2008, 37 en 2004, 44 en
2000, 43 en 1996 y 1993, 42 en 1989, 45 en 1986 y 1982). PP y PSC/PSOE sumaron
en todas más del 50% de los escaños salvo en 1989 (46,2%) y en 1911 (47,3 %).
Los tres partidos políticos que habían
gestionado la gobernabilidad de Catalunya y de España y que daban estabilidad
al sistema político en su conjunto, y los dos partidos de gobierno de España,
cuya presencia en Catalunya hacía que hubiera homogeneidad entre el sistema
político español y el subsistema político catalán, se mantenían a finales de
2011 como lo habían hecho desde 1982. No con el mismo porcentaje y número de
escaños cada uno, pero sí todos juntos. La pérdida del PSC/PSOE quedaba
compensada por la fortaleza de CiU y PP. La correlación entre el sistema
electoral catalán y español se mantenía prácticamente intacta. La integración
de Catalunya en el Estado no parecía un problema para el que no se pudiera
tener respuesta con base en la Constitución de 1978.
La apariencia de estabilidad empezaría a
desmoronarse a partir de 2012 al calor del avance de la reivindicación del
llamado “derecho a decidir”, que ha provocado un terremoto en el sistema de
partidos de Catalunya y, como consecuencia de ello, un terremoto también en la
relación entre el sistema de partidos catalán y el español. En Catalunya esa
inestabilidad ha conducido primero a la desintegración de CiU y después a la desaparición
de los dos partidos que integraban la coalición, que están en proceso de
refundación uno y liquidado el otro. La relación entre Catalunya y el Estado,
ha conducido a la reducción a la mitad de la presencia de los partidos de
gobierno de España en Catalunya. Los 13 escaños de los 47 posibles que el PP y
el PSOE han sumado en las elecciones generales de 2015 y 2016 los han
convertido en partidos que casi rozan la marginalidad dentro del sistema de
partidos catalán.
PSE/PSOE y PP pudieron constituir
gobierno en 2009 en el País Vasco. Hoy están en una posición casi marginal
La desintegración del sistema de
partidos en Catalunya, que está en consecuencia en un proceso de recomposición,
y el divorcio entre el sistema de partidos de Catalunya y del Estado, han
venido para quedarse. No parece que, al menos en el tiempo en que es posible
hacer predicciones, vayamos a volver a una situación parecida a lo que fue el
sistema de partidos que podríamos calificar de “la transición”.
Y este es un problema muy serio en
general, pero, sobre todo, para encontrar una respuesta a la integración de
Catalunya en el Estado. El pasado 30 de octubre, el profesor Rodríguez Teruel
publicaba un artículo en El Periódico con el expresivo título “La
debilidad del PP en Catalunya no facilita la salida”, en el que afirmaba:
“mientras se mantenga esa anómala situación en la que el partido más importante
de España es testimonial en Catalunya, las opciones para resolver el
asunto resultarán poco creíbles”.
En mi opinión, la debilidad del
PSC/PSOE es por lo menos tan preocupante como la del PP, si no todavía más. Y
ambas debilidades juntas dibujan un escenario de una complejidad extrema.
Porque además, el divorcio catalán se ha extendido al País Vasco. PSE/PSOE y PP
pudieron constituir gobierno en 2009 en el País Vasco. Hoy están en una
posición casi marginal.
En un momento en que se empieza a
hablar de reforma de la Constitución, con algo más de consistencia de lo que se
ha hecho en el pasado y en el que va a empezar a andar la Comisión en el
Congreso de los Diputados, pactada entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, no se
puede perder de vista que el sistema de partidos que se configuró a partir de
los resultados electorales del 15 de junio de 1977, tanto en Catalunya como en
el Estado, que se reproducirían en las elecciones de 1979 con los que se
negociarían los Estatutos de Autonomía de Catalunya y País Vasco, tiene poco
que ver con la relación que existe entre el sistema de partidos de ambas
nacionalidades y el del Estado.
El divorcio electoral entre Catalunya
y el País Vasco de un lado, y el resto del Estado del otro, es un dato con el
que habrá que contar en el proceso materialmente constituyente que ya tenemos
abierto en España>>. (Cfr.: https://www.ara.cat/es/opinion/Divorcio-electoral_0_1912008990.html).
B2) Severa crítica de Javier Pérez Royo al discurso del
Rey.
<<Un discurso como el que dirigió el Rey Felipe VI a la
sociedad española por televisión el pasado 3 de octubre, no tiene cabida en una
Monarquía Parlamentaria, en el único tipo de Monarquía compatible con un Estado
Democrático de Derecho. El Rey se arrogó un protagonismo político que no le
corresponde, anteponiendo el principio monárquico del artículo 1.3 en la Constitución
española (CE) — al principio de legitimación democrática del art. 1.2 CE.
Lo hizo, además, con una torpeza
extrema, identificándose con el discurso del Presidente del Gobierno, con un
“discurso de parte”, que, entre la “angustia” que atravesaba por igual a las
dos mitades en que estaba dividida la sociedad catalana —la nacional
autonomista y la republicana independiendiente—, tomaba partido por una de
ellas contra la otra. Su agresividad contra la primera mitad nacionalista y el
apoyo incondicional a la otra mitad con una retórica españolista, no podía
conducir más que a hacer más profunda dicha división.
En dicho discurso estuvo el origen de
la activación del art. 155 CE de la forma en que se acabó haciendo, que no es
la prevista en la Constitución. La Constitución contempla una reacción “de
naturaleza política” frente a un “ejercicio desviado del poder por una
Comunidad Autónoma”. Se trata de una respuesta política por parte del Estado
para imponer a la Comunidad Autónoma el cumplimiento de la Constitución o
de la Ley que esta última está desconociendo. El 155 en la Constitución
Española (CE) es un instrumento de “protección excepcional o extraordinaria” del Estado Nacional frente a
una emergencia de naturaleza política independentista.
En la forma en que se ha activado, la
reacción de naturaleza política
ha desembocado en una reacción de “naturaleza
penal”, que no estaba
prevista de ninguna de las maneras en la Constitución. Políticamente el
art. 155 CE va a tener una duración breve: los cincuenta y cinco días del
proceso electoral y los días que sean necesarios para la investidura del
President de la Generalitat. Penalmente va a tener una duración indefinida. Ya
son 28 los dirigentes políticos investigados por el Tribunal Supremo, 18 de los
cuales son parlamentarios electos.
Lo que estaba previsto en la
Constitución para “corregir políticamente un comportamiento políticamente
desviado”, se ha convertido en una persecución
penal de toda la política desplegada por el nacionalismo catalán en los últimos
años. Para esto es para la que está siendo utilizada la activación del
art. 155 CE.
Políticamente en el Parlament y en el
Govern va a estar la misma mayoría parlamentaria y el mismo Govern que antes de
la activación del 155 CE. La diferencia va a estar en que los máximos
dirigentes de dicha mayoría van a estar procesados penalmente. Y en que, como
consecuencia de ello, la línea que divide políticamente por mitad a la sociedad
catalana se ha hecho más ancha y más profunda.
El art. 155 CE ha dejado de ser un
instrumento de “rectificación política de una conducta políticamente
desviada”, para convertirse en un instrumento de “persecución penal del adversario político”, algo muy común
en las sociedades pre-democráticas, pero que no ha ocurrido nunca en un Estado Social y Democrático de Derecho.
Una democracia no puede operar si se
utiliza el sistema de Administración de Justicia lato sensu, Ministerio Fiscal, Tribunales y Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad en su función de policía judicial, contra el adversario político. No hay nada de qué hablar políticamente.
Esa es la posición del Presidente del
Gobierno nacional avalada el 3 de octubre por el Rey. Para eso disponemos de los Fiscales,
Jueces, policías nacionales y guardias civiles.
En esto es en lo que ha acabado
desembocando la activación del art. 155 CE. Y esto es lo que desató el Rey Felipe VI con su imprudente e
inmoderado discurso del 3 de octubre. “A por ellos” no puede ser
nunca el discurso de un Jefe del Estado. Y menos si carece de legitimidad
democrática.
Felipe VI parece haberse dado cuenta
de su error. En su discurso de felicitación de la Navidad del 24 de diciembre
ha corregido el tono e incluso el contenido de su discurso anterior. No puede
reconocerlo, pero es obvio que así ha sido. Implícitamente ha reconocido que no
puede ser portavoz de una parte de la sociedad catalana contra la otra.
El problema es que llega tarde. El mensaje
dirigido a todos los parlamentarios elegidos el 21-D de que tienen que trabajar
juntos con el objetivo de servir al conjunto de la sociedad catalana,
difícilmente puede abrirse camino, cuando
los dirigentes de una parte de ellos están en la cárcel o amenazados con penas
de cárcel. ¿A qué acuerdo se puede llegar bajo una amenaza de esta
naturaleza?
¿Por qué dice la Constitución en el
artículo 14 que “los españoles son iguales…”? ¿Por qué no dice “los seres
humanos” o “las personas” son iguales…? Por el derecho de participación
política reconocido en el artículo 23 de la Constitución, que está reservado a los ciudadanos españoles.
La igualdad constitucional es el
resultado de la confluencia de un principio antropológico de carácter
universal, la dignidad humana, reconocido en el artículo 10 CE y de un
principio político de carácter territorialmente circunscrito, la participación
en condiciones de igualdad en la formación de la voluntad general mediante el
ejercicio del derecho de sufragio, reconocido en el artículo 23 a los españoles
exclusivamente. Por eso, todos los seres humanos son titulares de derecho, pero
únicamente los españoles lo son en condiciones de igualdad, porque únicamente
ellos son titulares del derecho de sufragio. Exactamente igual ocurre en
Francia con los franceses, en Alemania con los alemanes y así en todos los
países democráticamente constituidos. La igualdad constitucional no es nunca
exclusivamente humana. Es siempre también política. (Cfr.: http://www.eldiario.es/zonacritica/discurso-rey_6_722387764.html. (El subrayado y lo entre paréntesis nuestro).
El derecho de sufragio es el derecho
específicamente constitutivo de la vertiente política de la igualdad. Es el
calificativo de la igualdad humana, con base en el cual se constituye el Estado
Democrático. Sin el derecho de sufragio la Democracia como forma política no es
ni intelectualmente pensable ni técnicamente organizable.
Justamente por eso, se trata de un
derecho cuyo ejercicio únicamente puede ser limitado mediante sentencia
judicial firme por un delito que lleve aparejada la pérdida del ejercicio del
mismo. Sin sentencia judicial firme el derecho de sufragio tanto en su
vertiente activa como pasiva, que son inescindibles, es un derecho intocable,
que prevalece frente a cualquier otro, porque es el fundamento en el que
descansa la democracia como forma política y en el que se apoya la arquitectura
del Estado Constitucional.
Impedir el ejercicio del derecho de
sufragio activo o pasivo sin sentencia judicial firme es el más grave delito de
PREVARICACIÓN que se puede cometer en DEMOCRACIA. Es un delito de PREVARICACIÓN
CONTRA LA DEMOCRACIA DE MANERA DIRECTA.
Causa sonrojo tener que recordar el ABC
del Derecho Constitucional de la Democracia, cuando se van a cumplir cuarenta
años de la entrada en vigor de la Constitución, pero es que he leído en la
información de La Vanguardia y de El País, que el Gobierno de la Nación
considera que está en las manos del juez instructor del Tribunal Supremo
permitir que Jordi Sánchez acuda al Parlament a presentar su programa de
gobierno y solicitar la investidura.
No sé de donde habrán sacado la
información los periodistas que han redactado sus crónicas, pero quienes se la
hayan transmitido no saben una palabra de lo que la Constitución y la
legislación de desarrollo de la misma prevén para el ejercicio del derecho de
sufragio activo y pasivo.
Con la Constitución Española no es
posible impedir que Jordi Sánchez acuda al Parlament para la sesión de
investidura. En el caso de que el juez instructor del Tribunal Supremo
entendiera que puede impedirlo, no solamente podría Jordi Sánchez querellarse
contra él por prevaricación, sino que podría también solicitar la nulidad de
toda la instrucción. Es un delito tan grave el que estaría cometiendo el juez
instructor que lo inhabilitaría para el ejercicio de la función jurisdiccional
a partir de ese momento, además de comprometer de manera sobrevenida todas sus
decisiones anteriores en esta causa.
Obviamente la decisión sería
recurrible en amparo ante el Tribunal Constitucional, que para darla por buena,
tendría que desdecirse de lo que ha sido su jurisprudencia sobre el derecho de
sufragio de manera ininterrumpida hasta la fecha. Y en el caso de que así lo
hiciera, quedaría abierta la vía para acudir al Tribunal Europeo de Derechos
Humanos.
Judicializar cuestiones que son
esencialmente políticas acaba o puede acabar teniendo consecuencias como éstas.
Los vericuetos judiciales son numerosos e imprevisibles a priori en asuntos
como este, cuando lo que está en juego es nada menos que la integración de un
ente subcentral dentro de un Estado políticamente descentralizado. Se trata de
uno de los problemas político-constitucionales más enrevesados, si no el que
más, de todos los que se pueden plantear. Cuáles son los derechos que van a
acabar haciendo acto de presencia a lo largo de un proceso de esta naturaleza,
no es algo que se pueda saber con seguridad cuando se registra la querella ante
el Tribunal. Cuando el asunto es esencialmente político, el conflicto entre la
Política y el Derecho puede emerger en el interior del proceso en cualquier
momento y convertirse en inmanejable. Lo que no puede ser no puede ser y,
además, es imposible. Es lo que ocurre cuando se delega en los Tribunales dar
respuesta a la integración política de Catalunya en el Estado español>>. https://www.eldiario.es/zonacritica/Prevaricacion-democracia_6_745135522.html
C) La políticamente obsecuente y jurídicamente
prevaricadora intervención del Juez Instructor Pablo Llarena
¿Obsecuente
con quién? Con el corrupto Partido Popular a cargo del gobierno en España. Después
de que Carles
Puigdemont renunciara a
la presidencia del Parlament catalán
delegando expresamente su cargo en favor de Jordi
Sánchez, el pasado jueves 1 de
marzo Javier Pérez Royo ha manifestado en un artículo publicado por Eldiario.es, que si el juez Pablo Llarena impidiera que Jordi Sánchez se presente a la
investidura de Presidente en esa institución legislativa,—dado su carácter de legítimo
sujeto pasivo como diputado
que es—, cometerá prevaricación:
<<Impedir
(a Sánchez) el ejercicio del derecho
de sufragio activo o pasivo sin sentencia judicial firme, es el más
grave delito de prevaricación que se puede cometer en democracia. Es un delito
de prevaricación contra la democracia de forma directa, añadió. Según Pérez
Royo, con la Constitución española en la mano no es posible impedir la
investidura de Jordi Sánchez. Y apunta que en caso de que el juez la impidiera,
Sánchez se podría querellar entonces contra él por prevaricación y, además,
podría solicitar la nulidad
de toda la instrucción. El juez instructor estaría cometiendo un delito tan
grave, que lo inhabilitaría para
el ejercicio de la función jurisdiccional a partir de este momento, además de
comprometer de forma sobrevenida todas sus decisiones anteriores en esta causa,
señaló. Impedir el ejercicio del derecho de sufragio activo o pasivo
sin sentencia judicial firme, es el más grave delito de prevaricación
que se puede cometer en democracia. Es un delito de prevaricación contra
la democracia de forma directa, añadió Pérez Royo>>. (“El
Nacional” Foto de EFE Barcelona. Jueves, 1 de marzo de
2018. El subrayado y lo
entre paréntesis nuestros).
Por su parte el propio Jordi
Sánchez ha coincidido con el pensamiento de Pérez Royo al denunciar que:
<<Los tribunales de justicia aplican
una política vestida de Ley. La vulneración de los derechos democráticos de
algunas personas, es la vulneración de los derechos de todos. El ahora ya candidato
de Junts per Catalunya a la presidencia de la Generalitat, Jordi
Sánchez, ha llamado en una entrevista concedida a “The Times”, a la
unidad del independentismo tras el
rechazo por parte de la CUP a votar a favor de su investidura. "Mantenernos
unidos es fundamental", ha subrayado en el diario británico, con el que ha
conversado a través de su abogado, Ben Emmerson. Según el equipo de
Emmerson, hay evidencias claras de que se han vulnerado derechos fundamentales
de los encarcelados, como sus derechos a participación política, de
asociación y a la libertad de expresión "solo por su defensa del
derecho de autodeterminación del pueblo catalán". Ha denunciado que los
cargos presentados contra ellos son "insostenibles", que son
"puramente políticos". Durante los próximos días, este organismo de la
ONU comunicará al Gobierno que ha recibido el recurso y que pone en marcha una
investigación. Los expertos analizarán los argumentos de Emmerson, y en las
próximas semanas o meses se pronunciará. Si bien las conclusiones no son
vinculantes, sí son un elemento de peso de cara a los tribunales
internacionales. El grupo de trabajo ha tratado casos de vulneraciones de
derechos humanos en países como Venezuela, Ruanda o Irán. Es el mismo
grupo que hace dos años dictaminó que Julian Assange, que está recluido en la
embajada de Ecuador en Londres, había sido detenido arbitrariamente.
Según el equipo de Ben
Emmerson, hay evidencias claras de que se han vulnerado derechos
fundamentales de los encarcelados, como sus derechos a la participación
política, de asociación y a la libertad de expresión "solo
por su defensa del derecho a la autodeterminación del pueblo catalán".
Ha denunciado que los cargos presentados contra ellos son
"insostenibles", que son "puramente políticos".
Durante los próximos días, este organismo
de la ONU comunicará al Gobierno español que ha recibido el recurso y que pone
en marcha una investigación. Los expertos analizarán los argumentos de
Emmerson, y en las próximas semanas o meses se pronunciarán. Si bien las
conclusiones no son vinculantes, sí son un elemento de peso de cara a los
tribunales internacionales. El grupo de trabajo ha tratado casos de
vulneraciones de derechos humanos en países como Venezuela, Ruanda o
Irán. Es el mismo grupo que hace dos años dictaminó que Julian Assange, todavía
recluido en la embajada de Ecuador en Londres, había sido detenido
arbitrariamente.
“Esperamos una declaración muy clara del
grupo", ha afirmado el jurista, una eminencia en el terreno de los
derechos humanos, que se ha mostrado muy optimista. Espera que lo que diga este
grupo de la ONU, aunque no sea vinculante traslade "presión política"
al Estado español para que rectifique. Ha advertido que estos encarcelamientos remiten
hasta una "época muy pasada de la historia de España".
El abogado británico ha avisado de que
este caso del Estado español puede suponer un "precedente peligroso"
contra el derecho de protesta pacífico en todo el mundo. “He reiterado que
los delitos de los que se les acusa requieren de una violencia que no existió”,
y ha recordado que desde 2005 ya no es delito celebrar un referéndum en el
Estado español.
"Imaginad por un momento
que el Reino Unido encarcelara a los líderes del Partido Nacionalista
Escocés para defender la independencia de Escocia", ha rebatido.
"Pues esta es la situación que tenemos en España".
Por su parte, la abogada Rachel Lindon ha
denunciado que "las autoridades españolas están actuando como una
dictadura, encarcelando a sus opositores políticos y rechazando liberarlos
hasta que renuncien a sus creencias políticas y abandonen sus cargos”. (https://www.elnacional.cat/es/politica/junqueras-sanchez-cuixart-naciones-unidas_234723_102.html).
<<Somos optimistas porque, tras
estudiar la documentación, estamos convencidos de que el encarcelamiento de los
presos políticos catalanes viola la legalidad internacional. La justicia
española, en un lamentable episodio de parcialidad, tiene a cuatro personas en
la prisión por el simple hecho de defender pacíficamente un proyecto político
diferente. Nosotros estamos seguros de que se ha procedido a una detención
arbitraria, que solo busca reprimir a los independentistas y que vulnera
los derechos fundamentales. La comunidad internacional se toma muy en serio los
posicionamientos de las Naciones Unidas. Pese a que la opinión del Grupo de
Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias no es vinculante, lo que esperamos es un
posicionamiento contundente ante esta gravísima actuación>>.
¿Hay
algún precedente similar al suyo?
<<Sí. En nuestro recurso detallamos
cada uno de los derechos blindados por tratados internacionales que ha suscrito
el Estado español, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y
detallamos la jurisprudencia del grupo de trabajo. Encontramos jurisprudencias
en países como Marruecos, Argelia o Venezuela, entre otros. El grupo de trabajo
ya se pronunció en un caso similar en Argelia, en el que se había detenido a
una persona (Kamel Eddine Tekhar) no por haber cometido un delito, sino por
haber participado en movilizaciones y actividades políticas no violentas.
También falló contra el gobierno de Marruecos por el caso del activista Salah
Eddine, que estaba a favor de la autodeterminación. El grupo concluyó que
estaba encarcelado por ejercer su derecho a la libertad de expresión y opinión.
En el caso catalán vemos cómo la justicia española ha transformado (tan arbitraria como) peligrosamente el
significado de la palabra violencia y la equipara al simple
hecho de ejercer derechos civiles como votar o presentarse a elecciones… Nada
en el proceso político catalán puede ser descrito como violento. Precisamente,
el grupo de trabajo se pronunció en estos términos en relación a la situación
en Venezuela. Los casos son comparables>>.
¿Qué derechos se han vulnerado a sus clientes?
<<En términos generales, derechos
fundamentales como la libertad de expresión, manifestación, opinión, asociación
y participación. El derecho a tener un juicio justo y la discriminación por
motivos políticos. Es decir, que los afectados están en prisión por sus ideas
políticas —por haber defendido el derecho a la autodeterminación de los
catalanes— es un caso claro de discriminación respecto a otras actuaciones
similares con diferentes personas implicadas>>, ha dejado dicho Javier
Pérez Royo.
Para denegar la libertad a Jordi Sánchez, el juez
Pablo Llarena argumenta que “mantiene su ideario”.
<<Eso
es suficiente para cuestionar que las detenciones son arbitrarias. Es decir,
que están motivadas por sus ideas>>.
Lo que diga el grupo de trabajo no será vinculante. No
sería la primera vez que la ONU advierte a España —por ejemplo sobre
desapariciones forzadas— y que no cambia nada en ese país.
<<Al menos sería un toque de
atención contundente a un Estado que dice ser democrático y respetuoso con los
derechos humanos>>.
¿Qué permitiría una conclusión favorable a los
intereses de sus clientes?
<<Es una buena pregunta, pero
debería hacérsela al juez o al Gobierno español. Para nosotros, lo más urgente
es su liberación>>.
¿Confía
en que la justicia europea acabe impartiendo justicia?
<<Estamos convencidos de que así
será y que los casos de Jordi Cuixart, Jordi Sánchez, Oriol Junqueras y Joaquim
Forn, no quedarán impunes>>.
De momento, excepto por la violencia policial el 1-O,
solo ha habido silencio en la comunidad internacional…
<<Sí, y no es suficiente. Por eso
vamos a la ONU>>.
Usted ha denunciado el autoritarismo de las
autoridades españolas…
<<Ha usado modos
dictatoriales y lo reitero. Es una vergüenza que un país como España, que
pasó por una durísima Guerra Civil y que aguantó la losa de la dictadura de
Franco y su séquito, tolere un espectáculo judicial como este>>.
. ¿Qué opina de su respuesta al conflicto catalán?
<<Solo puedo decir que su respuesta
judicial viola los derechos de nuestros clientes>>.
¿Existe la separación de poderes en España?
<<Si nos ceñimos al caso de
nuestros clientes, parece que no>>.
Hemos visto a ministros que avanzan lo que harán los
jueces, incluso al presidente Rajoy llamando a los jueces del Tribunal Constitucional
para instruirles acerca de lo que deben proponer, antes de que se reúnan para
decidirlo…
<<Algunas declaraciones públicas de
miembros del Gobierno español son, sin duda, violaciones de la presunción
de inocencia y cuestionan la independencia de la justicia en España.
(https://www.elnacional.cat/es/politica/entrevista-abogada-onu-presos-rachel-lindon_237609_102.html). El cabeza de lista
de la CUP en las últimas elecciones al Parlamento catalán, Carles Riera,
ha negado este lunes que los anticapitalistas se opongan a que el diputado
de JxCat y exlíder de la ANC,
Jordi Sànchez, sea presidente de la Generalitat, sino que “rechazan investir a cualquier
candidato que presente “un programa autonomista y no republicano”. No vetamos a Jordi Sànchez por una razón
fundamental, porque de nombres no hemos hablado. Estamos en una fase previa
de hablar de qué política, de qué acción de Govern haremos, ha asegurado
Riera en una entrevista de TV3. En ella ha garantizado la abstención de los
cuatro diputados de la CUP a la investidura de cualquier candidato, que no
lleve un programa republicano y de desobediencia. Si nos ponemos
de acuerdo con un programa de Govern republicano, no es un problema de nombres,
pero si no nos ponemos de acuerdo en esto que es primordial, será un problema
de nombres, ha insistido. Ha criticado que JxCat quiera desplazar la República
al simbolismo del exilio en Bélgica, mientras la Generalitat actúa en el marco
autonómico y que ERC
plantea llevar a cabo un proceso constituyente al margen de las instituciones,
algo que la CUP no avalará. También ha expresado perplejidad porque el portavoz
de ERC en el Congreso, Joan Tardá,
planteará en un artículo acercarse a “los
comunes” y al PSC, y ha pedido ensanchar el acuerdo entre independentistas.
En relación a todo esto, ha dejado clara su idea de que no va de tender puentes
con un Partido Socialista que ha votado a favor de la aplicación del artículo
155>>.
D) ¿Qué significa en realidad bajo el capitalismo,
el concepto de “autodeterminación de los pueblos”?
Según el pensamiento de Lenin cabe contestar a esta
pregunta diciendo que, cuando en un determinado país una fracción de la
burguesía constituida en Comunidad Autónoma decide independizarse de su
respectivo Estado nacional, es porque las condiciones socioeconómicas impuestas
por ese Estado son adversas a los intereses de una de sus fracciones. ¿Y cómo
explicaba Lenin tales circunstancias desde el punto de vista de la clase subalterna
de los asalariados? Que semejante movimiento para nada concierne a sus
intereses:
<<
¿Contestar "sí o no" en lo que se refiere a la separación de cada
nación? Parece una reivindicación sumamente "práctica". Pero, en
realidad, es absurda, teóricamente metafísica, y en la práctica conduce a
subordinar el proletariado a la política de la burguesía. La burguesía coloca
siempre en primer plano sus reivindicaciones nacionales. Y las plantea
de un modo incondicional. El proletariado las subordina a los intereses de la
lucha de clases. Teóricamente, no puede garantizarse de antemano que la
separación de una nación determinada, o bien su igualdad de derechos con otra
nación, pondrá término a la revolución democrático-burguesa. Al proletariado le
importa, en ambos casos, garantizar
el desarrollo de su clase; a la burguesía le importa dificultar este
desarrollo, supeditando las tareas de dicho desarrollo a las tareas de
"su" nación. Por eso, el proletariado se limita a la reivindicación
negativa, por así decir, de reconocer el derecho a la autodeterminación [de su clase], sin garantizar nada a ninguna nación ni comprometerse a dar nada a
expensas de otra nación.
Admitamos
que esto no será "práctico", pero es de hecho lo que garantiza con
mayor seguridad la más democrática de las soluciones posibles; el proletariado
necesita tan sólo estas garantías, mientras que la burguesía de cada nación
necesita garantías de sus ventajas, sin tener en cuenta la situación
(las posibles desventajas) de otras naciones.
Lo que
más interesa a la burguesía es que una reivindicación [suya] determinada sea "realizable"; de aquí la eterna política de
transacciones con la burguesía de otras naciones en detrimento del
proletariado. En cambio, al proletariado le importa fortalecer su clase
contra la burguesía, educar a las masas en el espíritu de la democracia
consecuente y del socialismo>>. (V. I. Lenin: “Sobre
el derecho de las naciones a su autodeterminación”. 1914. Cap. 4:
“Practicismo en el problema nacional” Versión digitalizada. Ver Pp. 8-9. Lo entre corchetes y el subrayado nuestros)
Según esta verdad irrebatible de
Lenin, los varios millones de asalariados y autónomos hoy residentes en
Catalunya, que desde los últimos días de setiembre pasado se dejaron engañar
una vez más por su propia e irresponsable indigencia intelectual en materia
política, colmaron las calles y plazas de ese territorio clamando por separarse
del Estado español, mientras otros al contrario se inclinaron por mantener el
actual status quo político nacional. Ambas partes todavía embrutecidas, ignoran
que hacer seguidismo en favor de la fracción burguesa que pugna por separarse
de España o, por el contrario sumarse a la que rechaza tal proposición, ambas
de tal modo divididas y enfrentadas no hacen más que debilitar sus propias
fuerzas, que debieran unirse en su condición de explotados para los fines de su
cada vez más imperiosa emancipación política como clase social explotada y
oprimida. Porque de no ser así, con autodeterminación nacionalista o sin ella,
el proletariado seguirá siendo la misma clase social subordinada y cada vez más
empobrecida; dividida entre las dos tendencias burguesas igualmente expoliadoras
y opresoras, en disputa por el territorio de Catalunya en este conflicto. Un
territorio donde con autodeterminación o sin ella, el carácter de la clase
social burguesa que pase a prevalecer en el poder, seguirá siendo de la misma
naturaleza social y política, o sea, capitalista, totalitaria, corrupta y
expoliadora; con los mismos o diferentes personajes usufructuarios a cargo de
ese poder político ahora mismo en disputa, pero social y políticamente la
misma. LA MISMA CLASE SOCIAL. Y si no, a ver quién puede explicar qué
diferencia social y política sustancial existe, entre el burgués separatista
Carles Puigdemont y su colega integrador contrincante Mariano Rajoy Brey.
Así las cosas, para ser libres de
verdad, pues, de esta realidad debieran ser plenamente conscientes los millones
de asalariados y autónomos que se manifestaron en Catalunya, reclamando
la autodeterminación política de ese territorio desde el pasado primero de
octubre. Tan conscientes como debieran serlo esos otros trescientos y pico de
mil que, por el contrario y de tal modo impulsados por el no menos estúpido
sentimentalismo patriótico español integrador, se movilizaron el pasado sábado
7 de octubre reivindicando la unidad política indisoluble de España, presidida
por la derecha burguesa más recalcitrante y corrupta del Partido Popular a
cargo del gobierno central:
Decía
Hegel y antes que él Baruch Spinoza, con plena razón, que “La libertad humana
es el conocimiento de la necesidad”. Este conocimiento es al que se deben
los ciudadanos subalternos de condición social asalariada en todo el Mundo: afanarse
por comprender la verdadera realidad en que viven, explotados y sometidos. Una
realidad que les empobrece, subordina y divide —relativa y absolutamente— cada
vez más. Deben por tanto dejar de seguir dilapidando su fuerza política en la
engañosa “democracia representativa”, que durante cada elección periódica
dispersa la ingenua voluntad de los electores entre los candidatos a gobernar, que
militan en los distintos partidos políticos afines al sistema capitalista, que
así se disputan el gobierno de las instituciones estatales según lo que
prometen y luego no cumplen. Debemos unirnos nacionalmente y a escala
planetaria, pues, en torno a la necesaria e irrenunciable tarea, de afanarnos
en comprender las verdaderas causas de la cada vez más insoportable realidad en
que vivimos, como única posibilidad de poder trascenderla históricamente para
siempre, tal como sucediera con el esclavismo y el feudalismo. Procediendo a
transformarla desde sus propias raíces ya caducas.
Puestos ante esta verdad de a puño, tal
debe ser por tanto nuestra estrategia de poder en el curso inevitable del
proceso hacia el final del capitalismo, por más que los políticos profesionales
burgueses taimados, mentirosos consuetudinarios y oportunistas rastreros, sigan
interesadamente difundiendo esa falsedad de que el
sistema fundamentalmente basado en la propiedad privada sobre los medios
de producción y de cambio, es tan progresivamente reformable como
eterno. Al sostener semejante superchería política para sus fines de compartir
indefinidamente la dictadura del capital junto a la burguesía, todos ellos sin
excepción demuestran ser unos enajenados mentales como producto de sus
previas y propias ambiciones personales encubiertas, que nada en
absoluto tienen que ver con la verdad histórica que alumbra la inevitable
perspectiva de un futuro, sin explotadores ni explotados, presidida por la “democracia
del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Tal como la definiera
Abraham Lincoln el 19 de noviembre de 1863 que por consagrar esa causa suya,
dos años después le asesinaron. Teniendo en cuenta que la expresión “por el
pueblo”, significa y exige poner en vigencia la democracia directa de
las mayorías explotadas y oprimidas que así dejan de serlo paras
siempre.
Todos los ciudadanos de condición asalariada en el Mundo
debemos saber, pues, sin excepción, que mientras insistamos la mayoría de
nosotros en ignorar la verdadera realidad y dividir complacientes dispersando nuestra propia voluntad política, delegándola irresponsablemente
entre las distintas fracciones de empresarios en contubernio con sus colegas,
los taimados y corruptos “representantes” políticos profesionales en cada país,
para nosotros sólo habrá cada vez más miseria y opresión social sistemática
sobre las mayorías, cuando no guerras de rapiña entre las minorías opulentas,
donde nosotros seguiremos siendo, como siempre hasta hoy, simple carne de
cañón.
Pero la premisa fundamental para superar el actual estado
de cosas en este mundo, en modo alguno pasa por señalar a determinados sujetos expoliadores
y corruptos —como es el caso en la sociedad civil de los empresarios y, en los
distintos estados nacionales los políticos profesionales institucionalizados—,
porque toda la inmundicia moral que sigue supurando la relación entre empresarios
corruptores y políticos institucionalizados corruptos, en la sociedad actual
desde la Revolución Francesa hasta nuestros días, radica no en los
individuos sino en el sistema económico, social y político todavía imperantes.
Y al respecto de este descubrimiento nosotros por enésima vez desde 1998, volvemos
a insistir aquí en apelar al pensamiento que dejó expuesto para la posteridad, uno
entre los más justos y sabios precursores de la verdad en toda la historia del
capitalismo:
<<Dos palabras para evitar posibles
equívocos. No pinto del color de rosa, por cierto, las figuras del capitalista
y el terrateniente. Pero aquí se trata de personas
en la medida en que son la personificación
de categorías económicas, portadores de determinadas relaciones e
intereses de clase. Mi punto de vista con arreglo al cual concibo como proceso de historia natural el desarrollo de
la formación económico-social [capitalista], menos que ningún otro podría
responsabilizar al individuo por relaciones de las cuales, él sigue siendo
socialmente una creatura, por más que subjetivamente pueda elevarse sobre las
mismas.
En
el dominio de la economía política, la investigación
científica libre no solamente enfrenta al mismo enemigo que en todos
los demás campos. La naturaleza peculiar de su objeto convoca a la lid contra
ella a las más violentas, mezquinas y aborrecibles pasiones del corazón humano:
las furias del interés privado. La alta iglesia de Inglaterra, por
ejemplo, antes perdonará el ataque a treinta y ocho de sus treinta y nueve
artículos de fe, que a un treinta y nueve avo de sus ingresos. Hoy en día el
propio ateísmo es culpa levis [pecado venial] si se lo compara con la crítica
a las relaciones de propiedad tradicionales. (Karl Marx: “El Capital” Prólogo
a la primera edición. Londres, 25 de julio de 1867. Ed. Siglo XXI/1978. Volumen
1 Pp. 8. El subrayado y lo entre corchetes nuestros).
¿Cuál
es el sustento a caballo del cual han venido prevaleciendo las tradicionales
relaciones sociales, entre la irrisoria minoría relativa de determinados individuos
degenerados por el capitalismo? Ese maldito germen patógeno inhumano, cosificador y genocida, no es otro que la
propiedad privada sobre los medios de producción y de cambio.
E) La necesidad de la revolución y el papanatismo político
pequeñoburgués interesado cómplice de la gran burguesía
<<De una parte, los
ideólogos burgueses y especialmente los pequeñoburgueses, obligados por la
presión de hechos históricos (objetivos) indiscutibles
a reconocer que el Estado sólo existe allí donde existen las contradicciones de
clase y la lucha de clases, "corrigen" a Marx de manera que el Estado resulta ser el
órgano de la conciliación de clases. Según Marx, el Estado no podría ni surgir
ni mantenerse si fuese posible la conciliación de las clases. Para los
profesores y publicistas mezquinos y filisteos ¡que invocan a cada paso en
actitud benévola a Marx!, resulta que el Estado es precisamente el que concilia
las clases. Según Marx, el Estado es un órgano de dominación de clase,
un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del
"orden" que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando los
choques entre las clases. En opinión de los políticos pequeñoburgueses, el
orden es precisamente la conciliación de las clases y no la opresión de
una clase por otra. Amortiguar los choques significa para ellos conciliar y no
privar a las clases oprimidas de ciertos medios y procedimientos de lucha para
el derrocamiento de los opresores>>. (V. I. Lenin: “El Estado y la Revolución” Cap. I Pp. 4. Lo entre
paréntesis y el subrayado nuestros).
Dada
su tradicional condición social, familiar e individual de modesta clase propietaria, a medio camino entre las dos
clases universales antagónicas bajo el capitalismo, la pequeñoburguesía en
general y muy especialmente su intelectualidad formada en los aparatos ideológicos del
sistema, por propio instinto de conservación
tiende natural y espontáneamente a que la contradicción
de intereses entre las dos clases sociales universales no se resuelva y
se perpetúe, manteniéndola viva sin
solución de continuidad, porque esa es su propia razón de ser y existir
en esta sociedad. Pero ese mismo instinto de conservación como clase dominante
intermedia, le induce a mediar en esa contradicción para que se modere y sus
dos extremos tiendan a conciliarse.
Y dado
que el Estado es la institución
política estratégica, encargada de administrar esa relación social
necesariamente contradictoria y antagónica entre explotadores y explotados —que
al mismo tiempo hace a la propia existencia de la clase propietaria
intermedia—, esto explica la predilección de no pocos de sus miembros, por
culminar su carrera universitaria como “catedráticos en ciencias políticas”,
para cursar esa otra carrera en pugna por ocupar los más altos cargos políticos
posibles en las instituciones estatales, para medrar en ellas cumpliendo su
función conciliadora.
Una
carrera desde cuya perspectiva de mediadores políticos en la contradicción
dialéctica entre capital y trabajo, los políticos
institucionalizados de condición social pequeñoburguesa proclaman a los
cuatro vientos representar a “la gente”, prometiéndole “políticas de progreso”.
Pero contradictoriamente lo hacen desde la perspectiva de un Estado que
constitucionalmente consagra el actual sistema de vida, basado en la propiedad
privada sobre los medios de producción y de cambio, para los fines de la
explotación de trabajo ajeno en sus respectivas empresas, donde durante cada
jornada laboral los asalariados dejan de ser sujetos con voluntad propia, para
ser lo más parecido a cosas semovientes u objetos al mando discrecional de sus
respectivos patronos.
De este
modo, mal que les pese a los advenedizos oportunistas con vocación de mando
político “democrático representativo” para fines de promoción económica
personal —como es el caso en España de la emergente organización política
“Podemos”—, el Estado moderno sigue siendo a todas luces, un órgano de dominación política despótica de
la burguesía sobre los asalariados. En esencia el mismo desde los tiempos de
Platón aunque un poco más civilizado, es decir, un instrumento de explotación y
opresión de unos seres humanos sobre otros.
Así las
cosas, estos intelectuales de extracción social pequeñoburguesa, desde su
estrecha y miope condición interesada
como catedráticos en ciencias políticas, debidamente instruidos por los
aparatos ideológicos del sistema capitalista, hechos a la idea de que la voluntad humana con rango
jerárquico superior debe prevalecer sobre la de sus subordinados, piensan que
también ese poder social tiene la omnímoda virtud y capacidad de determinar la realidad material exterior a los
sujetos en general. Como si, por ejemplo, la política económica de los gobiernos de turno pudiera
prevalecer sobre la economía política.
Es decir, como si los hechos que son objeto del conocimiento en esta ciencia
social, no se rigieran por leyes propias, objetivas
—las del mercado—, que como en la física y la química se cumplen
independientemente de cualquier voluntad humana.
En la
“séptima y última observación” a Proudhon de su obra escrita en 1847 titulada: “Miseria de la filosofía”, Marx dice
que:
<<Los
economistas (burgueses) tienen una singular manera de proceder.
Para ellos no hay más que dos clases de instituciones: Las unas artificiales, y
las otras naturales. Las instituciones del feudalismo son artificiales y las de
la burguesía son naturales. En esto los economistas se parecen a los teólogos,
que a su vez establecen dos clases de religiones. Toda religión extraña (a
la suya) es pura invención humana,
mientras que su propia religión es una emanación de Dios. Al decir que las
actuales relaciones —las de la producción burguesa— (entre capitalistas y
asalariados) son naturales, los
economistas dan a entender que se trata precisamente de unas relaciones bajo
las cuales se crea la riqueza y se desarrollan las fuerzas productivas de
acuerdo con las leyes de la naturaleza. Por consiguiente, estas relaciones son
en sí leyes naturales independientes de la influencia del tiempo. Son leyes
eternas que deben regir siempre la sociedad. De modo que hasta ahora ha habido
historia, pero ahora ya no la hay. Ha habido historia porque ha habido
instituciones feudales y porque en estas instituciones feudales nos encontramos
con unas relaciones de producción completamente diferentes de las relaciones de
producción en la sociedad burguesa, que los economistas quieren hacer pasar por
naturales y, por tanto, eternas>>. (K. Marx: Op. Cit. Ed.
Progreso-Moscú/sin fecha. Pp. 100. Versión digitalizada).
He
aquí el origen más remoto del papanatismo
político burgués interesado. Así, del modo más arbitrario, fue como se
forjó la tradición teórica sin fundamento científico alguno acerca de la
eternidad del capitalismo, que desde el revisionista Eduard
Bernstein en 1899,
hasta el inefable Francis
Fukuyama en 1992
hicieron suya, anunciando el fin de
la historia. Todos ellos, lacayos
de la burguesía, han venido callando miserablemente acerca de lo previsto y
demostrado en contrario matemáticamente por Marx, entre 1857 y 1858. ¿Y qué
decir ahora de estos noveles catedráticos en ciencias políticas, quienes ante
ese descubrimiento de Marx también callan por la cuenta que les trae,
deambulando con su intelecto por la superficie de los hechos?:
<<La
astucia (objetiva e
impersonal) de la sociedad burguesa (dada
la anarquía reinante en la producción, donde cada empresa propietaria produce
independientemente de las demás), consiste
precisamente en esto: que “a priori” [anticipadamente]
no existe para la producción una reglamentación social consciente. Lo
que la razón exige y la naturaleza hace necesario, sólo se realiza en la forma
de una media (promedio) que se
impone ciegamente (de espaldas a los productores y a instancias de la
competencia, que induce al desarrollo de las fuerzas productivas y los
múltiples intercambios en el mercado). Y
entonces el economista vulgar cree hacer un gran descubrimiento cuando,
puesto ante la revelación de la estructura interna de las cosas, proclama con
insistencia que estas cosas, tal como aparecen tienen un aspecto muy
diferente. En realidad se jacta de su apego a la apariencia, a la
que considera como verdad última. Entonces, ¿para qué otra ciencia? (Marx
se refiere a la investigación científica para descubrir la esencia de las cosas
que su apariencia oculta).
Pero hay en
este asunto otra intención. Una vez que se ha visto claro en estas interconexiones
internas (de las
cosas bajo el capitalismo), cualquier
creencia teórica en la necesidad permanente de las condiciones
existentes, se derrumba ante su colapso práctico. Las clases dominantes, pues,
tienen así en este caso un interés absoluto en perpetuar esta confusión y esta
vacuidad de ideas. De otro modo, ¿por qué se les pagaría a estos sicofantes
charlatanes, que no tienen más argumento científico que el de afirmar que en
economía política está terminantemente prohibido pensar? (Carta de Marx a
Ludwig Kugelmann 11/07/1868. Ed. La Habana/1975. Pp. 107. Lo entre paréntesis y
el subrayado nuestros. Versión digitalizada).
Con el mismo papanatismo burgués
interesado de su apego a lo que sólo parece ser —porque así se lo percibe de
espaldas a la realidad y, además, conviene—, ha procedido el novel populista
catedrático en ciencias políticas, llamado Iñigo Errejón, quien al ser
entrevistado por el diario “20 minutos”,
se ratificó en la idea de que el capitalismo es eterno, al sentenciar sin más —como
Jesús en los 10 mandamientos—, que “comunistas y socialdemócratas son especies
del pasado”:
<<Cien años después de Copérnico diversos
científicos discutieron el movimiento rotatorio de la Tierra, con el argumento
de que, en ese caso, debería percibirse directamente la vibración resultante de
ello. Y 60 años después de la aparición de “El
Capital” de Marx, la tendencia al derrumbe del capitalismo es discutida con
argumentos similares según los cuales, hasta el momento no se ha podido
percibir nada de la tendencia al derrumbe. Con ello se olvida la verdadera
función de la ciencia. Se olvida que desde el momento en que el derrumbe fuese
ya directamente perceptible, sus predicciones teóricas serían
superfluas>>. [Henryk
Grossmann: “La ley de la acumulación y
del derrumbe del sistema capitalista” Cap. III c) Ed Siglo XXI/1979 Pp.
342).
Pero el caso es que, tal como hemos
venido haciendo referencia en nuestros últimos trabajos, y como ya sucediera a
fines de los años treinta el siglo pasado evocando a Henryk
Grossmann, si el
capitalismo de aquellos tiempos pudo superar la histórica tendencia al derrumbe del sistema, no fue por sí mismo, por
esa presunta eternidad que mojigatos ideológicamente corrompidos
hasta los tuétanos —como el señor Íñigo Errejón & Cía— tan estúpida y
arrogantemente le atribuyen. Fue apelando a las contingentes “vibraciones” de
la Segunda Guerra mundial entre 1939 y 1945, cuyos enormes destrozos y muerte
por decenas de millones, permitieron retrotraer el sistema hacia condiciones económicas anteriores ya
superadas. Y tan cierto es esto como que de aquél holocausto fueron
plenamente conscientes los presuntos “próceres” de la época, como Benito
Mussolini, Adolf Hitler, Winston Churchill y Franklin Delano Roosevelt,
verdaderos genocidas que hicieron historia dejándose arrastrar por la barbarie
de sus propios intereses de clase y ejecutaron aquella barbarie. ¿Para qué?
Pues, para que la burguesía pudiera seguir disfrutando la misma historia. Esta
historia de hoy como la de antes desde la Revolución Francesa, que hoy a
sujetos como Errejón y tutti cuanti, les sigue resultando conveniente
parecerles, que ya se acabó hace mucho.
Como
si no fuera parte de la historia el hecho de que, el desarrollo incesante de la fuerza productiva del trabajo
social, contenido en los medios de producción cada vez más y más eficaces sustituyendo trabajo asalariado,
acabe dejando sin sentido ni posibilidades materiales de realización, a las
ganancias de los capitalistas y, por tanto, al sistema mismo:
<<La
burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los
instrumentos de producción y, por consiguiente, las relaciones de producción, y
con ello todas las relaciones sociales. La conservación del antiguo modo de
producción era, por el contrario, la primera condición de existencia de todas
las clases industriales precedentes. Una revolución contínua en la producción,
una incesante conmoción de todas las condiciones sociales, una inquietud y un
movimiento constantes distinguen la época burguesa de todas las anteriores.
Todas las relaciones estancadas y enmohecidas, con su cortejo de creencias y de
ideas veneradas durante siglos, quedan rotas; las nuevas se hacen añejas antes
de llegar a osificarse. Todo lo estamental y estancado se esfuma; todo lo
sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar
serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas>>. (K. Marx-F. Engels: “Manifiesto comunista” Cap. 1. Ed.
Progreso/1989 Pp. 39. Ed. digitalizada)
Despejado
este interrogante, el hecho de que bajo semejantes condiciones económicas
terminales, los actuales candidatos a representantes políticos sin distinción
partidaria en todo el Mundo, se disputen el gobierno de las instituciones
estatales prometiendo a estas alturas de la historia “políticas de cambio y de
progreso”, con ello no hacen más que confirmar el típico carácter embaucador de
sus promesas:
<<Parafraseando a Marx, la
burguesía ha conjurado a un brujo —la robotización, la producción automática,
el software y las tecnologías de la comunicación– cuyo único propósito es
desembarazarse de la mano de obra. La aceleración de la velocidad de las
computadoras y la ampliación de la aplicación de la informática a las
industrias, servicios y profesiones, ha alcanzado un nuevo nivel histórico.
Esto
significa que la tasa a la que el capital necesita relativamente cada vez menos
mano de obra, también ha alcanzado niveles históricos. Y los despidos de
trabajadores, el aumento del desempleo y del subempleo y la reducción de los
salarios [por la
presión que ejercen los parados sobre
los que aún conservan su trabajo], es
cada vez mayor.
Lo que los
autores y analistas burgueses no tienen nunca en cuenta, es que nada avanza
siempre en línea recta. Mucho antes de que se definan estas pesadillas
tecnológicas que los angustian, la clase obrera y los oprimidos van a
intervenir en el proceso económico y social para poner de manifiesto su papel
estratégico en la sociedad. La tecnología está dirigida contra la clase
trabajadora multinacional. Su objetivo es obtener cada vez más plusvalía, [cuando en realidad el progreso tecnológico incorporado a los medios de producción,
sustituye el empleo de mano de obra y, con él, disminuye la ganancia que sólo puede surgir del trabajo
humano explotado], de modo que la
tecnología está destinada a convertirse en un acicate para la lucha de clases.
Esta es la auténtica pesadilla de la burguesía ilustrada, ya incapaz de
vislumbrar un poco más el futuro.
Como ha
dicho Sam Marcy, la
revolución científico-tecnológica tiende a “disminuir [el empleo de] la fuerza de trabajo, al mismo tiempo que trata de aumentar la
producción”. Por lo tanto, la revolución tecnológica es un salto cualitativo
cuyos efectos [sociales] devastadores
[ente la clase asalariada], exigen
una estrategia revolucionaria para neutralizarlos.
Las maravillas de la tecnología que
deberían utilizarse para aliviar la carga del trabajo humano y crear abundancia
para la sociedad, en realidad se están utilizando para aumentar la miseria y la
pobreza. El desarrollo tecnológico en la era digital solo podrá avanzar y
alcanzar nuevos horizontes para la humanidad, tras la destrucción del
capitalismo. El capitalismo está ahora mismo en un callejón sin salida, al
igual que el feudalismo lo estuvo hace quinientos años>>. (Fred Goldstein: “El capitalismo en un callejón sin salida” Cap. 8 Pp. 95 Lo entre corchetes nuestro).
O sea, que
este callejón sin
salida para la burguesía, no está precisamente sólo determinado por la miseria relativa creciente que
genera el sistema entre las filas del proletariado, sino porque la ganancia de
los capitalistas aumenta
progresivamente menos que el gasto invertido en capital fijo para producirla,
hasta el punto de no resultar rentable. Y llega a este este extremo porque la competencia intercapitalista exige
una inversión cada vez mayor de capital fijo más y más eficiente, en detrimento
del empleo asalariado, que es lo que en
realidad genera la ganancia, de modo que así ésta última crece cada vez
menos, al mismo tiempo que el gasto
en capital fijo y circulante aumenta sustituyendo al proletariado, que
de tal modo deriva en la miseria más absoluta.
Así
las cosas, para compensar la
ganancia cada vez más irrisoria en la industria, los capitalistas procuran convertir la creciente miseria relativa del
proletariado en absoluta, atacando hasta el extremo las condiciones de
vida y de trabajo de los explotados, inyectando en la circulación monetaria
dinero fiduciario para disminuir su poder adquisitivo. Para ello utilizan lo
que Rudolf Hilferding dio en llamar capitalismo
financiero, entendido como fusión
entre el capital industrial y el bancario.
El
origen de esta fusión se remonta a la etapa del desarrollo tecnológico entre 1850 y 1914, cuando posibilitó
un aumento extraordinario de la producción industrial, y la expansión del
ferrocarril originó el crecimiento de industrias complementarias como las del
hierro, el carbón y el acero. Así fu cómo desde fines del siglo XX crecieron
también las industrias químicas y eléctricas. Ante semejante expansión de la
industria y el crecimiento económico, los bancos ampliaron sus actividades
otorgando gran cantidad de préstamos o créditos a largo plazo y, en muchos
casos, los mismos bancos invirtieron capitales en esas empresas industriales. Esta
etapa se caracterizó por la frecuente unión empresarial entre las industrias y los
bancos. En Francia, por ejemplo, este proceso de fusión estuvo encabezado por
los bancos Credit Mobilier —fundado en 1852— y el Credit
Lyonnais creado en
1863. En Alemania, el Darmastadter Bank y el Deustche Bank adquirieron
grandes industrias en ese país y extendieron su influencia y proyección hasta Rusia,
Austria e Italia. Fue la época en que únicamente las grandes empresas
—vinculadas a los “bancos— pudieron hacer frente a los altos costos de incorporar
los adelantos tecnológicos en las fundidoras de hierro y los convertidores de acero,
por ejemplo. Por su parte, los bancos otorgaban mayores facilidades de crédito
y capital a las empresas dedicadas a esas nuevas actividades industriales, que eran
las que permitían obtener mayores ganancias. En estas condiciones, las pequeñas
empresas no pudieron competir con las más poderosas y, por ello, tendieron a
desaparecer, quebrando y vendiendo sus bienes, lo cual dejó expedito el paso a
lo que por entonces se dio en llamar capitalismo
monopolista que Marx definió como centralización
del capital social en cada vez menos propietarios privados.
Pues
bien, durante esa misma etapa exultante de la burguesía empeñada en aquél desarrollo
del capitalismo, entre a 1857 y 1858 Marx se adelantó a dejar negro sobre
blanco su obra que tituló en alemán: “Grundrisse” (fundamentos). Allí
demostró que, a caballo de la competencia intercapitalista el consecuente
desarrollo científico-técnico incorporado a los medios de trabajo, dejaría
expedita la tendencia histórica
objetiva al derrumbe del sistema capitalista y la emancipación social
del proletariado. Pero que según el propio Marx pudo verificar, esa predicción
es sólo una tendencia que nunca podrá
ser de automática realización. Es decir, que sin mediar la acción política decisiva del
proletariado dicha emancipación superadora del capitalismo será imposible:
<<En
fin, dando por sentado que estos tres elementos: salario del trabajo, renta del
suelo, ganancia e interés son las fuentes de ingreso de las tres clases, a
saber: la de los terratenientes, la de los capitalistas [incluyendo naturalmente a los
políticos profesionales institucionalizados] y la de los obreros asalariados, como conclusión la LUCHA DE CLASES,
en la cual el movimiento [capitalista]
se descompone y es el desenlace de toda esta mierda>>. (Carta de Marx
a Engels 30/04/1868. Ed. La Habana/1983 Pp. 218. Lo entre corchetes nuestro).
Como ya informáramos en el en el trabajo
inmediatamente anterior a éste, en junio de 2012 el Presidente del gobierno
español Mariano Rajoy Brey durante la sesión de control al Gobierno en el Pleno
del Congreso, ha recordado que "todos los países de la UE han apoyado a
sus bancos". Añadió que sólo
en 2009 los estados miembros europeos gastaron en inyecciones de capital a sus
entidades financieras 1,5 billones de euros”. Y que la deuda externa española de
administraciones, familias, empresas y entidades financieras, en total superaba
por entonces los 982.000 millones de euros. Por su parte, el todavía ministro
de Economía, Luis de Guindos, afirmó en esa misma reunión que el crédito de
hasta 100.000 millones de euros concedido a España por la Unión Europea para
recapitalizar a la banca en este país, “no tendría coste alguno para sus
ciudadanos”.
El
rescate del gobierno a la banca española fue de 60.600 millones de euros. ¿Qué
hicieron los banqueros con ese dinero? Especular con él y malversarlo,
prestándolo a terceras personas con fines gananciales a determinadas tasas de
interés. ¿Cuál fue el resultado desde la perspectiva de los asalariados en este
país?:
<<Dejemos
aquí el ámbito de la producción de riqueza y volvamos a prestar atención por un
momento a la circulación discrecional de dinero
fiduciario. ¿Qué pasa con él en manos de los bancos?
Imaginemos la economía en un determinado país llamado “fidulandia”, donde solo
se producen cuatro televisores y hay dinero en circulación por valor de 1.000
euros. Cada televisor tendrá un valor de 250 euros = 1.000 / 4. Sobre esta base
de riqueza material comercializada y su contraparte correspondiente de dinero
circulante, supongamos que el Banco central en ese país decide imprimir
billetes y monedas por valor de otros 1.000 euros, que así su circulación
aumenta hasta un total de 2.000 euros. ¿Cuál es el resultado? Que cada
televisor se ha encarecido al doble: 250 euros más, en total, 500 euros = 2.000
/ 4, lo cual determina que sea necesaria una mayor cantidad de billetes y
monedas para comprar el mismo bien puesto a la venta, al mismo tiempo que la
masa de dinero emitida por el Banco central emisor se devalúa, de tal modo que
aun cuando el valor que aparece impreso en cada billete de papel-moneda en
circulación, sea el mismo que antes, en realidad su poder adquisitivo ha
disminuido a la mitad. O sea, que las cosas fabricadas y expuestas a la
venta por los empresarios, pasan a valer el doble que antes, de modo que así el
sistema empobrece relativamente todavía más a los asalariados compradores,
enriqueciendo a los burgueses vendedores. Así es cómo los patronos recuperan el
lucro cesante que les supone sustituir trabajo humano por maquinaria. Esto es
lo que ahora mismo está sucediendo en los mercados, donde el aumento de la masa
de dinero fiduciario en circulación, determina que su poder adquisitivo
disminuya y, por lo tanto, los precios de las cosas producidas aumenten,
mientras millones de asalariados sin empleo (a raíz de la creciente mecanización de la producción) son arrojados
al infierno de la pobreza extrema y la exclusión social>>. (https://www.nodo50.org/gpm/Catalunya/00.htm. El subrayado nuestro).
¿Y qué decir de los jubilados? Hoy la llamada “hucha de las
pensiones” en España ya está casi completamente vacía. Cuando Mariano Rajoy
Brey llegó a ser Presidente del Gobierno en diciembre de 2011, el fondo de
reserva estaba en el tope máximo habiendo alcanzado los 66.815 millones de
euros. Lo cual quiere decir que este instrumento, creado en el año 2000 con el
objetivo de acumular reservas para pagar las pensiones, que permitieran atenuar
los efectos causados por las reseciones en los ciclos económicos, han menguado
desde la llegada del PP al poder un 87,88%. Y en diciembre de 2017 solo había en
esa reserva 8.095 millones. Poco más que un 10%. El otro 90% se había esfumado
por malversación del gobierno a cargo del mismo Mariano Rajoy Brey. La última
de esas malversaciones acaba de ser anunciada el pasado 12 de marzo por el ministerio
de defensa a cargo de María Dolores de Cospedal, quien según lo
acordado en una reunión del gabinete presidencial decidió destinar 10.805
millones para la compra de armamento. Como si eso
fuera lo más importante. Y vaya uno a saber entre quienes se repartió “la
mordida” de ese dinero, gracias al secreto discrecional antidemocrático y
pro-delictivo que permite la “virtuosa democracia representativa”.
A todo esto y como
consecuencia inevitable de la competencia intercapitalista —que acelera el
progreso científico-técnico incorporado a los medios materiales de la
producción en todos los ámbitos industriales creadores de riqueza—, la sustitución
acelerada de trabajadores asalariados activos por maquinaria cada vez más
eficaz, con la misma fatalidad que aumenta la pobreza extrema y la exclusión
social de buena parte de los trabajadores sin empleo, al mismo tiempo reduce
significativamente no sólo la ganancia de los capitalistas, sino los
aportes al fondo de pensiones para la subsistencia de los jubilados. Y
este último no es un problema demográfico sino económico determinado por el
propio devenir del sistema en decadencia.
El resultado de toda esta
basura histórica, es que el capitalismo tienda objetivamente a dejar de
ser por sí mismo. O sea independientemente de la voluntad de
nadie. Y esa tendencia objetiva a dejar de ser consiste, precisamente,
en que aun todavía intacto, el sistema de vida burgués según sus propios
hechos pierde la condición de seguir existiendo.
Pero insistimos con Marx en
que bajo tales condiciones se trata sólo de una tendencia a la superación,
que no resuelve nada sin previamente mediar la imprescindible comprensión
y consecuente necesidad política de realizarse. Y esa comprensión
de que la tendencia a la superación del capitalismo se haga realidad es,
por lo tanto, una tarea que concierne exclusivamente a la clase obrera, que ha
venido sufriendo en mayor grado las cada vez más penosas consecuencias del
sistema.
Tal es la condición
suficiente para impulsar la decisión política y la fuerza, capaces
de hacer realidad lo que todavía hoy es solo una tendencia, o sea, el cada
vez más imprescindible cambio revolucionario de la realidad económica,
política y social, que sólo pueden llevar a término esas mayorías sociales
explotadas y oprimidas. Porque como una vez le dijera Marx a su amigo Wilheim Weitling: “La ignorancia jamás
ha sido de provecho para nadie”.
GPM.