La aprobación, por parte de la Dirección General de Calidad Ambiental de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, de la central eólica de la Muela de Carcelén, que está construyendo la empresa Elecdey S.L., ha supuesto uno de los atentados más graves contra el medio ambiente en la provincia de Albacete en las últimas décadas. No recordamos un hecho más grave que éste desde la desaparición del lince de estas tierras, años atrás.

De hecho, la autorización de esta central ha sido la causa de una denuncia por parte de Ecologistas en Acción ante la Comisión de Peticiones de la Unión Europea, que ha sido registrada y será estudiada su posible admisión. La Consejería y la Delegación actúan minusvalorando y despreciando las posibles consecuencias de esta denuncia, y suponen que dicha Comisión desestimará la petición. En cambio, su aceptación podría suponer una denuncia en firme ante la Comisión de Medio Ambiente y podría acarrear el desmantelamiento de dicha central si se comprueba que contraviene la legislación comunitaria en materia de Medio Ambiente.

La Consejería, en lugar de defender el interés general y aplicar el principio de precaución preconizado por la propia UE, ha decidido defender el interés exclusivo y particular de la empresa y aprobar las obras antes incluso de realizar los pertinentes estudios y comprobaciones sobre la existencia, que ahora se ha demostrado cierta, de especies animales amenazadas y en peligro de extinción que habrían supuesto la inviabilidad de esta central a efectos medioambientales

Los riesgos fatales que suponen estas instalaciones para las aves y quirópteros son ciertos. La Delegación de Medio Ambiente sabe que ello ha quedado demostrado tras la reciente muerte de un águila real en la central de Bonete. No hace falta que sigan muriendo estas aves para comprobar efectivamente su desaparición.

Estas amenazadas y vulnerables rapaces necesitan extensos territorios para su reproducción y su supervivencia, por lo que el número de ejemplares existente en una comarca es muy pequeño. Por esta razón, la muerte de uno o dos de estos animales puede suponer la muerte del 100% de los individuos de la especie en una zona muy extensa.

Por ello, la proliferación de estas centrales en lugares inadecuados, como ocurre con la central de la Muela de Carcelén, puede conllevar la desaparición de varias especies de aves, algunas en peligro de extinción, de toda la mitad oriental de nuestra provincia.

Denunciamos que la presencia de una de las aves catalogada como vulnerable en el Catalogo Regional de Especies amenazadas, en las cercanías de la central, únicamente ha supuesto, por parte de la Delegación de Agricultura y Medio Ambiente, la paralización de las obras en un radio de 500 metros de su nido; pero permite que las obras continúen en el resto de la central, con el consiguiente trasiego de vehículos, personal, maquinaria pesada y camiones y grúas de gran tonelaje, amenazando el éxito de la cría y contraviniendo la legislación autonómica, española y comunitaria.

Algunos informes negativos de los técnicos de medio ambiente están siendo desechados y desautorizados por las Direcciones Generales de Calidad Ambiental y de Medio Natural, con el consentimiento de la Delegación de Agricultura y Medio Ambiente de Albacete, que no se opone a que sus técnicos sean continuamente desautorizados desde Toledo, con la única excusa de las fuertes y continuas presiones que sufren desde las empresas promotoras y desde la Consejería de Industria dirigida por Araceli Muñoz.

Por la incongruencia de su actuación, las Asociaciones firmantes hemos solicitado la inmediata paralización de las obras, en toda la central, con total prohibición de circular por la misma, hasta que la cría de todas las aves haya finalizado por completo, permitiendo al menos que éstas salgan adelante y se evite su extinción en nuestra provincia.

Por ello, queremos poner en conocimiento de los medios de comunicación de Albacete y de la población en general, la absoluta falta de rigor en las Declaraciones de Impacto Ambiental emitidas por la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente, aprobando como viables algunas instalaciones eólicas que resultan muy dañinas para la fauna, la flora, el paisaje e incluso para los intereses económicos de algunas comunidades rurales (por el impacto negativo que tienen para el desarrollo de actividades de ocio de los vecinos y para atraer un turismo rural y de naturaleza cada vez más en auge y más exigente) y que cumpliendo con nuestro deber ciudadano, denunciaremos ante el Seprona y ante la fiscalía cualquier muerte o desaparición de cualquiera de estos ejemplares amenazados y en peligro de extinción que se produzca por estas centrales.