(La Verdad
Albacete. 25 de Mayo de 2.000) La organización Ecologistas en
Acción de Albacete, Valencia y Alicante acusó ayer al
sector de la construcción de la Comunidad Valenciana de
ser el único beneficiario del trasvase Júcar-Vinalopó,
ya que la transferencia de una media de 58,2 Hm3 de agua
al año servirá para el mantenimiento del parque
temático Terra Mítica y para las más de 150.000
personas que llegarán a vivir en las nuevas
urbanizaciones con campo de golf que se están
construyendo en la Marina Baja de Alicante. La
organización ecologista pidió ayer al Gobierno de
Castilla-La Mancha que mantenga una «oposición
rotunda» a esta obra hidraúlica, al tiempo que le
solicitó que inste al Ejecutivo estatal a emitir una
declaración de impacto medioambiental.
Ecologistas valencianos y
alicantinos se desplazaron ayer hasta Albacete para
denunciar conjuntamente los «intereses políticos
ocultos» que hay detrás del trasvase Júcar-Vinalopó,
un proyecto que ha recibido más de un millar de
alegaciones y que en estos momentos se encuentra en fase
de resolución.
Representantes de Ecologistas en Acción (EA) de la
Comunidad Valenciana pidieron a la Junta de Comunidades
de Castilla-La Mancha que adopte una oposición más
rotunda al trasvase Júcar-Vinalopó y a su significado y
que, como primer paso, exija al gobierno de Aznar que
emita una declaración de impacto medioambiental que
tenga en cuenta los motivos medioambientales,
hidrológicos y sociales expuestos en las citadas
alegaciones.
Carlos Feuerriegel, representante de Ecologistas en
Acción de Valencia, consideró que la actuación de la
empresa estatal Aguas del Júcar SA (Ajusa), apoyada por
la Generalitat Valenciana, sólo conseguirá «la muerte
definitiva del Júcar, un río moribundo que no llega a
desembocar y que finalmente se convertirá en un afluente
del Segura».
El ecologista valenciano explicó que al río Júcar se
le están robando los caudales que tenía en el proyecto
de directrices del año 92-94, destinados a la recarga de
acuíferos del litoral, a caudal ecológico, al
abastecimiento de La Albufera y otros cauces de la
cuenca.
Carlos Feuerriegel, de origen alemán, manifestó que el
destino final de estos caudales que se crean
«prácticamente de la nada» es el trasvase
Júcar-Vinalopó, destino que rechazó tanto por
cuestión de fondo como de forma. «Este trasvase
en el caso de que hubiera agua, que no la
hay, ya tiene un canal hecho que se llama acueducto
Tajo-Segura, que se calculó para 1.000 Hm3 al año y
está llevando de 300 a 400 Hm3/año y se rechaza
frontalmente el emplearlo, porque pasa por Castilla-La
Mancha, y este es un proyecto al que se le ha metido
prisa desde que Zaplana accedió a la Generalitat
Valenciana, y no quiere bajo ningún concepto que la
llave de ese agua esté en Castilla-La Mancha, ya que
cuando se planté el enviar el agua al Vinalopó se
creará un conflicto inevitable, porque ese agua se va a
tener que quitar a otros consumidores actuales».
Para evitar estos problemas, la solución pasa por hacer
una obra nueva estimada en unos 40.000 millones de
pesetas y «que sólo beneficiará a los constructores de
la Comunidad Valenciana». A tal respecto, el ecologista
valenciano calificó de «vergüenza» que el presidente
de la Federación de Constructores de Valencia, Juan
Cámara, sea uno de los consejeros de Ajusa que tiene voz
y voto en la toma de decisiones.
Reutilización del agua
Por su parte, el portavoz de EA en Alicante, Carlos
Arribas, calificó de «mentira» la intención de la
Generalitat Valenciana, cuando dice que reutilizará los
20.000 metros cúbicos de agua que diariamente
necesitará Terra Mítica, de Benidorm. «Tampoco es
cierto añadió que se vayan a instalar
desaladoras para utilizar agua del mar, porque no hay
ningún proyecto que así lo contemple, principalmente,
porque tienen un coste elevadísimo».
Para Arribas, el parque temático será «una gota de
agua en el mar», ya que ahora «se están construyendo
doce nuevos hoteles a su alrededor, lo que provocará que
el déficit hídrico de la Marina Baja se dispare hasta
más de 75 Hm3».
Finalmente, el representante de EA en Albacete, José
Manuel Pérez Pena, insistió en que detrás del trasvase
Júcar-Vinalopó hay «un nutrido grupo de constructores,
avalados por empresas como Ajusa, que se embolsarán más
de 3.000 millones de pesetas con esta obra hidráulica».
|