La contaminación acústica es la causa del mayor número de denuncias presentadas por los ciudadanos ante el servicio municipal de Medio Ambiente, dependiente del Ayuntamiento local. Después de los ruidos, los humos, los malos olores, la acumulación de residuos sólidos urbanos y los vertidos incontrolados son otras actividades molestas que denuncian los ciudadanos ante Medio Ambiente, según dijo el concejal responsable de la unidad, José Eduardo Martínez Valero, quien confirmó que en los últimos doce meses se han abierto 2.000 expedientes y se han registrado 635 consultas, bien a través de la línea telefónica o bien personándose en el Consistorio, de las que ya se han resuelto el 75 por ciento.

La contaminación acústica y los ruidos suponen la apertura del mayor número de expedientes, consultas y denuncias presentadas por ciudadanos y registradas en los últimos doce meses en la unidad verde de la concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Albacete, actividades que generan mayoritariamente los establecimientos hosteleros.

En ese mismo periodo de tiempo y según confirmó el concejal responsable del área, José Eduardo Martínez Valero, la unidad verde ha registrado un total de 635 consultas de ciudadanos, de las cuales un 50% corresponden a consultas y el otro 50% a quejas, reclamaciones y denuncias. En su totalidad, el Ayuntamiento ha resuelto casi un 75%, y el resto se encuentra en fase de trámite. «La mayoría de estas quejas, denuncias y consultas –dijo Valero– están motivadas por los ruidos, generados por la actividad hostelera».

La unidad verde de la concejalía de Medio Ambiente, una vez que recibe la denuncia del contribuyente, abre un expediente y comprueba si el establecimiento denuncia tiene vigente la licencia de actividad. En caso de que no fuera así, lleva implícito el cese inmediato de la actividad. Si por el contrario el establecimiento hostelero cumple con la normativa legal y ordenanza municipal, el Consistorio abre otro expediente sancionador en el que incluye medidas correctoras, que se deberán ejecutar en un plazo estipulado, y que de no cumplirse puede desembocar en el cese de actividad. Además, «la ordenanza municipal de Medio Ambiente prevé determinadas sanciones por reiteración o por la no corrección de las causas que han motivado la denuncia».

Una capital «muy ruidosa»

Para Martínez Valero, Albacete registra un número de denuncias y quejas que entran dentro de la «normalidad» de las ciudades modernas. Aun así reconoció que esta capital «es muy ruidosa», no ya por la actividad hostelera, sino por el propio tráfico, «un elemento que no se utiliza en condiciones». En este sentido, el edil izquierdista consideró que Albacete, sobre todo en algunas zonas concretas, «está muy saturada acústicamente hablando». Esto significa que, cada día más, los ciudadanos demandan una actuación municipal para rigurosa y efectiva «porque soportan menos el nivel de ruido que tenemos». Martínez Valero volvió a recodar la jornada del Día Europeo Sin Coches, celebrada el pasado 22 de septiembre, «donde pudimos comprobar que, en hora punta, el ruido urbano o el número de decibelios es superior al que pueda producir cualquier pub o discoteca». No en vano, el concejal de Medio Ambiente confirmó que Albacete supera considerablemente la actividad ruidosa urbana, según los parámetros recomendables por la Organización Mundial de la Salud, que se sitúan en 65 decibelios. Sin embargo, la capital registra diaria y habitualmente un nivel de entre 70 y 72 decibelios en hora punta, unos registros que descendieron en 12 decibelios en el Día Europeo Sin Coches. «Albacete –dijo Martínez Valero– traspasa todos los días, en hora punta, la barrera de lo no tolerable y ello conlleva efectos nocivos para la salud».

Esto ha motivado que el 75% de las inspecciones que ha realizado la unidad verde de la concejalía de Medio Ambiente estén motivadas por el ruido, seguidas de lejos, un 17%, por actividades molestas como humos y olores, y un 7% a diversas actividades relacionadas con la unidad. Concretamente, en el último año se han realizado 200 inspecciones por ruidos, 100 por vertidos incontrolados de residuos, y otras tantas por aguas residuales, unas 60 inspecciones por humos y olores, 25 por animales de compañías, 20 inspecciones sobre el medio natural y 15 por otras actividades generales, entre las que se pueden encontrar, por ejemplo, las plagas urbanas.

La concejalía de Medio Ambiente también se encarga de revisar, controlar e inspecciones los vertidos de basuras, la limpieza viaria, la contaminación atmosférica, el saneamiento y vertido de aguas residuales…, etc.

Las inspecciones, según dijo Valero, las realizan los técnicos municipales de la unidad verde, mientras que la vigilancia viaria corre a cargo de dos trabajadores que detectan todo tipo de anomalías.