La
causa de las estrategias capitalistas para evadir el pago de impuestos
<<Las leyes generales [objetivas del
capitalismo] previamente desarrolladas,
pueden ser resumidas brevemente de la siguiente forma: la plusvalía real es
determinada por la relación del plustrabajo [explotado ganancial] con el trabajo necesario [salario], o por la relación entre la porción del
capital invertido [en maquinaria y materias primas] sustituto o cambiado por
trabajo vivo. La plusvalía en la forma de beneficio es, sin embargo, medida
según el valor del capital [invertido] presupuesto
al proceso de producción. La tasa de
beneficio, por lo tanto, —presupuesta la misma plusvalía, el mismo
plustrabajo en relación con el trabajo necesario— depende de la relación de la parte del capital
[fijo], que es cambiada por trabajo
vivo, con la parte [de ese capital] que
existe en la forma de materia prima e instrumentos de producción.
Consiguientemente, cuanto mayor sea la porción [de capital fijo en maquinaria y materias primas] cambiada por [la porción de] trabajo
vivo que así deja de emplearse], tanto menor deviene la tasa de beneficio [como
relación entre la ganancia obtenida y el capital invertido con tal fin]. En la misma proporción, por lo tanto, en
que el capital [fijo invertido en materias
primas y maquinaria técnicamente más desarrollada] adquiere un espacio mayor en el proceso de producción en proporción al
trabajo [vivo] inmediato, es decir, aun
cuando aumente la plusvalía relativa —como
relación entre el plustrabajo y el salario—, tanto más desciende la tasa de
beneficio [he aquí por qué los capitalistas se dedican a evadir el pago
de impuestos]. (K. Marx: “Líneas
fundamentales de la crítica de la economía política”. Tercera sección. Ed.
Grijalbo/1978. Segunda mitad. Pp.
134. “Texto original: “Grundrisse” en
alemán. Confrontar con: Versión
digitalizada ver en El capital Cuaderno 7 Tasa de beneficio. Página 279-280. Lo entre corchetes nuestro: GPM).
Preguntas
y respuestas acerca de los paraísos fiscales
José Antonio Ocampo
lleva 25 años desempeñando cargos internacionales. Ha sido secretario
general adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales,
secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
y ministro de Hacienda y Agricultura de Colombia. En la actualidad es presidente
de la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa
Internacional (ICRICT por sus siglas en inglés), en la que se integran personalidades
del mundo económico como Joseph Stiglitz, Thomas Piketty
y Gabriel Zucman. Para Ocampo, “las estrategias de
las corporaciones multinacionales para evitar pagar impuestos son un ataque
a los derechos humanos”, ya que los impuestos sirven para financiar la sanidad,
la educación o la lucha contra el cambio climático. Sobre el tema de las listas
negras de paraísos fiscales, Ocampo hace hincapié en que “son imprecisas por
intencionalidad política” y en que la UE “también tiene problemas”, en referencia
a la existencia de territorios de baja tributación en Europa (caso de Irlanda)
que no se incluyen en estos listados. Asegura que nunca había conocido un
momento en el que la evasión y elusión fiscal, cuyo coste se calcula en unos
250.000 millones de dólares anuales, estuvieran tan en el centro del debate,
y lo achaca a los problemas fiscales de lo que llama “la crisis del Atlántico
Norte” (recuerda que la crisis económica que se inició en 2008 afectó a EEUU
y Europa, pero apenas a Latinoamérica y Asia). A continuación, sus respuestas
a las preguntas de un desconocido.
La UE aprobó recientemente una lista negra de
paraísos, pero ha metido y rápidamente sacado a Panamá ¿Cree que este país ha dejado de ser un paraíso
fiscal?
No
me voy a pronunciar sobre Panamá, máxime siendo colombiano [ambos países
comparten frontera y un historial de conflictos diplomáticos], pero le diría
que esas listas han sido desafortunadamente imprecisas a lo largo del tiempo.
Cada vez que hay una lista de esta naturaleza la acaban desmantelando por
razones en gran medida políticas. Y para ser claro, en la propia Unión Europea
existen problemas.
Afortunadamente la propia Comisión
Europea a través de las normas de Competencia, ha tratado de restringir algunos
de estos abusos en algunos países europeos y multinacionales. Creo que estas
listas pueden servir, pero en la práctica han demostrado ser imprecisas por la
presión política. En la medida en que ayuden a modificar algunas normas en los
países con baja tributación, bienvenidas. Pero no solucionan el problema de
base que existe en la propia Unión Europea, para no hablar de Panamá.
¿Y por qué los mandatarios se resisten a aprobar
normas realmente eficaces contra la evasión y la erosión de las bases
imponibles?
Tanto las tasas de tributación más
bajas como las normas que facilitan la elusión tributaria son propuestas que
muchas veces vienen del propio sector empresarial. Al mismo tiempo creo que ha
habido un paso adelante con el proceso del G20 y en el seno de la OCDE para
la iniciativa de los BEPS (del inglés “Base Erosión and Profit Shifting”, en
español “Erosión de la base imponible y traslado de beneficios”), que creo que
si se sigue profundizando es una línea positiva.
¿Tienen un cálculo de lo que cuesta la evasión
fiscal a nivel mundial?
Estamos hablando de unos 250.000
millones de dólares al año, tanto evasión como elusión. El problema es el
de grandes multinacionales que en muchos casos no pagan impuestos o muy pocos.
Estas empresas no es que evadan impuestos, es que manejan su red de sucursales
de manera que los beneficios por propiedad intelectual o por marcas acaban
registrándose en un país donde no hay tributación o es muy baja. Uno de los
grandes problemas en esa materia, es el contrasentido de que algunos países
promocionan mucho fiscalmente, por ejemplo el desarrollo tecnológico de las
empresas y no les repercute como impuesto en sus países.
Me gustaría que me explicara las principales
recomendaciones al respecto, que hace en su informe la Comisión Independiente,
la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (ICRICT por sus siglas en
inglés)
Este último informe hace unas propuestas
de transición, no es la propuesta definitiva. Incluso sugiere alternativas
que se pueden adoptar parcialmente. Mal que bien, propone que los impuestos
basados en residencia puedan en algunos casos servir para corregir este problema.
En la corrección de los precios de transferencia,
que es el precio que se paga entre sucursales de las grandes empresas, la
OCDE
ya ha propuesto unas metodologías alternativas y lo está usando en algunos
casos concretos. También proponemos en países en desarrollo el sistema que
utiliza Brasil, que es básicamente establecer unos márgenes sobre las transacciones
que se hacen entre las sucursales de una multinacional y otras sucursales
o su sede principal.
Proponemos que las
multinacionales sean gravadas como empresas unitarias, repartiendo su pago de impuestos en cada país con
base en factores objetivamente verificables como: empleos, ventas, recursos
utilizados, activos fijos, etc.
La cuestión crucial es dónde se
crea valor en una economía mundial cada vez más compleja. Creemos que nuestra
propuesta es la más equitativa y, en particular, la única que satisface las
necesidades de los países desarrollados y en desarrollo.
¿Qué le parecería la opción de establecer un tipo
mínimo de impuesto de Sociedades para evitar el dumping fiscal entre países?
Para
luchar contra la evasión fiscal de las multinacionales, sería importante un
tipo mínimo en Sociedades y que se grave a las empresas como sociedades
unitarias. En el Parlamento Europeo ya hay una propuesta concreta, que va muy
en la linea y esperamos que los gobiernos que son los que tienen que autorizar
este nuevo régimen lo hagan. Estamos utilizando una propuesta que funciona para
ciertos impuestos en países federales como EEUU o Suiza, y por tanto no lo
considero descabellado, y más cuando las principales economías del mundo están
sufriendo este problema. Evidentemente no es algo que se va a implantar
inmediatamente, pero creo que el camino se está abriendo.
Debe establecerse una tasa mínima de impuestos corporativos que evite la
competencia entre los países.
Las multinacionales son las
principales beneficiarias del actual sistema tributario internacional. Incluso
amenazan a los gobiernos con reubicar sus actividades económicas a menos que
impongan un impuesto de sociedades que les convenga. Las estrategias de evasión
fiscal de las multinacionales y la presión ejercida sobre los gobiernos para
que reduzcan los impuestos corporativos, impiden el desarrollo sostenible.
Tras la publicación de grandes filtraciones como “Los
Papeles de Panamá” o los “Papeles del Paraíso” el problema de la evasión fiscal
se ha convertido en uno de los principales debates públicos, pero no parece que
haya verdaderos avances legislativos para resolver este problema ¿o cree que
sí?
Llevo en temas internacionales por
lo menos 25 años, y nunca he visto un momento en el que estos temas estuvieran
tan en el centro del debate. Por tanto sí creo que es una realidad nueva, muy
positiva y está dando lugar a algunas acciones, no de la magnitud que nosotros
proponemos, pero sí hay acciones. Que estos temas entren en los Parlamentos,
sean objeto de atención frecuente por parte de la CE, del Parlamento Europeo,
del G20, como generar un impuesto único como el que proponemos en la UE, son
movimientos que no se veían hace cinco años. A mí juicio sí hay un avance en
esta materia.
Cuando las grandes corporaciones,
inclusive las multinacionales y los individuos ricos no pagan su parte justa de
impuestos, los gobiernos no tienen las capacidades para financiar la salud, la
educación, la infraestructura y la lucha contra el cambio climático.
¿Y por qué cree que precisamente ahora está en el
centro del debate?
Tras la crisis del 2008-2009 y con
las dificultades que Europa siguió afrontando, así como las crisis fiscales que
se vivieron también en EEUU, con aumento de la deuda pública, etcétera, los
propios países desarrollados se dieron cuenta de que aquí hay un problema serio
y si no logran corregirlo, van a seguir teniendo dificultades fiscales
importantes. La crisis de 2008 fue la que originó el movimiento en esta
dirección.
Y si se da cuenta, no hay ninguna
otra cuestión que haya atraído tanto debate internacional en materia económica,
junto a Basilea (acuerdos de regulación bancaria). Son los dos grandes temas en
los que ha habido avances en la cooperación económica internacional. Una crisis
que por cierto yo llamo del Atlántico Norte, porque en América Latina no
tuvimos crisis, ni en los países de Asia. Estrictamente fue una crisis de los
países europeos y de los EEUU. (Confrontar con: https://www.eldiario.es/economia/paraisos-fiscales
imprecisas —intencionalidad politica_0_747175652.html).
Hasta este punto es lo que dejó dicho
en su publicación textualmente José Antonio Ocampo al respecto de los paraísos
fiscales, como recurso de subsistencia del capitalismo en su etapa postrera.
La verdadera causa deletérea
del sistema
Parece
ser como si estuviera en la defraudación al fisco que practican los grandes y medianos capitales internacionales
a instancias de los paraísos fiscales,
privando a los Estados nacionales de financiar suficientemente la educación, la
seguridad, la salud y el bienestar general de los ciudadanos. Pero en realidad este
recurso postrero de supervivencia de los empresarios capitalistas no es la causa del problema sino su necesaria consecuencia, cuya verdadera
raíz histórica está contenida en la propiedad
privada de los medios de producción y el dinero bancario, los dos
pilares sobre los que se ha erigido este sistema de vida y ha podido cabalgar la competencia interburguesa, que
objetivamente dio pábulo al incesante desarrollo científico-técnico incorporado
a máquinas [de distinta finalidad] cada vez más eficaces sustitutas de trabajo vivo.
Teniendo en cuenta que estos instrumentos materiales han contribuido a generar ganancias pero no a producirlas directamente, dado que junto con las demás
herramientas accesorias utilizadas en la creación de riqueza, todas ellas se limitan a trasladar proporcionalmente
su valor de compra-venta entre cada uno de los productos con ellas
fabricados. Nada más. Así las cosas, según progresa la productividad industrial
incorporada a esos medios materiales técnicos:
<<Tan pronto como el trabajo [humano ganancial explotado] en forma inmediata [ha ido siendo sustituido por maquinaria] dejando de ser la gran fuente de la riqueza, el tiempo de [ese] trabajo [físico e intelectual de los asalariados] deja y tiene que dejar de ser su medida y, en consecuencia, el valor de cambio [de la riqueza producida] tiene que dejar de ser la medida del valor de uso [del trabajo explotado]. El plustrabajo de la masa [asalariada] ha dejado de ser condición para el desarrollo de la riqueza general, así como también el no-trabajo de los [relativamente] pocos [capitalistas usufructuarios dirigentes del tinglado explotador], ha dejado de ser condición de las fuerzas generales del cerebro humano [en general]. Con ello se derrumba la producción basada sobre el valor de cambio, el proceso de producción inmediato pierde la forma de [producir miseria relativa en los explotados], y el antagonismo [entre las dos clases sociales universales desaparece]. Aquí entra entonces [a manifestarse] el desarrollo de los individuos [libres e iguales], y por lo tanto la reducción del tiempo de trabajo necesario, no para crear plustrabajo sino para reducirlo en la sociedad a un mínimo, al que corresponde entonces la función artística, etc., de los individuos gracias al tiempo devenido libre y a los instrumentos [supletorios de trabajo vivo] creados para todos>>. (K. Marx: “Líneas fundamentales de la crítica de la economía Política”. En alemán “Grundrisse”. Ed. Grijalbo. Segunda mitad. El proceso de circulación del capital. Tomo II Cap. III Pp. 91. El subrayado y los entre corchetes nuestros. Confrontar esta parte citada del texto traducido por la mencionada Editorial, con la versión digitalizada en las páginas 228 y 229).
Ergo, en estos momentos del proceso decadente
por el que discurre fatalmente la deriva del capitalismo postrero —según causas
objetivas que no dependen de la voluntad de nadie—, se verifica en el sistema
tributario que, según Oxfam
por ejemplo, el Estado español recaude poco y mal, cuyos ingresos
fiscales en este país están 6,3 puntos por debajo de la media europea. Consecuentemente,
es en las familias asalariadas sobre quienes recae el 84%
de la contribución al erario público, frente al 13% que aporta el sector empresarial.
Lo cual explica el desigual reparto de la riqueza, cuyo Estado nacional cuenta
con una “recaudación impositiva insuficiente, y un sistema tributario regresivo
en su diseño e injusto a la hora de frenar las fugas de dinero hacia paraísos fiscales”. Un proceso que
más o menos se verifica a escala planetaria. Así las cosas, en el segundo
trimestre de 2018 la deuda pública
en España ha crecido en 2.333 millones de euros y se sitúa
literalmente en un billón ciento
sesenta y dos mil novecientos cuarenta y seis millones de Euros: 1.162.946.000.000€. Esta cifra supone que la deuda pública en España alcanzó
el 98,8% del PIB [producto interior
bruto], mientras que en el trimestre anterior fue de 98,3. Pero no es éste
el único Estado nacional endeudado, porque puede consultarse el listado completo
de los países cuya deuda se incrementa (confrontar en: Deuda Pública).
Y para conocer toda la información económica de España ver en Economía de
España. También
en ¿Fin
de ciclo? La economía española empieza a mostrar signos de agotamiento. Lo mismo sucede con la elegante clientela que frecuenta el casino
de Montecarlo, multimillonarios de Saint
James en Paris o Connecticut en
los EE.UU. El botín que custodian para ellos los paraísos fiscales
se ha cifrado en 11,54 billones de dólares, el
80% del PIB norteamericano.
Si comparamos en España la deuda pública
en el segundo trimestre de 2018 con la del mismo trimestre de 2017, vemos
que anualmente se ha incrementado en 27.808.000.000€.
La deuda per cápita en el primer trimestre de 2018, fue de 24.874€ por habitante.
En el cuarto trimestre de 2017 fue de 24.525€. Como puede verse en el ranking
mundial de Deuda Pública, España, está entre los países con
más deuda pública del mundo. La más abultada en EE.UU. con 18.036.300.000.000
en 2016. Seguida por el Reino Unido en 2017 con 2.013.316.000.000, Alemania
en 2017 con 2.071.401.000.000, Italia en 2017 con 2.263.056.000.000 y Francia
con 2.216.436.000.000.
GPM.
La
historia de la deuda pública global y sus consecuencias
Por Marco Antonio Moreno Cerón.
<<La historia de la deuda
pública es la historia misma del poder: la forma en que se ha ganado y también
cómo se ha perdido. La arrogancia, los sueños y las fantasías del poder,
siempre han conducido a los hombres a disponer de los recursos de los demás, sea
en la esclavitud, en la colonización, o en los planes para consolidarse en el
poder. Varios momentos de la historia dan cuenta del sorprendente auge de la
deuda producto de las guerras y el costoso derramamiento de sangre. Pero nunca
se había visto un nivel de endeudamiento tan elevado en tiempos de paz, como
los producidos desde 1980 en adelante. La gráfica
muestra la deuda de Estados Unidos y su aceleración desde los años 80. Nunca la
deuda había crecido a niveles que amenazaran la estabilidad política y la
calidad de vida futura.
El tema de la deuda no es nuevo. Lo
nuevo es la forma en que hoy los acalorados debates proclaman como única salida
los draconianos recortes presupuestarios que están hundiendo aún más a la
economía mundial. Coludidos
con las agencias calificadoras de riesgo y con los tenedores de bonos, se
pretende hacer creer que los actuales niveles de endeudamiento son el umbral de
la próxima crisis. Se olvidan que el colapso de la deuda es una consecuencia
directa de la crisis que generó la burbuja, en décadas de falso crecimiento
alentadas justamente por la deuda. En esa etapa de la plata dulce y el
consumismo fácil, nadie se ocupó de atender la deuda y considerar sus
desastrosas consecuencias. ¿Por qué hacerlo ahora tras el estallido de la
burbuja?
Hasta
antes de la crisis, a toda persona que hablara de los peligros del abultado
endeudamiento lo acusaban de pesimista y agorero. Y ahora, cuando los gobiernos
deben endeudarse para luchar contra la crisis, se cierran todos los mecanismos
de crédito incluso de las instituciones que deberían velar por la estabilidad
económica mundial. La historia se repite con exactitud implacable y se sabe
que una crisis financiera originada por un abultado apalancamiento puede tardar
una década entera en normalizar la actividad económica. Una década que
marca la necesaria transición entre el pasado y el futuro. ¿Qué han hecho las
autoridades mundiales para sincerar que los años del consumismo fácil, vía
burbuja de crédito, han terminado, y que ahora viene una dolorosa etapa de bajo
consumo?
A lo largo de la historia, como la que
refleja esta gráfica para la deuda pública del Reino Unido, en cada situación
de elevado endeudamiento, los gobiernos tenían ocho opciones para evitar el
desastre: 1. elevar los impuestos; 2. disminuir el gasto; 3. aumentar el
crecimiento; 4. tener una tasa de interés más favorable; 5. producir inflación;
6. provocar una guerra; 7. buscar ayuda externa; 8. operar por decreto. Estas
ocho opciones se han empleado en los últimos mil años, pero sólo una de ellas
es hoy plausible y deseable: el crecimiento. Una economía en crecimiento (lo
que aumenta los ingresos fiscales) permite la absorción de la deuda y
restablece la sostenibilidad de las finanzas públicas. A continuación, puede
reanudar el flujo de préstamos y animar a un mayor crecimiento de la economía.
Los gobiernos responsables no pueden financiar sus gastos con los préstamos, y
deben realizar sus inversiones en un nivel que sea sostenible, es decir, que se
puedan pagar.
Como
señalamos a comienzos de año, en España se ha comenzado a librar la
batalla final por el destino del euro. Una batalla sin cuartel
tensionada por los problemas de la deuda, el desempleo y los grandes
desequilibrios amplificados por una idea de convergencia que nunca llegó.
En las teorías de crecimiento económico vigentes (Solow y Barro) existe la
fantasiosa idea de una tendencia a la convergencia. Esta fue la llave para la
instalación del euro, dado que en teoría los salarios y las productividades
convergerían gradualmente en los países de la eurozona. Pero la convergencia no
pasó de ser una utopía, y las enormes brechas salariales demuestran que una vez
más la teoría falló, con Premios Nobel incluidos. La deuda, el desempleo, y
el decrecimiento con deflación son los pasos de esta nueva fase de la
crisis que implicará recortes con “hachas y motosierras”
sea cual sea el gobierno de turno.
El estallido de la burbuja de crédito
a nivel mundial no sólo condujo a la primera gran recesión desde la década de
los años 30, sino que también dejó una enorme carga de deuda que pesa sobre los
objetivos de la recuperación económica en su conjunto, tal como planteamos hace
año y medio en La
crisis de la deuda global está en sus inicios. Se pensó que el
problema de la crisis era algo totalmente transitorio y que bastaba con
inyectar liquidez a los mercados para que todo comenzara a fluir tal como antes
del estallido de la crisis. Si bien hoy todas las discusiones se centran en los
posibles mecanismos que ayuden a impedir crisis similares en el futuro, lo cierto
es que se ha avanzado muy poco a nivel global para superar la crisis del
presente. Es como dar instrucciones de dieta alimenticia a un paciente que aún
se encuentra en estado de coma. Gran parte de este flagelo responde al mezquino
sinceramiento con que se ha enfrentado el tema, en el cual han primado intereses
individuales por sobre los intereses colectivos.
En el caso de la deuda española, el
año pasado Global Mc. Kinsey Institute presentó una importante investigación en
la cual dio cuenta del abultado crecimiento de la deuda y del
sobreapalancamiento financiero en los años previos a la crisis. Este informe
dio cuenta de los verdaderos orígenes del apalancamiento financiero de los
países industrializados, y para el caso de España presentó la siguiente
gráfica:
Hasta 1980 la deuda total de España
era levemente superior al PIB, siendo la deuda de las empresas no financieras
responsable de un 57% del endeudamiento. El sector financiero alcanzaba un
endeudamiento del 11% del PIB, el mismo que mantuvo durante veinte años. Nótese
que para el año 2000, el sector financiero presenta el mismo 11% de
endeudamiento, pero para el primer trimestre de 2009 su porcentaje de deuda se
multiplicó ocho veces para llegar al 82% del PIB. En sólo 9 años, o mejor, en
la década del euro, la deuda de las instituciones financieras aumentó 750%,
mientras en este mismo período la deuda pública bajó del 63% al 56% del PIB.
Las empresas no financieras multiplicaron su endeudamiento al pasar del 74% del
PIB al 141%. Es decir, en la década del euro la deuda total se duplicó hasta
llegar al 366% del PIB.
Frente a esa deuda, originada
principalmente por la desaceleración continuada de la industria y el comercio, se
pretende pasar factura a la parte más desfavorecida y humilde de la sociedad. Una
cosa es que Warren Buffett considere que todos
somos culpables de la crisis, y otra es condonar
a los verdaderos responsables. La economía actual se encuentra ante un nudo
gordiano que está rebasando los límites de la estabilidad
social. El desempleo global, no sólo en España, se encuentra en los niveles
más elevados de las últimas dos décadas, y hasta que no se comprenda que el
trabajo productivo es
el tema central de la economía, la economía seguirá por el camino que se instauró hace treinta
años: el despeñadero>>.
Epílogo
¿Dónde ha ido a parar esa enorme masa de
dinero equivalente a la deuda pública mundial, que recae sobre los distintos
Estados nacionales? En su mayor parte sin duda se concentró en las más poderosas empresas multinacionales,
a instancias de la competencia interburguesa históricamente predeterminada por la todavía vigente propiedad
privada de los medios de producción y el dinero bancario. De ahí que Marx haya demostrado irrefutablemente,
que la “democracia representativa” sea
“el
sistema más avanzado de la dictadura política del Capital sobre la sociedad”, muy especialmente sobre los ciudadanos
más numerosos y empobrecidos. Tal es el despotismo absoluto que los dirigentes políticos profesionales
institucionalizados en todo el mundo, en el nombre de la “libertad” y
la “justicia” le han venido consintiendo a la grande y mediana burguesía internacional.
Un consentimiento que hoy día explica la continuidad delincuencial de los evasores
de impuestos, apelando impunemente a los paraísos fiscales:
<<Las 200 empresas multinacionales más
poderosas del Mundo dictan la política mundial y el comportamiento de gobiernos
y ejércitos. El comercio mundial (en más de un 50%) y la inversión de capital
en el extranjero (en más de un 75%), se concentran en tres únicos polos: EEUU,
Japón y la UE [Unión
Europea]. Y excluye áreas enormes del Planeta, en África por ejemplo,
marginándolas de los flujos de mercancías y de capitales. Las cadenas del viejo
colonialismo militar reaparecen en la etapa de la globalización como cadenas
financieras y económicas.
Después de algunos titubeos, la palabra
globalización se ha impuesto, diríase que definitivamente, para designar los
cambios económicos producidos en las dos últimas décadas del siglo XX, y los
cambios políticos, sociales y culturales relacionados. Puede que la
impresionante manifestación de
Seattle contra la reunión de la Organización Mundial del Comercio,
haya sido el momento simbólico de una toma de conciencia colectiva e
internacional. Antes de la que ha dado en llamarse “primera movilización
del siglo XXI”, hubo otras acciones que se describieron como protestas o
revueltas contra la llamada globalización
[mercado internacional] pero lo eran
en un sentido objetivo, por así decir, independiente de la intención explícita
de los protagonistas. En cambio, en Seattle
había ya conciencia de resistir y protestar contra la globalización
capitalista, y conciencia del ámbito realmente global de la protesta>>. (Revista
“Rebelión 2012. El subrayado y lo entre corchetes nuestros).
El lema
de “Libertad, igualdad y fraternidad”, surgió por primera vez en
Francia corriendo el año 1791, a raíz de la creación de una fuerza pública para
la defensa del territorio nacional. La libertad consiste en ser
capaz de hacer cualquier cosa que no dañe a otros. Así, el ejercicio de los derechos
naturales de cada individuo —varón o mujer— no tiene otros límites que
los que garantizan a otros miembros de la sociedad el goce de esos mismos
derechos. La igualdad significa en la sociedad civil, que de cada
cual según su trabajo, a cada cual según sus obras y la ley debe ser la misma
para todos, ya sea que proteja o castigue. Y en el Estado todos los ciudadanos,
sin ninguna distinción, serán igualmente elegibles para todos los altos cargos,
puestos públicos y empleos, según su capacidad, virtudes y, talentos. Y por
último la fraternidad, aunque no tiene una definición específica,
se afirma en que: “Pertenece a otra dimensión, la de las obligaciones morales
más que los derechos”.
Pero el
caso es que la naturaleza de una determinada sociedad es la que por lo
común hace a la moral de los individuos y no al revés. Y ya hemos visto
que la sociedad capitalista se ha erguido sobre la manifiesta desigualdad
social, tal como John Francis Bray
lo ha podido demostrar categóricamente, y que nosotros reproducimos aquí porque
nunca parece ser suficiente:
<<Por la naturaleza misma del
trabajo y del intercambio, la estricta justicia exige que todos los que
intercambian obtengan beneficios no solo
mutuos, sino iguales (all
exchangers should be not only
mutually but they should likewise be equally benefited). No hay más que dos
cosas que los seres humanos pueden cambiar entre sí, a saber: el trabajo y los
productos del trabajo. Si los cambios se efectuasen según un sistema
equitativo, el valor de todos los artículos se determinaría por un coste de producción completo; y
valores iguales se cambiarían siempre por valores iguales (If
a just sistema of exchanges were acted upon, the value all articles would be
determined by the entire cost of production, and equal values should always
exchange for equal values). Si, por ejemplo, un sombrerero
que invierte una jornada de trabajo en hacer un sombrero y un zapatero que
emplea el mismo tiempo en hacer un par de zapatos —suponiendo que la materia
que ambos empleen tenga el mismo valor— y cambian estos artículos entre sí, el
beneficio obtenido de este cambio es al mismo tiempo mutuo e igual. La ganancia de una de las partes no
puede ser una pérdida para la otra, puesto que ambas han suministrado la misma
cantidad de trabajo. Pero si el sobrerero recibiese dos pares de calzado por un sombrero,
no variando las condiciones arriba supuestas, es evidente que el cambio
sería injusto. El sombrerero usurparía al zapatero una jornada de trabajo. (…);
y procediendo así en todos sus cambios, recibiría por el trabajo de medio año el producto de todo un año de
otra persona (…). Hasta aquí hemos seguido siempre este sistema de cambio
eminentemente injusto: los obreros han
dado al capitalista el trabajo de todo un año a cambio del valor de medio año (the workmem have given the capitalist the labour of a whole year, in
exchange for the value of only half a
year). De ahí, y no de una supuesta desigualdad de las fuerzas físicas e
intelectuales de los individuos [de condición asalariada], es de donde
proviene la desigualdad de riquezas y de poder. La desigualdad de los
intercambios, la diferencia de precios en las compras y en las ventas, no puede
existir sino a condición de que los capitalistas sigan siendo capitalistas y
los obreros, obreros (…) La transacción entre el trabajador y el capitalista es
una verdadera farsa: en realidad no es, en miles de casos, otra cosa que un
robo descarado, aunque legal. (The whole transaction between the producer
and the capitalist is mere farse: it is, in fact, in thousands of instances, no other than a barefaced
though legalised robbery). (John Francis Bray: Op. Cit. Pags. 45, 48, 49
y 50. Cita de Marx en “Miseria de la
filosofía” Ed. Progreso-Moscú Pp. 61). Versión
digitalizada Ver Pp. 26-27. El subrayado nuestro).
La consideración del objetivo y de
la misión de la sociedad me autoriza a hacer la conclusión de que no sólo deben
trabajar todos los hombres y de obtener de este modo la posibilidad de cambiar], sino también que valores iguales deben
cambiarse por valores iguales. Además, como el beneficio de uno no debe ser una
pérdida para otro, el valor se debe determinar por el gasto en la producción.
Sin embargo, hemos visto que, bajo el régimen social vigente, el beneficio del
capitalista y del rico, es siempre una pérdida para el obrero, que este
resultado es inevitable, que bajo todas las formas de gobierno el pobre queda
siempre abandonado enteramente a merced del rico, mientras subsista la desigualdad
de los cambio, y que la igualdad de los cambios sólo puede ser asegurada por un
régimen social que reconozca la universalidad del trabajo…La igualdad de los
cambios hará gradualmente que la riqueza
pase de manos de los capitalistas actuales a manos de la clase obrera (John
Francis Bray Op. cit. Pp. 53-55).
Mientras permanezca en vigor este
sistema de desigualdad en los intercambios, los productores [asalariados] seguirán siendo tan pobres,
tan ignorantes, estarán tan agobiados por el trabajo como lo están
actualmente...Sólo un cambio total de sistema, la introducción de la
igualdad del trabajo y de los cambios, puede mejorar este estado de cosas y
asegurar a los seres humanos la verdadera igualdad de derechos… A los
productores les bastará hacer un esfuerzo —son ellos precisamente quienes deben
hacer todos los esfuerzos para su propia salvación— y sus cadenas serán rotas
para siempre. Como fin, la [falsa] igualdad política es un error, y como
medio también es un error (As an end,
the political equality it is there a failure).
Con la igualdad de los cambios, el
beneficio de uno no puede ser pérdida para otro: porque todo cambio no es más
que una simple transferencia de
trabajo y de riqueza, no exige ningún sacrificio. Por tanto, bajo un sistema
social basado en la igualdad de los cambios, el productor podrá llegar a
enriquecerse por medio de sus ahorros; pero su riqueza no será sino el producto
acumulado de su propio trabajo. Podrá cambiar su riqueza o donarla a otros;
pero si deja de trabajar no podrá seguir siendo rico durante un tiempo
más o menos prolongado. Con la igualdad de los cambios, la riqueza pierde el
poder actual de renovarse y de reproducirse, por decirlo así, por sí misma: no
podrá llenar el vacío creado por el consumo; porque, una vez consumida, la
riqueza es perdida para siempre si no es reproducida por el trabajo. Bajo el
régimen de cambios iguales no podrá ya existir lo que ahora llamamos beneficios e intereses. Tanto el
productor como el distribuidor recibirán igual retribución [equivalente al valor creado por su propio trabajo]. Y el valor de cada artículo
creado y puesto a disposición del consumidor, será determinado por la suma
total del trabajo invertido por ellos (…). El principio de la igualdad en los
cambios debe, pues, conducir por su propia naturaleza, al trabajo universal>>. (John Francis Bray: Op. Cit. Pp. 67,
88, 89, 94, 109 y 110. Citado por
Marx en “Miseria de la Filosofía” Cap.
I Apartado II. Pp. 61. Ed. Progreso. Lo entre corchetes y el subrayado
nuestros). Versión
digitalizada ver: Pp. 26. (Últimos dos párrafos ver Pp. 27 y 28.
El subrayado y lo entre corchetes nuestros).
Dada la
sistémica y ya tradicional desigualdad económico-social entre las dos
clases universales antagónicas en la sociedad capitalista, apuntalada
por la corrupción política en los distintos Estados nacionales, jamás
será posible acabar con estas dos noxas sociales para
siempre, hasta que las mayorías absolutas explotadas y oprimidas —sin
distinción de patrias—, seamos suficientemente capaces y valerosos para comprender
y asumir prácticamente la cada vez más imperiosa necesidad política, de globalizar
nuestra conciencia emancipadora y así unificarnos internacionalmente,
para poder erradicar una vez por todas de este mundo, a la maldita propiedad
privada de los medios de producción y el dinero bancario. Porque sin
duda son estos, los dos criminales flajelos urdidos por el opulento contubernio
entre empresarios y políticos profesionales institucionalizados en todo el Orbe,
que de tal modo han venido dando pábulo
al capitalismo explotador y opresivo más aborrecible, ya hoy completamente caduco,
que induce cada vez con más fuerza hacia un cambio revolucionario, donde la
igualdad entre los seres humanos se conjugue universalmente para
siempre urbi et orbe, con la libertad y la fraternidad. Tres
principios irrenunciables de la convivencia humana mundial en paz, tras haber
demostrado que la propiedad privada capitalista es taxativa
y absolutamente incompatible con la vigencia de ellos.
GPM:
<<
¿Qué vía de desarrollo tomará esa revolución? [—se preguntaba F. Engels aportando al trabajo que junto con Marx ambos
publicaron en 1848, y en el apartado XVIII de “Principios del Comunismo” contestaba lo siguiente]: Establecerá,
ante todo, un régimen democrático y, por tanto, directa o indirectamente la
dominación política del proletariado [como clase social mayoritaria unificada
en el poder]. Directamente en Inglaterra, donde los proletarios constituyen
ya la mayoría del pueblo. Indirectamente en Francia y en Alemania, donde la
mayoría del pueblo no consta únicamente de proletarios, sino, además, de
pequeños campesinos y pequeños burgueses de la ciudad, que se encuentran sólo
en la fase de transformación en proletariado y que, en lo tocante a la
satisfacción de sus intereses políticos, dependen cada vez más del
proletariado, por cuya razón han de adherirse pronto a las reivindicaciones de
éste. Para ello, quizá, se necesite una nueva lucha que, sin embargo, no puede
tener otro desenlace que la victoria del proletariado. La democracia sería
absolutamente inútil para el proletariado, si no la utilizara inmediatamente
como medio para llevar a cabo amplias medidas que atentasen directamente contra
la propiedad privada. Las medidas
más importantes que dimanan de las condiciones [definidas por entonces en
1890] son:
1) Restricción de la propiedad
privada mediante el impuesto progresivo, el alto impuesto sobre las herencias,
la abolición del derecho de herencia en las líneas laterales (hermanos,
sobrinos, etc.), préstamos forzosos, etc.
2) Expropiación gradual de los
propietarios agrarios, fabricantes, propietarios de ferrocarriles y buques,
parcialmente con ayuda de la competencia por parte de la industria estatal y, parcialmente de modo
directo, con indemnización en asignados.
3) Confiscación de los bienes de
todos los emigrados y de los rebeldes contra la mayoría del pueblo.
4) Organización del trabajo y
ocupación de los proletarios en fincas, fábricas y talleres nacionales, con lo
cual se eliminará la competencia entre los obreros, y los fabricantes privados que
queden, tendrán que pagar salarios tan altos como el Estado.
5) Igual deber obligatorio de
trabajo para todos los miembros de la sociedad, hasta la supresión completa de
la propiedad privada. Formación de ejércitos industriales, sobre todo para la
agricultura.
6) Centralización de los créditos y
la banca en las manos del Estado a través del Banco Nacional, con capital del
Estado. Cierre de todos los bancos privados.
7) Aumento del número de fábricas,
talleres, ferrocarriles y buques nacionales, cultivo de todas las tierras que
estén sin labrar y mejoramiento del cultivo de las demás tierras en consonancia
con el aumento de los capitales y del número de obreros de que dispone la
Nación.
8) Educación de todos los niños en
establecimientos estatales y a cargo del Estado, desde el momento en que puedan
prescindir del cuidado de la madre. Conjugar la educación con el trabajo fabril.
9) Construcción de grandes palacios
en las fincas del Estado para que sirvan de vivienda a las comunas de
ciudadanos que trabajen en la industria y la agricultura y unan las ventajas de
la vida en la ciudad y en el campo, evitando así el carácter unilateral y los
defectos de la una y la otra.
10) Destrucción de todas las casas
y barrios insalubres mal construidos.
11) Igualdad de derecho de herencia
para los hijos legítimos y los naturales.
12) Concentración de todos los
medios de transporte público en manos de la Nación.
Por
supuesto, todas estas medidas no podrán ser llevadas a la práctica de golpe.
Pero cada una entraña necesariamente la siguiente. Una vez emprendido el primer
ataque radical contra la propiedad privada, el proletariado se verá obligado a seguir siempre adelante y a
concentrar más y más en las manos del Estado todo el capital, toda la
agricultura, toda la industria, todo el transporte y todo el cambio [en dinero]. Este es el objetivo al que
conducen las medidas mencionadas. Ellas serán aplicables y surtirán su efecto
centralizador exactamente en el mismo grado en que el trabajo del proletariado
multiplique las fuerzas productivas del país. Finalmente, cuando todo el
capital, toda la producción y todo el cambio estén concentrados en las manos de
la nación, la propiedad privada dejará de existir, de por sí, el dinero se hará
superfluo, la producción aumentará y los seres humanos [libres e iguales]
cambiarán tanto que se podrán suprimir también las últimas formas de relaciones
de la vieja sociedad>>. (K. Marx-F. Engels: “Manifiesto del Partido Comunista”. F.
Engels en: el subtítulo: “Principios del
Comunismo”. Apartado XVIII. Ed. l’eina Pp. 86 a 89. El subrayado y lo entre corchetes nuestros. Confrontar
con Versión
digitalizada en Pp. 117 a 119).
En su
trabajo escrito entre 1845 y 1846 titulado: “La
ideología alemana”, Marx y Engels para referirse al ser humano viviente
respecto de los animales irracionales, dejaron negro sobre blanco lo siguiente:
<<Podemos
distinguir a los seres humanos de los animales por la conciencia, por la
religión o por lo que se quiera. Pero ellos comenzaron a ver la diferencia tan
pronto como produjeron sus medios de
subsistencia……El primer acto histórico de estos individuos, merced al que se
distinguen de los animales, no consiste en el hecho de que piensan sino
en que comienzan a producir los indispensables medios de subsistencia>> (Obra
citada. Cap. I Aptdo. 2. Ed. l’ Eima/1988. Pp. 11. Versión
digitalizada Pp. 19-20).
Ya hemos dejado dicho siguiendo
a Marx, que la propiedad privada
capitalista, inevitablemente determina la competencia entre
propietarios privados asociados que, a su vez, no menos fatalmente y
sin mediar la voluntad de nadie, esa competencia induce al desarrollo
tecnológico incorporado a los medios técnicos de producción sustitutos de
trabajo vivo. Esta realidad, al mismo tiempo que el perfeccionamiento
de la maquinaria, ha venido dejando a los obreros en la situación más precaria.
Una realidad evolutiva que surgió y estuvo desde un principio en el proceso de concientización
de los asalariados, acerca de lo que fue y sigue siendo necesario hacer:
<<Los
intereses y las condiciones de existencia de los proletarios, se igualan cada
vez más a medida que la máquina va borrando las diferencias con el trabajo [humano] y reduce el salario, [en la
medida que lo sustituye] casi en todas partes a un nivel igualmente bajo.
Como resultado de la creciente competencia de los burgueses entre sí y de las
crisis comerciales que ella ocasiona, los salarios son cada vez más fluctuantes
[a la baja]; el constante y acelerado perfeccionamiento de la máquina
coloca al obrero en situación cada vez más precaria; las colisiones entre el
obrero individual y el burgués individual, adquieren más y más el carácter de
colisiones entre dos clases sociales. Los obreros empiezan a formar coaliciones
[sindicatos] contra los burgueses y actúan en común para la defensa de
sus salarios. Llegan hasta formar asociaciones permanentes para asegurarse los
medios necesarios, en previsión de estos choques eventuales. Aquí y allá la
lucha estalla en sublevación…De tal manera, la burguesía proporciona a los
proletarios los elementos de su propia educación [o sea su propia
conciencia de lo que es necesario hacer para los fines de su emancipación
humana]>> (K. Marx-F. Engels 1847-1848: “Manifiesto del Partido Comunista”. Cap. I: “Burgueses y Proletarios” Ed. L’eina/1989 Pp. 45/46. Versión digitalizada Cfr. con Pp. 61/62).
En 1858 Marx publicó su “Contribución a la crítica de la economía
política” entre agosto de 1858 y enero de 1859 donde sacó a la luz que:
<<El
conjunto de las relaciones de producción forma la estructura económica
de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura
jurídica y política, y a la que corresponden determinadas formas de conciencia
social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la
vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la
que determina su ser sino, por el contrario, su ser social es lo que determina
su conciencia. Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas
productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las
relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión
jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han
desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas,
estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de
revolución social. Al cambiar la base económica se transforma, más o menos
rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se
estudian esas transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios
materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden
apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas
jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra las formas
ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y
luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo
por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de
transformación por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que
explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el
conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de
producción. Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas
las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y
más elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales
para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua. Por
eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede
alcanzar, porque, mirando mejor, se encontrará siempre que estos objetivos sólo
surgen cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones
materiales para su realización. A grandes rasgos, podemos designar como otras
tantas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad, el modo de
producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones
burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de
producción; no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un
antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos.
Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en la sociedad burguesa
brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este
antagonismo. Con esta [última formación
social capitalista] se cierra, por lo tanto, la prehistoria de la
sociedad humana>>. (K. Marx: op. cit. Versión digitalizada. Ver texto en páginas 7
y 8. El subrayado y lo entre corchetes nuestro).
.
Marx
fue consciente de que la burguesía trata de impedir que su clase social subalterna
explotada se extinga y, que es preciso asegurarle unas condiciones de
sobrevivencia que le permitan arrastrar esa su existencia de clase social sometida.
Pero al mismo tiempo también fue consciente de que no puede impedir semejante
deriva, porque la tendencia hacia su pauperización creciente es inevitable. De
esta última previsión Marx dedujo la imposibilidad de que la sociedad
capitalista sobreviva. En tal sentido Marx
ha considerado en esa época, que bajo el capitalismo “la ley general
necesariamente determinada por la naturaleza de las relaciones entre capital y
trabajo”, según aumenta la inversión en capital productivo constante
[medios técnico-mecánicos de producción y materias primas],
disminuye proporcionalmente la ocupación laboral y el sustento de los obreros”.
Esta fatal realidad se sigue cumpliendo en nuestros días tal como es posible
comprobarlo, sin que la tan cacareada “libertad” ni la “igualdad” entre las
personas, de un mismo país, y menos aún la fraternidad entre todos los
habitantes del Mundo desde que este lema fuera proclamado en 1791, hayan sido
posibles sino al contrario. Y es que la propiedad privada de los medios
de producción y el dinero bancario, ha estado y sigue prevaleciendo en
la división y el enfrentamiento social entre las clases explotadoras y
explotadas de cada país, a la vez que dividió y enfrentó a los habitantes de la
comunidad mundial entre países, dejando en papel mojado el virtuoso lema que
alumbró la Revolución Francesa.
¿Cuáles son los conflictos bélicos actuales en el
Mundo que revisten mayor gravedad?
<<La Organización de
las Naciones Unidas se creó para recomponer el orden global tras los
efectos desastrosos de las dos guerras mundiales. El objetivo presuntamente
consistió en evitar que los conflictos armados y las guerras se repitieran
en cualquier punto del planeta y, de esta forma, garantizar un mínimo de
equilibrio. Sin embargo, las confrontaciones bélicas no han cesado.
Simplemente, se han adaptado a contextos específicos como la Guerra Fría y la
globalización. A partir de la Declaración de los Derechos Humanos aprobada en
1948, los conflictos mundiales han causado cerca de 52 millones de
personas refugiadas, un dato que supera el registrado en la II Guerra
Mundial.
Los
elementos económicos, políticos,
ideológicos, culturales y religiosos continúan siendo las principales causas de las
guerras que presenciamos en la actualidad. Muchas de ellas
tienen raíces antiguas y son en realidad la prolongación de disputas que
tuvieron lugar en momentos anteriores de la historia. Otras, en cambio,
han surgido tras el orden mundial que se impuso desde 1948.
Conflictos
actuales en el mundo que amenazan la estabilidad
La lista de conflictos
armados actuales en el mundo es larga. Sin embargo, existen algunos que, dado
su impacto regional y global o las crisis humanitarias que han originado, han
adquirido especial importancia. Principales conflictos actuales en el
mundo:
1) Guerra en Siria
Tras las manifestaciones de
la Primavera Árabe que tuvieron lugar en 2011, grupos opositores y el Gobierno
de Bashar al Assad
iniciaron una serie confrontaciones bélicas que han motivado el éxodo de
casi 5 millones de refugiados
y el desplazamiento de 6,6 millones de personas. Ciudades como Alepo,
Palmira y la propia capital, Damasco, se han visto seriamente dañadas. A lo
anterior hay que añadir la presencia de grupos islamistas radicales en varias
zonas del país. Turquía, Líbano, Irak y Grecia son en la actualidad los
principales países receptores de refugiados sirios. De todos modos, cabe
destacar que debido al conflicto
de Irak, millones de personas protagonizan una de las
mayores situaciones de desplazamiento interno a nivel mundial.
2) Conflicto en la República
Centroafricana
Las acciones bélicas que se iniciaron en el año 2012 son en realidad la prolongación de la
guerra civil de 2004. En ella se enfrentan el Ejército del país y las fuerzas
rebeldes agrupadas bajo una coalición conocida como Seleka.
Estos últimos acusan al actual presidente, François Bozizé,
de incumplir los acuerdos de paz firmados en 2007. Este conflicto ha dejado
cerca de 215.000 personas refugiadas. Además limita con la República
Democrática del Congo,
otro país que sufre las consecuencias derivadas de los conflictos por
controlar su gran riqueza mineral.
3) Guerra en Sudán del Sur
Es el país más joven del
mundo. Surgió en el año 2011 tras lograr la independencia de su vecino del
norte, pero esto no ha sido motivo de estabilidad. Por el contrario, las dos
principales etnias que habitan el territorio, los dinka y los nuer, llevan más
de 4 años enfrentados en una guerra civil que ya deja 500.000 víctimas
mortales, 1,5 millones de desplazados internos y casi 2 millones de refugiados.
4) Guerra en Yemen
Las raíces de la guerra
en Yemen se remontan a las luchas que desde hace
décadas las principales ramas del islam que
habitan el país asiático: los chiítas y los sunitas. Los primeros son minoría y
reclaman el poder que ostentan los segundos. Desde 2014 ha habido un
recrudecimiento de las acciones bélicas entre los dos bandos, además de la
participación de Arabia Saudita, país vecino que apoya a los grupos sunitas. El
más reciente coletazo de esta guerra ya deja más de 2,5 millones de desplazados
internos y 173.000 refugiados que huyen a países como Etiopía, Somalia y Sudán.
5) Conflicto armado en Colombia
Es el conflicto de
América Latina más largo de la historia reciente. Se inició en los años
60, cuando las guerrillas de corte “comunista” y el Ejército se disputaron el
control de ciertas zonas del territorio. Más tarde aparecieron los grupos
paramilitares y otras bandas relacionadas con el narcotráfico. Las acciones
armadas han causado cerca de 220.000 víctimas y algo más de 5 millones de desplazados
internos. En la actualidad, el Gobierno negocia el fin del conflicto con el
principal grupo guerrillero, las FARC>>. Confrontar con: https://www.esglobal.org/las-guerras-2018/
http://www.un.org/es/humanitarian/overview/conflict.shtml
y https://psicologiaymente.com/miscelanea/paises-mas-violentos-peligrosos-mundo.
https://www.eldiario.es/desalambre/DATOS-empresas-armamento-poderosas-mundo_0_738076920.html.
Como ya hemos dejado dicho en uno de nuestros
últimos trabajos, según Marx <<la “democracia” burguesa es el sistema más
avanzado de la dictadura del Capital sobre la sociedad>>:
<<El
actual derrumbe del capitalismo está poniendo al descubierto esa realidad que
muchos prefirieron ignorar y se acoplaron a ella. Unas decenas, o quizás unas
centenares de familias en todo el mundo, poseedoras de inmensas fortunas
acumuladas a través de la especulación y la explotación despiadada, imponen su
voluntad a seis mil millones de seres humanos. La necesidad de reproducción
infinita de sus capitales pone en peligro a la humanidad y el planeta entero.
No les importa que el cambio climático o la extinción de las especies sea ya
una realidad que nadie en su sano juicio cuestiona. No les importa que hayan
provocado una crisis económica sin precedentes que está hundiendo en la pobreza
a millones y millones de trabajadores en todo el mundo. Nadie les va a pedir
cuentas. Ninguna “honorable” institución los va a señalar con el dedo, ningún
gobierno capitalista va a enfrentarse a sus designios. A través de sus imperios
económicos ponen y deponen a los gobiernos “democráticos” y definen qué
políticas se deben de llevar a cabo. A través de sus ejércitos mediáticos
engañan y manipulan, creando corrientes de opinión conforme a sus intereses.
Financian a los partidos y a la burocracia de los sindicatos para conseguir su
complicidad, y de esta manera mantener la ficción democrática. La democracia
burguesa se desenmascara cada vez más, para dejar al descubierto su verdadero
rostro psicópata y brutal.
El derrumbe capitalista ha hecho
que las florituras de la democracia formal salten por los aires. La izquierda y
la derecha del sistema tienen cada vez menos espacio de maniobra para
diferenciarse. La izquierda del sistema clama por la intervención estatal, la
derecha defiende el dejar hacer (la intervención del Estado tiene que limitarse
a las guerras, a la represión y a los momentos en los que tenga que actuar en
auxilio de los poderosos). La izquierda del sistema oculta que la intervención
estatal y el aumento del gasto social, en un momento en el que caen los
ingresos fiscales, aumentará el déficit fiscal y hará impagable la deuda. La
derecha disimula que con el recorte de las ayudas y los subsidios, crecerá la
pobreza y el desempleo, agravando la caída de los ingresos del Estado y
volviendo también impagable la deuda pública. Todos los caminos conducen a
Roma. El gran capital necesita liquidar las conquistas y los derechos de los
trabajadores para aumentar su explotación. No existe otra forma para aumentar
sus plusvalías>> (“En
defensa del Marxismo”.
Partido Obrero
Prensa obrera).
. GPM.