10. Crítica de Ramiro a nuestro ejemplo numérico y precisiones que confirman su veracidad
<<Aquí se ve claramente vuestro error al igualar desvalorización o destrucción de capital con la destrucción física de las maquinarias>>.
El señor Ramiro ha insistido en impugnar
esta proposición sin aportar nada que confirme la verdad de lo que afirma.
Lo intentó traduciendo a términos de valor la composición técnica
de 20 a 1, comprobando que la composición orgánica resultante
le llevó al mismo resultado. Se ha confundido interpretando que nosotros planteamos
el ejercicio numérico en una situación de crisis durante la
cual se desata una guerra. Como si se tratara de superar esa
supuesta interrupción violenta de la producción y —dicho con sus propias palabras—,
“relanzar el ciclo”. No advirtió que nosotros planteamos el problema al interior
de un país, donde suponemos que el proceso de acumulación discurre bajo circunstancias
económicas normales y que, bajo tales condiciones sucede un terremoto.
Sin embargo, el señor Ramiro ha podido comprobar que se llega al mismo resultado
y así lo reconoce. No obstante, sigue en sus trece concluyendo:
<<De todas maneras si seguimos los
ejemplos numéricos que ustedes han dado no se demuestra que se relance el
ciclo. En vuestros ejemplos solo hay una destrucción de capital que hace aumentar
la tasa de ganancia de 2,38% a 2,5% hasta retornar a la masa de capital constante
y variable anterior donde se volverá a estancar el sistema una vez que la
tasa de ganancia se ubique nuevamente en 2,38%.
¿Donde está la reproducción ampliada? El relanzamiento
del ciclo supone que el capital pasa por encima de su límite anterior. En
vuestro ejemplo hay una recuperación de la capacidad perdida en la guerra
arribando en el mejor de los casos a una reproducción simple.
No
es posible relanzar el ciclo mientras la composición orgánica siga en 20 a
1 con una misma tasa de explotación.
Están
planteando una recuperación de la tasa de ganancia con la misma composición
orgánica y tasa de explotación
Fíjense cómo caen ustedes en lo que critican en mi
al no tomar en cuenta la composición orgánica del capital y plantear como
posible relanzar el ciclo mas allá de en qué nivel se encuentra la tasa de
ganancia (en
condiciones de crisis) por el simple hecho de retrotraerse a condiciones de acumulación
preexistentes.>> (Lo entre paréntesis y el subrayado nuestros).
El señor Ramiro nos objeta el presunto error, de haber supuesto que la Composición Orgánica del capital y la Tasa de Explotación se mantienen constantes, sosteniendo —sin haberlo demostrado— que, bajo tales condiciones, para superar el bache de la crisis dicha Composición Orgánica debe incrementarse. Sin embargo, ha quedado matemáticamente demostrado lo contrario, es decir, que tras la destrucción física de capital (constante y variable), dicha composición orgánica disminuye, al tiempo que el indicador fundamental de toda reproducción ampliada, que es la Tasa General de Ganancia, en vez de retroceder progresa, a una tasa de acumulación también positiva. Aunque, en aparente contradicción, operando con una magnitud de capital en funciones disminuida como consecuencia del siniestro.
En nuestro ejemplo, presentamos la estructura productiva de un hipotético país, que opera con un capital global de 105.000 unidades monetarias, de las cuales 100.000 se invierten en capital constante y 5.000 en capital variable, a razón de una unidad monetaria invertida en salarios por operario, de modo que su Composición Técnica: Mp/Ft indica que durante cada jornada de labor 1 operario mueve 20 máquinas. De aquí resulta la correspondiente composición expresada en términos de valor económico, por eso llamadaComposición Orgánica del Capital, resultante de la relación 100.000Cc/5.000Cv = 20, con una Tasa de Explotación o de plusvalor definida por la relación 2.500Pl./5.000Cv. = 50%. Finalmente, de todo lo cual se obtiene una Tasa General de Ganancia definida por la relación: Pl./Cc+Cv = 2.500Pl/100.000Cc+5.000Cv = 2,38%
La siguiente rotación quedaría según
los siguientes datos: Capital global: 107.500
= 105.000Cc + 2500Cv. En esta
instancia suponemos que sucede un terremoto, en el
que 100 operarios pierden la vida y
se destruyen 500 unidades monetarias
en capital constante. La
estructura remanente queda reducida a un capital
global de 106.900, de las
cuales 101.555 se invierten en
capital constante y 5.345 en capital
variable. De aquí surge la nueva Composición
Orgánica del Capital = 101.555Cc/5.345Cv
= 19. Es decir, desciende un punto, según
la cual, cada operario pone en movimiento 19 partes de capital constante, en vez de 20 como
anteriormente. De todo ello resulta un plusvalor acumulable de 2.672,50 unidades monetarias; una tasa de acumulación
de plusvalor = 2.672,50/2.500 = 6,9%. Y una Tasa General
de Ganancia del 2,5%, o sea 0,12 puntos porcentuales más
respecto de la rotación anterior previa al siniestro. Aquí está la reproducción
ampliada. ¿En qué basa el señor Ramiro su previsión según la cual, después
de aumentar del 2,38% al 2,5%, la Tasa de ganancia volverá al
nivel anterior? ¿Anterior a qué situación? ¿Qué entiende este señor por esa
expresión suya de “relanzamiento del ciclo”? En economía política ningún ciclo
se “relanza”, sino que se supera. Seguidamente y en tanto y cuanto la Tasa
de ganancia se recupera, también se verifica un relanzamiento de la
reproducción ampliada con una menor composición
orgánica del capital, que baja de 20 a 19 máquinas por empleado.
El eje de este debate ha consistido
en dilucidar, si las pérdidas de capital (constante y variable) a raíz de
una guerra o catástrofe natural, propenden objetivamente o no
a sacar al sistema capitalista de una crisis alejando al mismo
tiempo el horizonte de su derrumbe. Nosotros hemos planteado
el problema, suponiendo que tales pérdidas se
producen bajo condiciones económicas de acumulación normales.
¡¡Normales!! Operando bajo tales condiciones hemos demostrando que la
tasa de ganancia aumenta y, por tanto, la tasa de acumulación
también. Pero en lo que respecta a las Composiciones —técnica y orgánica—
ambas disminuyen en un punto. Por tanto, ésta es una dinámica
económica objetivamente determinada, bajo condiciones normales
que no tiene por qué incidir en otra dirección y sentido
bajo condiciones de crisis, sino bien al contrario. Y se demuestra
que tal dirección no va en el sentido de volver a una tasa de acumulación
del capital global anterior, sino a superarla. Del mismo modo que nada induce
a prever que la Tasa de Ganancia retroceda. De lo contrario no podría hablarse
de un relanzamiento de la acumuación tras superar la recesión
del ciclo anterior.
Pero el señor Ramiro, sin rendirse
ante la evidencia de los resultados, sigue poniendo el carro de la crisis
por delante de los caballos de la Ley del valor, para poder pontificar que
lo demostrado por nosotros es imposible si la composición orgánica
del capital y la tasa de explotación no aumentan. Es decir, si la demanda
efectiva de medios de producción no aumenta más que la demanda
de fuerza de trabajo. Una situación que solo puede
verificarse bajo condiciones de rentabilidad positiva sostenida
en condiciones de expansión.
Por lo visto, para contestar a este
interrogante, el señor Ramiro ha pensado la lógica del capitalismo por el
revés de su verdadera trama. Como si en condiciones de
rentabilidad —positiva pero todavía lenta a la
salida de una crisis—, pudiera ser posible que la burguesía demande
más capital para inversión en suelo (cultivable y urbano), edificios, máquinas-herramientas,
etc., que en mano de obra explotable. Cuando en realidad sucede que bajo tales
condiciones, la demanda de capital constante respecto del variable
crece lentamente. He aquí el absurdo de pensar, que para “relanzar el ciclo”,
haya que comenzar aumentando la composición orgánica del capital.
En
nuestro ejemplo, la Composición Orgánica del Capital nacional
en ese hipotético país, antes del siniestro, es de 20
= 100.000Cc./5.000Cv., con una Tasa de Ganancia del 2,38% = 2.500Pl./105.000,
y una tasa de explotación del 50% = 2.500Pl./5.000Cv. El capital
acumulado disponible al final de esta rotación, pasaría a ser de de
107.500 (100.000Cc. + 5.000Cv + 2.500Pl.).
Precisamente para demostrar este extremo —sin menoscabo
de su veracidad científica—, hemos presentado un ejemplo, suponiendo que la
Composición Orgánica del capital es constante y la Tasa de explotación del
50%, donde el proceso de acumulación discurre en condiciones económicas normales. Y se demuestra matemáticamente
la previsión marxista, también respecto de la Tasa General de
Ganancia, que en vez de descender aumenta, dado que resulta de dividir el
plusvalor obtenido por el capital invertido para producirlo, de modo tal que
la disminución relativa del denominador en términos
globales, tiende a aumentar el cociente o resultado,
como producto de valor adicional
a repartir entre la clase de los capitalistas, incentivando así la
inversión productiva y, por tanto, la acumulación.
Por
consiguiente, para que la composición orgánica del capital en
condiciones de crisis vuelva a incrementarse después
de sufrir un siniestro, es necesario previamente, que los caballos sobre los
que manda la tendencia objetiva del capital, cambien de posición
poniéndolos delante de su carro: la crisis. Y lo que manda hacer esa tendencia del capital bajo tales condiciones,
es que tanto su masa en funciones, como su composición orgánica, se
desvaloricen. Ya sea por retracción de la demanda, por deterioro a
raíz de su falta de uso o por destrucción física.
Tal
es la dirección y el sentido en que la recesión exige que se
actúe para superar un ciclo e inaugurar el siguiente. Y la burguesía
no es tonta. Económicamente a través del mercado, paralizando
la demanda para inversión en capital físico y humano excedentario que
así se desvaloriza. O por decisión política a través
de guerras bélicas, climáticas y telúricas, destruyéndolo físicamente. Y tal
como está comprobado estadísticamente, dicha desvalorización por destrucción
física, afecta más al capital constante
que al variable, lo cual tiende a que la Tasa de Ganancia aumente y
la composición orgánica del capital descienda.
Puesto
el sistema en semejante “plan” objetivamente inducido, tanto
la forma y los medios a emplear, como el tiempo
para que este proceso destructivo y genocida se cumpla, dependen
de la magnitud existente del capital excedentario a reducir,
es decir, de la profundidad y alcance —social y territorial— de cada sucesiva
crisis de superproducción de capital.
Gramsci decía que los “intelectuales orgánicos de la burguesía” son tales, porque además de inteligentes y aplicados, cumplen el requisito de ser ellos mismos, de condición social burguesa, entregados al noble oficio de explotar trabajo ajeno. Pero sobre todo se caracterizan, porque habiendo comprendido a Marx, se afanan en pensar contra Marx, falsificando la realidad económica. Enterrándola bajo toneladas de chatarra ideológica. Todo sea para preservar políticamente al sistema en el espíritu de las mayorías sociales explotadas, que son quienes más sufren la decadencia del sistema. Y mientras a falta de convicciones propias sigamos creyendo en esos falsificadores profesionales, siempre una mentira les pediremos para calmar nuestro angustioso llamado.
¿Queremos
capitalismo? Pues, ¡¡ajo(derse) y agua(ntarse), que esto es lo
que hay!! señoras y señores.
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