Los instrumentos humanos o “causa material” del atentado
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HUIDO DE LA JUSTICIA EN EL CARIBE
(24-02-05) El Mundo localiza a Nayo "Toro y Trashorras me contaron que
estaban vendiendo dinamita a ETA"
El Mundo ha resuelto la pregunta número 21 que se hizo Pedro J. Ramírez.
El "Nayo", compinche de Suárez y Trashorras, ha aparecido
en el Caribe para desvelar que sus ex socios le contaron que "estaban
vendiendo dinamita a ETA". Además, dice que el transporte del
explosivo lo hacía "un guardia civil de Bilbao". En esta
ciudad es donde El Chino "conseguía cosas", según
declaró el confidente Rafá Zouhier. "Nayo" implica
también en la trama a Carmen Toro y Lavandera. Lea el especial Los
indicios que apuntan a ETA.
(Libertad Digital) En julio de 2001, la Policía Nacional detuvo a 23
personas en una operación contra el tráfico de drogas denominada
Pipol. Los agentes se incautaron, además de hachís, de 16 cartuchos
de Goma 2 ECO y 94 detonadores. Entre los detenidos estaban Emilio Suárez
Trashorras (convertido en confidente, según se ha sabido más
tarde), Antonio Toro Castro (su cuñado y posteriormente también
confidente policial) y un santanderino afincado en Castrillón y que
respondía a las siglas J.I.F.D. y al alias de "Nayo".
El tal "Nayo", que había sido compinche de Trashorras en
otros asuntos, intentó llegar a un acuerdo con la Policía informado
sobre unos explosivos que se encontraban escondidos en un monte cercano a
Avilés. Su abogado le convenció para que no lo hiciera. Según
desveló La Nueva España, la información no pasó
desapercibida para el abogado madrileño, Carlos Alberto Tejeda, que
intentó hacer un trato con la fiscalía de Asturias para que
rebajara las penas a dos de sus clientes también detenidos en la operación
Pipol. Los datos de "Nayo" parecían jugosos. Trashorras escondía
500 kilos de dinamita en la zona de Illas. Justo la cantidad que a finales
de febrero de 2004 se incautó a ETA en la furgoneta detenida en Cuenca.
Sin embargo, según Tejeda, "los agentes contestaron que no iban
a registran una montaña". El letrado no consiguió que el
fiscal antidroga, José Luis Rebollo, aceptara el trato y sus dos clientes
fueron condenados. "Nayo", por su parte, desapareció y algunas
fuentes citadas por La Nueva España dijeron que está escondido
en Sudamérica.
El Mundo le encuentra en el Caribe
Este jueves, le encontramos en el diario El Mundo. José Ignacio Fernández
Díaz, el "Nayo", del que se muestra una foto con el rostro
cubierto en portada, se encuentra huido "en un lugar de Caribe"
para evitar cumplir una condena de tres años de cárcel. Las
revelaciones de este prófugo vuelven a apuntar a la banda terrorista
vasca: "Toro y Trashorras me contaron que estaban vendiendo dinamita
a ETA". Además, relata que "a Emilio (Suárez Trashorras),
cuando le hablaron de que el explosivo acabaría en manos de ETA, le
importó tres narices. Toro aún ponía algún reparo,
pero a Emilio le daba igual". Según relata, "el cambio era
por armas. Toro había hecho la lista: 9 ó 10 pistolas, 4 ó
5 subfusiles, granadas, una mina anticarro. Un arsenal cojonudo por algo más
de 200 kilos de Goma 2".
Los 200 kilos de explosivos –según el "Nayo"– los guardó
Toro en un armario de ropa vacía y el prófugo no entiende por
qué la Policía no registró el piso de Toro. Y aporta
un dato más: "Emilio me contó que el transporte del explosivo
lo hacía un guardia civil de Bilbao, de la lucha antiterrorista, que
era la manera más segura, que no le iban a parar y eso era una garantía.
Toro también me contó lo del guardia". Nayo cuenta como
antes de ser detenidos en la operación Pípol se habían
acumulado los explosivos en la casa de Toro. "El primer lote que se trataba
de vender era de algo más de 200 kilos. Se fueron bajando poco a poco,
en pequeñas cantidades, bolsa a bolsa, mochila a mochila. Primero acumulamos
200 kilos y luego ya se puso a la venta". Sin embargo, la detención
de la operación Pípol, donde sólo fue encarcelado Antonio
Toro, cambió la situación.
Acusaciones a Carmen Toro y Lavandera
El socio de Toro sigue sin salir de su asombro de que la policía no
registrara el piso donde escondían los explosivos para cambiar por
armas. El mismo día en que fueron puestos en libertad él y Emilio
Suárez Trashorras tras la operación Pipol, el minero propuso
sacar los explosivos del piso. Según cuenta Nayo, él se negó
porque pensaba que la policía los seguiría y explica que Emilio
Suárez Trashorras y la que era su novia, la hermana de Toro (Carmen,
en libertad todavía hoy en Avilés), se encargaron de sacar el
explosivo de la vivienda de Avilés. Nayo afirma que el explosivo lo
trasladaron a casa de ella, "al hórreo de su familia. Allí
los metieron en cajas de cartón, sin sacarlos del envoltorio original,
para que no se estropearan".
"Nayo" explica cómo evolucionaron temporalmente las negociaciones
sobre los explosivos obtenidos por Emilio Suárez Trashorras: “Hay dos
fases: La primera la dirige directamente Toro. Cuando éste entra en
prisión, se queda al cargo Emilio, que va haciendo lo que le dice Toro
desde la cárcel. Cuando Toro sale de la cárcel, ya sale con
sus nuevos contactos, con los moros. Esa parte ya es sin Lavandera y ésa
es la que él denuncia, pero se olvida de que él fue el primero
que negoció los explosivos”.
Para terminar, conviene a destacar este párrafo de "Nayo" sobre a quién le contó todo lo que sabía: "Le conté a la Guardia Civil (de Asturias) que el explosivo se estaba negociando con Lavandera, que había un guardia civil de antiterrorismo de Bilbao que sería el que se encargaría del transporte y que el explosivo iba a acabar en manos de ETA. Yo se lo conté después de salir de la cárcel la segunda vez que fue detenido, por la operación de los gitanos. Y me dijeron que si hubieran recibido la información cuando la recibió la policía, hubieran encontrado, seguro, el explosivo. Cuando al oficial le conté lo del guardia civil de Bilbao se asustó. Dijo no puede ser que hubiera uno de este Cuerpo que sea así. (...) Yo ya no sé si la información se trasladó y se abrió una investigación, no lo sé". Al parecer, el hombre que en 2001 denunció a las fuerzas de seguridad los planes de la trama asturiana sería el contacto entre el guardia civil de Bilbao y Toro. "Pienso que Lavandera y Toro tenían negocios juntos", dice "Nayo".
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