4. La mochila-bomba que no explotó.
En la madrugada del 12 de marzo, el personal de la comisaría de Puente de Vallecas comunicó el misterioso hallazgo en sus dependencias, de una mochila bomba sin explotar, supuestamente procedente de uno de los llamados “trenes de la muerte”. Según la versión oficial, el análisis de aquella mochila permitió identificar en un tiempo récord a los presuntos principales autores materiales de los atentados, tirando del hilo de dos de las pistas fundamentales encontradas en la mochila: el teléfono móvil y la tarjeta del teléfono.[1]
Según el auto del Juez de la audiencia Nacional encargado del caso, Juan del Olmo, en el tren Nº 21431 detenido en la Estación de Atocha, a partir de las 7,37 hs. se produjeron tres explosiones y el agente de la policía municipal, Jacobo Barrero, encontró en él un artefacto explosivo sin detonar, que los mismos “Técnicos Especialistas en Desactivación de Artefactos Explosivos” (T.E.D.A.X.) hicieron estallar in situ.
La primera explosión que tuvo lugar en ese tren se produjo a las 7 horas 37 minutos 47 segundos en el vagón número 6; a las 7 horas 38 minutos 36 segundos se produjo la segunda explosión en el vagón 5; a las 7 horas 38 minutos 40 segundos detonó la tercera explosión en el vagón número 4. El artefacto que no llegó a explotar fue localizado en el primer vagón y a las 9 horas, 59 minutos y 18 segundos, los T.E.D.A.X. procedieron a su explosión controlada. Al otro día, en un “informe preliminar” de los T.E.D.A.X, su Comisario Jefe, Juan Jesús Sánchez Manzano, dijo que ese artefacto explosivo sin etaallar no contenía ningún teléfono móvil.
Posteriormente, a las 10 horas 57 minutos 27 segundos, en el vagón número 2 del mismo tren Nº 21431, los equipos T.E.D.A.X. encontraron un bulto sospechoso que procedieron a "cebar" (con una pequeña cantidad de explosivo) para detonarlo, pensando que podía ser un artefacto explosivo, pero que resultó no ser tal.
A unos 500 metros de la Estación de Atocha (tren N° 17305) paralela a la Calle Téllez , sobre las 7 horas 39 minutos se produjeron cuatro explosiones, la primera (cuarta en el cómputo total) dentro del primer vagón, la segunda y quinta en el cuarto vagón, la tercera (sexta en el cómputo total) en el quinto vagón, y las cuarta (sétima en el cómputo total) dentro del sexto vagón del tren, el cual, en el momento de las deflagraciones, estaba detenido sobre la línea ferroviaria. En ese sitio se encontró otro bulto sospechoso que los T.E.D.A.X procedieron a cebar para explosionar en el lugar, y que, posteriormente, se determino que no contenía explosivo.
En el tren Nº 21435 estacionado sobre el andén de la Estación de “El Pozo del Tío Raimundo”, sobre las 7 horas y treinta y ocho minutos se produjeron dos explosiones, (octava y novena en cómputo total) dentro del piso superior de los vagones 4 y 5 del tren. En esta estación se encontró un tercer artefacto “oculto en el interior de una mochila, de color azul oscuro, que se hallaba sobre el andén en la parte derecha de la estación mencionada, entre el segundo y tercer vagón, y que también fue detonado por los equipos T.E.D.A.X.).[2]
En el informe de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos que consta en el sumario se indica:<<Los análisis efectuados a las muestras recogidas en las explosiones de los trenes el 11 de Marzo determinaron que el explosivo utilizado es dinamita en todos los focos, salvo en los focos número 3 de la estación de El Pozo, y en el número 2 en la calle de Téllez, donde la analítica efectuada a los restos de la explosión no detectó ningún componente de explosivo>> http://www.internetopina.com/showthread.php?p=11523#post11523
De todo esto se infiere que de los tres bultos que no explotaron y que los T.E.D.A.X hallaron y procedieron a detonar en el lugar de los hechos, sólo uno de ellos contenía material explosivo.
Finalmente, en el tren Nº 21713 detenido sobre el andén de la Estación de Santa Eugenia, sobre las 7 horas 38 minutos tuvo lugar la décima explosión en el 4 vagón del tren.
El mismo auto del Juez fechado en febrero de 2005, alude a otro artefacto explosivo supuestamente encontrado en la Estación del Pozo, la famosa mochila Nº 13:
<<En esta Estación se encontraba el artefacto explosivo que en la madrugada del día 12 de marzo de 2004 se localizó en la Comisaría de Distrito de Puente de Vallecas y se desactivó (tal y como con posterioridad se hará mención); el referido artefacto explosivo tenía marcado como hora de activación de la alarma-despertador las 7 horas 40 minutos>> (Op. Cit.)
En el segundo punto del mismo auto del 15 de febrero de 2005, siguiendo las indicaciones del informe remitido el 26 de marzo de 2004 por el Jefe de los TEDAX, Comisario Juan Jesús Sánchez Manzano, entre otros datos técnicos acerca de los materiales constitutivos del artefacto explosivo encontrado en la Comisaría de Puente Vallecas —analizado en el Parque Azorín del mismo barrio madrileño— el Juez Juan Del Olmo señaló que:
<<El detonador consistía en un teléfono móvil dé la Compañía Telefónica MOVISTAR, marca "TRIUM -T-110" de color azul y plateado, en el cual se descubrió una pegatina en el interior del compartimiento de la pila, con los siguientes datos: "MITSUBISHI ELECTRIC. FZ 1324007003. 00DO BA05.MADE IN FRANCE. MT-360 TRIUM 11 Op 21407-C. LOTE 4612. 350822350844612 (número de IMEI)", y que en su interior llevaba instalada una Tarjeta SIM, del sistema Prepago, de la Compañía AMENA auna, correspondiente al número 652282963. Del referido teléfono, sobresalían por el lateral derecho dos cables, uno de color azul y otro de color rojo, que conectaban con el explosivo envuelto en una bolsa de plástico.>> (Ibid.)
Y siguiendo las indicaciones del mismo informe, el Juez Juan del Olmo declaró no poder precisar cual pudo ser la causa de que dicha mochila-bomba no hubiera explosionado:
<<…el artefacto contaba, en definitiva, con todos y cada uno de los elementos necesarios para su correcto funcionamiento, y todas las pruebas realizadas al efecto fueron satisfactorias, así, respecto a la cuestión de por qué no funcionó el artefacto en su momento, no es posible establecer unas circunstancias determinadas, suficientemente concluyentes, para determinar el motivo del fallo>> (Ibíd)
El 23 de
abril de 2005, examinados los 35 tomos sobre los que el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo
ha levantado el secreto sumarial y remitido a la Comisión de investigación del Congreso de
los Diputados, pudo saberse que el 29 de marzo de 2004,
<<P.- Ahora que ha pasado casi un año, ¿podría decirnos por qué esa bomba no hizo explosión?
R.- Yo sé por qué no hizo explosión, pero eso es materia clasificada.>> (“El Mundo” 03/03/05)
Finalmente, el mismo T.E.D.A.X. “Pedro” —que desactivó la mochila-bomba número 13 encontrada en la Comisaría de Puente Vallecas durante la madrugada del 11 al 12 de marzo de 2004— acabó por desvelar el misterio. Durante una entrevista concedida el 3 de marzo deRecuerda el experto que el mecanismo ya había sido empleado por ETA dos veces —entre noviembre de 2000 y enero de 2001—, aunque con una diferencia en su funcionamiento: en las mochilas- bomba del 11M, "el propio teléfono de la bomba hacía de temporizador" —a modo de despertador— a través de la alarma del aparato, apagado hasta ese mismo instante; en las de ETA, en cambio, "la señal era radiomandada" mediante una llamada desde otro teléfono:
<<P. Es decir, que ETA en un periodo muy corto utilizó dos bombas con móviles.
R. Pero hay una diferencia fundamental: el propio teléfono de la bomba de los islamistas hacía de temporizador y en las de ETA la señal era radiomandada.
P. O sea, que lo utilizaban como un mando a distancia.
R. La llamada era el sistema de activación del artefacto. Ellos llamaban con otro teléfono a un número determinado (el del teléfono conectado al explosivo del artefacto) que activaba la bomba. (...)
R. (...) Se ha hablado mucho sobre la falta de seguridad para el terrorista de esos artefactos, pero eso no es verdad. Las bombas (del 11M) eran muy seguras. Si se les pone bien la fecha y la hora a la que tiene que sonar el despertador, no hay ningún problema. ¿Por qué? Porque se apaga el teléfono y el terrorista se asegura de que la batería no se descarga; y, en segundo lugar, porque evita que se reciban llamadas que hagan saltar el dispositivo antes de lo previsto.
P. ¿Es
decir, que el móvil que había en la mochila estaba apagado?
R. Sí, sí, claro. Me llamó la atención cuando
cogí el teléfono. Es más, me desconcertó.
P. ¿Pensó que podía haber fallado porque estaba apagado?
R. Cuando vi el teléfono, lo primero que pensé fue en mi experiencia con las bombas de ETA. Me dije: “Alguien va a llamar por teléfono y salgo por los aires”. Pero estaba apagado. Pensé que al teléfono se le había ido la batería, o que no funcionaba, o bien en una trampa desconocida de ETA, que las hace de puta madre. Sólo había dos opciones, o había fallado, o me la habían trampeado. Me dije: “Los terroristas han dicho: 10 bombas para los pasajeros y las otras ahora para las Fuerzas de Seguridad, para ver si se las comen”. Estaba obsesionado con que fuera una trampa de los terroristas vascos.>> (Op. Cit. Lo entre paréntesis nuestro)
O sea:1) que
http://www.nodo50.org/gpm
e-mail: gpm@nodo50.org
[1] El 8 de julio de 2004, el jefe superior de
Policía de Madrid, Miguel Angel Fernández Rancaño, explicó en la Comisión de Investigación Parlamentaria sobre
los atentados del 11 de marzo, que la tarjeta del móvil hallada en la mochila-bomba
desactivada en Vallecas es "el nudo gordiano que llevó a la pista islámica
el mismo viernes día 12, ratificada el sábado con las detenciones de los primeros
sospechosos de raza árabe en el barrio de
Lavapiés”. Según dijo, el punto "crítico" de inflexión
de la investigación, “es ese hallazgo en la mochila-bomba de Vallecas”, que
pese a sus 11 kilos, no llamó la atención a los funcionarios hasta la tarde
del día de autos. En la madrugada del 11 al 12 de marzo, una vez desactivada
la bomba por los TEDAX, se localizó el teléfono y su correspondiente tarjeta
prepago, que primero se examinó en
[2] A pesar de que el Juez del Olmo fue claro al respecto, desde el principio se ha estado intentando convencer a la opinión pública de que las dos mochilas-bomba sin estallar, no fueron destruidas por los TEDAX deliberadamente. En los medios periodísticos se publicó que esas mochilas habían estallado al intentar desactivarlas y eso mismo declaró por dos veces el jefe de los TEDAX ante la Comisión 11M, quien puso un enorme hincapié en que las mochilas habían estallado accidentalmente al intentar desactivarlas.
[3] Según las “pruebas” del sumario, quienes prepararon y ejecutaron tan limpia y meticulosamente la matanza del 11M, son los mismos que el 02/07/04 intervinieron en el chapucero y fallido intento de atentado contra un tren de la línea “AVE” Madrid-Sevilla en Mocejón (Toledo). Este notorio contraste es una muestra más de la inconsecuente inconsistencia jurídica y moral de un poder judicial sometido a las maquinaciones políticas del poder ejecutivo.