El holocausto palestino: la
sinrazón del exilio y el derecho al retorno.
“No
existe el Pueblo Palestino... ellos no existen” (Golda Meir. Declaración
al Sunday Times, el 15 de Junio de 1969).
El derecho del pueblo palestino a retornar a sus tierras, a
tener su patria donde ha estado (y sigue estando) a lo largo de la Historia, a
través de sus antepasados cananeos, fenicios y filisteos es un hecho que ha sido
reconocido a nivel mundial. La legalidad internacional exige el regreso del
pueblo palestino a su tierra y respalda sus derechos nacionales, hay numerosas
resoluciones de la ONU que lo respaldan.
Israel (gracias al apoyo que tiene de EE.UU a todos los niveles) se está
comportando como un país genocida en el territorio palestino. La propaganda
israelí y su política en general niegan el derecho a la existencia de un
territorio palestino autónomo, ya decíamos que es un derecho reconocido a nivel
mundial. Israel impide y niega el derecho a que los exiliados palestinos vuelvan
a sus casas, a su tierra (donde se asentaron en muchísimos casos colonos
israelíes) algo que es un derecho inalienable de cualquier persona que ha
sufrido un exilio forzoso.
El Estado de Israel surgió a raíz de una ocupación militar, brutal y
tremendamente injusta, encajándose en un entorno que le es (por la naturaleza de
su génesis) hostil, dependiendo para su supervivencia del apoyo internacional de
EE.UU y de la ayuda que dicho país propina a nivel militar y económico. Israel
necesita ocultar a la opinión pública occidental sus horrendos crímenes contra
los palestinos cometidos en 1947 y 1948, (cuando iniciaron y forzaron el éxodo
del pueblo palestino) y el interminable holocausto que los palestinos vienen
padeciendo desde entonces. Por lo tanto, y sin dejar de lloriquear ni un
instante, vienen contando a esa opinión pública que los palestinos (cerca del
millón de personas en 1948) se marcharon de sus tierras azuzados por sus
dirigentes y que no hace más que repetir la misma retahíla de falacias que lo
vienen haciendo desde hace decenios todos sus compañeros de campaña, azuzados
por el sionismo mundial. Los palestinos fueron expulsados por la fuerza de las
armas gracias a la acción de las organizaciones terroristas judías como STERN e
IRGUN, que cometieron espeluznantes y macabros asesinatos, auténticas matanzas
para aterrorizar a la población palestina en 1947 y 1948, antes de obligarla a
abandonar el país. La más conocida que quedó en la memoria colectiva palestina
fue la acontecida en Deir Yassin cometida bajo mando de Menahim Beguin el 9 de
abril de 1948 y en la que los criminales de Irgun llegaron incluso a abrir en
canal a las mujeres embarazadas. De esta y otras matanzas perpetradas por los
judíos en Palestina existen un sinfín de documentos que atestiguan estos
terroríficos crímenes contra la Humanidad.
La expulsión de los habitantes se
constata en Haifa, Ramle y Lydda, Safad, Tiberíades y varias ciudades y aldeas,
muchas veces lo consiguieron a través de la guerra psicológica. Los palestinos
que huyeron buscaron refugio en otras zonas de Palestina o en países árabes
vecinos. Desde Naciones Unidas siempre se ha insistido en que es necesaria la
repatriación de los refugiados, algo a lo que Israel se ha negado. Todos los
intentos del Comité de Conciliación de la ONU en este sentido han quedado
solamente en papel mojado.
Desde 1949 Israel ha sido condenada
por más de 50 agresiones armadas contra los estado árabes en los que se cuentan
numerosas pérdidas de vidas humanas. La más grave violación de los acuerdos de
armisticio fue la guerra emprendida por Israel contra Egipto, aprovechándose de
la situación creada por la nacionalización del Canal de Suez en 1956, en la que
Israel ocupó el Sinaí y la Franja de Gaza. Finalmente bajo la presión de la
opinión pública internacional y la amenaza de retener la ayuda financiera de
EE.UU, Israel se retiró en marzo de 1957 hasta las líneas del armisticio.
La Guerra
de los Seis Días (1967) supone la apertura de una nueva fase en la
guerra con diferentes características: la victoria de Israel sobre
Egipto, Siria y Jordania y el incremento de la asistencia militar
estadounidense. En Octubre de 1973 se produce una nueva guerra llamada
por los árabes la guerra de Ramadán y por los judíos la del Yom Kippur,
cuando los ejércitos egipcio y sirio empiezan un ataque sorpresa a
las fuerzas israelíes del Sinaí y del Golán, al principio les aventajan
pero la ayuda norteamericana a Israel, como siempre, es determinante
en la resolución del conflicto. La unión entre las naciones árabes
en el campo de batalla (excepto Jordania) da cierta victoria psicológica
a los árabes.
En 1974 se
reconoce a la OLP por parte de la comunidad internacional como único
interlocutor del pueblo palestino. Los planes de paz se irán planteando
a lo largo de los años.
Israel es un Estado sin constitución ni fronteras declaradas y reconocidas por
el propio Estado, que permite a cualquier judío de cualquier parte del mundo
retornar y obtener de inmediato la nacionalidad israelí sólo por el hecho de ser
judío. Hay autores como Grossman y Wiesel que defienden mediante lamentos el
retorno de los judíos (aunque no tuvieran parientes que hubieran vivido allí) a
Palestina, su "derecho" a ocupar territorio y casas palestinas echando a sus
legítimos dueños (dicha afirmación es, en sí misma, absurda y estúpida) a la vez
que niegan dicho derecho al retorno de los refugiados palestinos.
Los judíos de Palestina han estado siempre, y siguen estando, en Palestina o en
los países de los alrededores. Judíos ha habido siempre en Palestina y son tan
palestinos como los palestinos árabes. Siempre han estado allí, palestinos como
los demás, nadie les maltrató a lo largo de muchos siglos. Otros judíos se
sienten también palestinos y enarbolan la bandera de Palestina , hecho este
celosamente ocultado por los propagandistas de Israel. Un ejemplo es el de la
secta judía, Neturei Karto, que con más de 70.000 miembros, 50.000 de ellos en
Palestina e Israel, son acérrimos palestinos y tenaces oponentes a Israel al que
consideran una blasfemia contra el judaísmo y una rebeldía contra Yahvé. A lo
largo de la historia musulmana (exceptuando algunos episodios puntuales) los
judíos han sido tratados con justicia, de hecho cuando eran perseguidos en
Europa huían a países musulmanes como Turquía, Egipto... A ciertos judíos
occidentales les entró no hace muchos años un amor inexplicable que se acunaba
en los peligrosos brazos del Sionismo por el regreso a Palestina. Cientos de
miles de rusos y de otros países de la Europa ex-socialista, sin rumbo y
desarraigados tras la caída de la Unión Soviética, han emigrado a Palestina,
donde podían conseguir tierras y casas robadas a los palestinos cuya sangre
manchaba las paredes y la arena que iban a ocupar. Tras este "amor" nuevo
resurgido por Palestina se esconden las ganas que tienen estos judíos de poseer
bienes que en sus lugares de origen no tienen en la mayoría de los casos.
Para muchos palestinos que viven lejos
de la tierra de sus abuelos y de sus padres este paso atrás supone aparcar unos
sueños de ver vivir en paz a su pueblo en el lugar de donde proceden.
Desde mi punto de vista es una
vergüenza a nivel internacional que no se haga nada para que el pueblo palestino
obtenga por fin justicia, para que al fin puedan dejar de soñar con la paz para
vivirla.
Este artículo no pretende otra cosa que realizar un
ejrecicio de memoria colectiva, para no olvidar, mientras no olvidemos el
sufrimiento de miles, de millones de palestinos en todo el mundo y a lo largo de
la historia del genocidio palestino no morirá, mientras permanezcan en el
recuerdo, mientras en nuestra memoria existan sus gritos no habrán desaparecido
con ellos. Yo no lo olvido, por más que apenas salga en la televisión y que las
informaciones que nos llegan por dicha vía sean infinitamente sesgadas, por más
que este mundo capitalista, sometido a los delirios de grandeza de un dictador
de la democracia occidental como es G. Bush, tome las guerras, la violencia, la
agresividad entre los pueblos como algo "natural" e inevitable, por más que me
digan que "no se arreglará nunca el conflicto palestino" yo creo que llegará un
día en que los palestinos expulsados regresarán a su tierra y lo celebrarán con
los hijos y los nietos que verán su Palestina por primera vez. Os pido, para que
este sueño de los refugiados palestinos pueda ser real, no dejéis de retenerlos
en vuestra memoria. Sólo me queda añadir las palabras del historiador francés Le
Goff "...la memoria colectiva no es solo una conquista, es un instrumento y
una mira de poder. Apoderarse de la memoria y el olvido es una de las máximas
preocupaciones de las clases, de los grupos, de los individuos dominantes de las
sociedades históricas”.
Mirentxu.
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