Dossier
El uso ilegal de armamento
con uranio empobrecido de EEUU y Gran Bretaña en la guerra
contra Iraq de 2003
28 de mayo de 2003. CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
Todo parece indicar que
los ejércitos de EEUU y Gran Bretaña han vuelto
a usar munición revestida con uranio empobrecido durante
la invasión y ocupación de Iraq. Los residuos contaminantes
pueden superar la cantidad que aún permanece en el país
desde la guerra de1991, y que se asocia al incremento espectacular
de cánceres, abortividad y malformaciones congénitas
entre la población iraquí -sobre todos en el sur
del país- y el denominado "Síndrome de la
Guerra del Golfo" entre los veteranos occidentales.
Antes de que finalizara la guerra ilegal
contra Iraq de marzo-abril de 2003, diversas fuentes comenzaron
a denunciar la utilización de armamento de uranio empobrecido
por parte de EEUU y Gran Bretaña en la invasión
de este país [1] y la violación flagrante de la resolución
de Naciones Unidas (NNUU) que clasifica este tipo de armamento
como de destrucción masiva ilegal.
El uranio empobrecido [2] contamina
la tierra y el aire y, como ya han demostrado diferentes investigaciones
epidemiológicas independientes en relación con
las consecuencias de su uso durante la Guerra del Golfo de 1991,
causa daños irreparables a la salud, fundamentalmente
cánceres, leucemias y malformaciones congénitas,
tanto a la población civil afectada como a las tropas
de los ejércitos que las utilizan en lo que se ha descrito
como el "Síndrome de la Guerra del Golfo" y
que incluye dolores crónicos musculares, fatiga y pérdida
de memoria, deterioro del sistema inmune y muerte.
La primera vez que trascendió
públicamente el uso de armamento de uranio empobrecido
en la última guerra contra Iraq fue el 28 de marzo de
2003, cuando se produjo un incidente del denominado "fuego
amigo", al disparar un avión de combate estadounidense
en el sur de Iraq un proyectil con este tipo de revestimiento,
matando a un soldado británico e hiriendo a otros tres.
Sin embargo, el estudio llevado a cabo por un equipo de investigación
de la organización Christian Science Monitor (CSM)
establece que solamente en la capital iraquí se han hallado
numerosos lugares y objetos con un nivel de radioactividad que
supera en muchos casos por 1.000 los niveles normales de inocuidad.
Reconocimiento del Pentágono
Como destaca el informe del CSM, el
Pentágono ha reconocido el uso de material militar con
uranio empobrecido en Iraq durante la última guerra a
través de la declaración de un portavoz oficial
del Comando Central estadounidense. Según sus declaraciones,
en lo que es un reconocimiento muy parcial y limitado, tan solo
los aviones de combate tipo A-10 Warthog (utilizado en
muchos de los ataques contra edificios públicos de Bagdad
como el ministerio de Planificación iraquí,m al
lado del río Tigris) dispararon 300.000 proyectiles de
uranio empobrecido.
El ex coronel estadounidense Doug Rokke,
ex director del proyecto de uranio empobrecido del Pentágono,
profesor de Ciencia Medioambiental en la Universidad de Jacksonville
y encargado en su día por el Departamento de Defensa de
EEUU de la limpieza del desierto kuwaití y saudí
tras la Guerra del Golfo declara abiertamente:
"El uso de uranio empobrecido es
un Crimen de Guerra. Hay que hacer una valoración moral
en esta cuestión: esta guerra era por la [supuesta] posesión
de Iraq de armamento de destrucción masiva, sin embargo,
nosotros estamos utilizando armas de destrucción masiva.
Estos dobles raseros son repugnantes [...] El personal militar
de una nación no puede contaminar deliberadamente ninguna
otra nación causando daños a personas y al medioambiente
y después ignorar las consecuencias de sus acciones. Hacerlo
así es un Crimen contra la Humanidad. Debemos hacer lo
correcto: prohibir el uranio empobrecido. No podemos usar munición
que dejan detrás una tierra devastada por los residuos
tóxicos ni matar indiscriminadamente. Esto equivale a
un Crimen de Guerra. [...] EEUU y Gran Bretaña deben reconocer
las consecuencias inmorales de sus acciones y asumir la responsabilidad
que les corresponde en el cuidado médico y en reparar
el medio ambiente" [3].
No obstante, EEUU no reconoce oficialmente
las gravísimas consecuencias del uso de uranio empobrecido
y los oficiales del Pentágono siguen manteniendo que es
relativamente inocuo.
A continuación presentamos tres
documentos relacionados con el uso de uranio empobrecido en Iraq.
El primero hace referencia a la detención por parte de
las autoridades militares de ocupación de EEUU en Iraq
de la Dra. Huda Salih Ammash, bióloga medioambiental y
Decana de la Universidad de Bagdad, que ha desarrollado durante
la década de los 90 importantes trabajos de investigación
avalados por autoridades científicas internacionales e
independientes en los que demuestra la relación existente
entre el uranio empobrecido utilizado en armamento estadounidense
durante la Guerra del Golfo de 1991 y el aumento de enfermedades
como cáncer y leucemias, así como de malformaciones
congénitas en la población iraquí. La detención
de la Dra. Ammash se produjo el pasado 5 de mayo bajo la acusación
de estar relacionada con la producción de armamento biológico
en Iraq, extremo que ha sido ya desmentido por los inspectores
de desarme de la UNMOVIC de NNUU. Su detención, de acuerdo
con los editores de sus trabajos en EEUU, responde a motivos
políticos, asociados a la denuncia explícita que
la Dra. Ammash había conseguido interponer en los ámbitos
científicos y académicos internacionales sobre
la responsabilidad del ejército y gobierno de EEUU en
las consecuencias del uso de uranio empobrecido en Iraq.
Según se demostró en la
investigación llevada a cabo por el CSM -cuyo informe
se presenta igualmente a continuación- los ejércitos
de EEUU y de Gran Bretaña han vuelto a utilizar masivamente
y en áreas densamente pobladas de Iraq (particularmente
en el centro y en los extrarradios de la capital, Bagdad) armamento
de uranio empobrecido que ha incrementado la contaminación
de radioactividad ya existente en muchos espacios del país
tras la Guerra del Golfo de 1991. Se suma a tal peligro, el hecho
dramático de que las piezas de armamento como fragmentos
de proyectiles, carros de combate y materiales de deshecho producidos
por la guerra siguen estando esparcidos por el suelo y conviven
entre la población civil, muy particularmente con los
niños iraquíes que las manipulan inconscientemente,
y sin que las autoridades militares de ocupación estadounidense
estén alertando a los ciudadanos de Iraq sobre su peligro
y, mucho menos, aplicando una política de limpieza y descontaminación
como les correspondería.
Bien al contrario, los responsables
militares estadounidenses, haciendo dejación de sus obligaciones
civiles, legales y morales, se jactan de haber utilizado este
tipo de armamento amparándose en la premisa militar
de "atacar causando el máximo daño posible".
Así lo revela un alto oficial estadounidense desde el
anonimato, en la entrevista realizada por Jay Shaft, de la Coalition
for Free Thought in Media, que cierra el bloque que presentamos
sobre la cuestión del uso de uranio empobrecido en la
invasión de Iraq. [CSCAweb]
Notas:
1. Mackay,
Neil: "US forces' use of depleted uranium weapons is illegal",
Sunday Herald, 30, March, 2003, en www.sunday herald.com
2. Véase en CSCAweb: Seminario Internacional de Gijón
sobre uranio empobrecido
3. Mackay, Neil: "US forces' use of depleted uranium weapons
is illegal", obra citada.
La detención de
Huda Ammash: ¿un ajuste de cuentas por su denuncia de
las consecuencias del uso de armas con uranio empobrecido en
Iraq?
Jeffrey St. Clair*
28 de mayo de 2003. www.leb.net , 7 de mayo
de 2003
Traducción: Beatriz Morales, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"El gobierno de EEUU
está tratando de silenciar la postura abiertamente crítica
de la Dra. Ammash en relación con el papel que ha desempeñado
EEUU en la aparición de cánceres y de otras enfermedades
en Iraq debido a su uso de peligrosas armas biológicas
como el radiactivo uranio empobrecido".
El pasado 5 de mayo el ejército estadounidense detuvo
en Bagdad a la Dra. Huda Salih Ammash, argumentando que había
supervisado la supuesta producción de armas biológicas
iraquíes [1]. Los editores en EEUU de la Dra. Ammash
han afirmado que tras su detención podría esconderse
un móvil político. La Dra. Ammash, Decana de la
Universidad de Bagdad, es la autora de "Contaminación
tóxica, Guerra del Golfo y Sanciones" ("Toxic
Pullution, the Gulf War, and Sanctions"), un pormenorizado
artículo de investigación publicado en Iraq
Under Siege (South End Press, 2002), una recopilación
de textos que examina los efectos de la Guerra del Golfo y de
las sanciones sobre Iraq.
"Estamos indignados por la detención ilegal de
la Dra. Ammash por parte de EEUU y sus planes de interrogarla.
Exigimos que sea puesta en libertad inmediatamente. -señala
el co-editor Alexander Dwinell- El gobierno de EEUU está
tratando de silenciar la posición claramente crítica
de la Dra. Ammash en relación con papel que ha desempeñado
EEUU en la aparición de cánceres y de otras enfermedades
en Iraq debido a su propio uso de peligrosas armas biológicas
como el radiactivo uranio empobrecido".
No interrogada por la UNMOVIC
El portavoz de la Comisión de Control, Inspección
y Verificación de NNUU (UNMOVIC, en sus siglas en inglés),
Hiro Ueki, ha confirmado a South End Press que, basándose
en investigaciones anteriores, "[...] la UNMOVIC no seleccionó
a la Dra. Ammash para ser entrevistada, porque esta Comisión
no encontró pruebas claras de su relación con los
programas de [fabricación de] armas biológicas"
cuando visitó la Universidad de Bagdad el 13 de enero
de 2003.
La Dra. Ammash, bióloga medioambiental y profesora
de la Universidad de Bagdad, obtuvo su Dra.do en la Universidad
de Missouri. Ha conseguido el respeto internacional gracias a
sus publicaciones, especialmente su documentación del
aumento de cánceres entre los niños iraquíes
y veteranos de guerra desde la Guerra del Golfo [de 1991]. En
Iraq Under Siege escribe: "Los índices de
mortalidad iraquíes han aumentado significativamente;
el cáncer representa una significativa causa de mortandad,
especialmente en el sur [del país] y entre los niños".
Durante una visita a Bagdad de un grupo de representantes de
ONG y de ex funcionarios de Naciones Unidas (NNUU) en enero de
2003, la Dra Ammash declaró: "Los iraquíes
respetamos a los occidentales y a la civilización occidental.
Respetamos vuestros logros tecnológicos y vuestros valores.
Pero el odio está siendo manipulado por alguien para lograr
un choque de civilizaciones".
Otras publicaciones de la Dra. Ammash son "Impact of
Gulf War Pollution in the Spread of Infectious Diseases in Iraq"
(Soli Al-Mondo, Roma, 1999) y "Electromagnetic, Chemical,
and Microbial Pollution Resulting from War and Embargo, and Its
Impact on the Environment and Health" (Journal of the
[Iraqi] Academy of Science,1997).
* Jeffrey
St. Clair
es periodista. Este texto ha sido difundido en: www.leb.net
Nota de CSCAweb:
1. La Dra Hudda
S. Ammash fue detenida tras entregarse voluntariamente a las
fuerzas de ocupación. Ammash -también cargo de
la dirección del partido Ba'az- aparecía en la
lista elaborada por el Pentágono de 55 responsables iraquíes
a ser detenidos (El País, 6 de mayo de 2003).
La contaminación
por uranio empobrecido durante la invasión de Iraq
Scott Peterson*
28 de mayo de 2003. The Christian Science
Monitor, mayo de 2003
Traducción: Loles Oliván, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"En la primera revelación
parcial del Pentágono sobre la cantidad de uranio empobrecido
utilizado en Iraq, un portavoz del Comando Central estadounidense
declaró que los aviones de combate del tipo 'A-10 Warthog'
(el mismo tipo de avión que atacó el ministerio
de Planificación iraquí) dispararon 300.000 proyectiles.
La mezcla normal para el combate de esos 30 milímetros
de descarga es de cinco proyectiles de uranio empobrecido a uno,
una mezcla que habría dejado en Iraq 75 toneladas de uranio
empobrecido."
En un puesto de productos situado al borde de la carretera
en las afueras de Bagdad, Latifa Jalaf Hamid comercia activamente.
Los conductores iraquíes se acercan y cogen manojos de
perejil fresco, hojas de menta, eneldo y matas de cebollas. Pero
el puesto de la señora Hamid está a solo cuatro
pasos de un tanque iraquí quemado, destruido por -y contaminado
de- los controvertidos proyectiles estadounidenses [revestidos]
de uranio empobrecido. Los niños de la localidad juegan
"todo el día" en el tanque, dice Hamid, y en
otro que hay cruzando la carretera.
Nadie ha advertido a la vendedora del traje negro descolorido
y gastado que quite el polvo tóxico y radioactivo de sus
productos. Ni se les ha dicho a los niños que no jueguen
con los escombros radioactivos. Todos se arremolinan alrededor
cuando un medidor Geiger que lleva un investigador visitante
comienza a sonar al acercarse a un fragmento de proyectil de
uranio empobrecido no más grande que una goma de borrar.
El lector digital registra cerca de 1.000 veces más el
nivel de radiación normal.
Christian Science Monitor (CSM) ha investigado cuatro
lugares de la ciudad -incluidos dos vehículos blindados
iraquíes elegidos al azar, un pedal de carro de munición
estadounidense quemado y el derrumbado Ministerio de Planificación-
y ha hallado importantes niveles de contaminación radioactiva
de la batalla de EEUU por Bagdad.
En la primera revelación parcial del Pentágono
sobre la cantidad de uranio empobrecido utilizado en Iraq, un
portavoz del Comando Central estadounidense declaró a
CSM que los aviones de combate del tipo A-10 Warthog (el
mismo tipo de avión que atacó el ministerio de
Planificación iraquí) dispararon 300.000 proyectiles.
La mezcla normal para el combate de esos 30 mm de descarga es
de cinco proyectiles de uranio empobrecido a uno, una mezcla
que habría dejado en Iraq 75 toneladas de uranio empobrecido.
CSM solo ha visto un lugar donde las tropas estadounidenses
hayan puesto advertencias escritas a mano en árabe para
que los iraquíes no se acerquen. En el lugar, se descubrió
un proyectil estadounidense de 90 cm de longitud disparado desde
un arma de 120 mm que estaba produciendo radioactividad a un
nivel de 1.300 veces superior al nivel de radiación admisible.
El proyectil hizo que las explosiones intermitentes de los instrumentos
de medición se convirtieran en un silbido de balas continuo.
"Si hay piezas o incluso proyectiles completos de uranio
empobrecido alrededor, no es un riego agudo para la salud pero
seguro que [la radioactividad] está por encima de los
niveles de la dosis de protección radioactiva", declara
Werner Buekat, vice director general de Ciencias Nucleares y
Aplicaciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica
de NNUU (International Atomic Energy Agency, IAEA), en
Viena. "Lo importante en cualquier batalla -especialmente
en áreas urbanas pobladas- es que alguien tiene que descontaminar
esos lugares".
Minimizando los riesgos
Recién salidos de las fábricas, las carcasas
de uranio empobrecido se manejan normalmente con guantes para
minimizar el riesgo a la salud y se les aplica un fino baño
protector. La partícula radioactiva alfa que emite
el uranio empobrecido viaja menos que una pulgada (25,4 mm) y
puede frenarse por la ropa o incluso con un pañuelo de
papel. Pero cuando el material de uranio empobrecido prende (normalmente
por impacto, o como polvo que puede arder espontáneamente)
la capa protectora desaparece creándose peligrosos óxidos
radioactivos que pueden ser inhalados o ingeridos.
"El riesgo depende de cómo se maneje", advierte
Jan Olof Snihs, de la Autoridad Sueca de Protección Radioactiva,
en Estocolmo. En la mayoría de los casos, los peligros
son bajos, dice, a menos que los niños ingieran tierra
tóxica y radioactiva o cojan con las manos óxidos
de uranio empobrecido. Las partículas radioactivas son
"un riesgo especial asociado a la guerra", dice el
Sr. Snihs. "Las autoridades deberían ser conscientes
de ello e intentar descontaminar lugares como estos solo para
evitar riesgos innecesarios".
Los oficiales del Pentágono mantienen que el uranio
empobrecido es relativamente inocuo y que es una parte necesaria
de la guerra moderna. Afirman que los estudios realizados antes
de la Guerra del Golfo [1991] que indicaban un riesgo de cáncer
y de daño a poblaciones locales mediante la contaminación
permanente han sido reemplazados por nuevos informes.
"En realidad no hay ningún riesgo, a menos que
nosotros sepamos, para la población de Iraq" declaró
a la prensa en Bagdad la semana pasada el Coronel Michael Sigmon,
cirujano en funciones del V Cuerpo del Ejército de EEUU
quien afirmó que los niños jugando con las carcasas
de tanques esparcidas tendrían que comer y después
prácticamente asfixiarse en residuos de uranio empobrecido
para que les causara daño.
Pero hay una creciente preocupación entre los representantes
de NNUU y de agencias asistenciales, junto a algunos expertos
científicos occidentales que están reclamando que
los lugares contaminados con uranio empobrecido sean señalados
y se aseguren. "La tierra alrededor de los lugares donde
han impactado los proyectiles de uranio empobrecido puede estar
altamente contaminada y podría ser dañina si los
niños la ingieren", dice Brian Spatt, jefe del grupo
de trabajo sobre uranio empobrecido en la Royal Society,
la primera institución científica británica.
¿Juguetes de metal pesado?
Los fragmentos y los proyectiles se tienen que quitar, ya
que "los niños los encuentran objetos fascinantes,
y los pueden recoger", dice el profesor Spratt. "La
ciencia dice que en esos objetos existe algún peligro,
quizá no un gran peligro. Por supuesto, no decimos que
esas cosas sean seguras; decimos que es importante la limpieza".
El ministerio de Defensa británico mantiene que ofrecerá
exploraciones a los soldados que supuestamente hayan estado expuestos
al uranio empobrecido y que publicará detalles sobre las
localizaciones y cantidades de uranio empobrecido que las tropas
británicas han utilizado en Iraq -una minúscula
fracción [comparada con] las lanzadas por las fuerzas
de EEUU.
Tradicionalmente, el Pentágono ha sido hermético
sobre el uranio empobrecido: las estadísticas oficiales
sobre la cantidad utilizada no fueron reveladas hasta muchos
años después de los conflictos de la Guerra del
Golfo de 1991 y de Bosnia, y cerca de un año después
de la campaña de Kosovo de 1999. Ningún oficial
de EEUU contactado por el CSM pudo proporcionar las estimaciones
del uso de uranio empobrecido durante la última guerra
contra Iraq.
"Lo primero que deberíamos pedir al ejército
de EEUU es que lo quiten inmediatamente", dice Carel de
Rooy, presidente del Fondo de la Infancia de NNUU en Bagdad,
añadiendo que los altos cargos de NNUU necesitan urgentemente
consejos para evitar la exposición. El programa medioambiental
de NNUU hizo un llamamiento el mes pasado para que se hagan pruebas
de campo. El uranio empobrecido "sigue siendo una cuestión
de gran preocupación para el público general",
dice el jefe de este Programa Klaus Töpfer. "Un estudio
anticipado en Iraq podría o hacer descender los temores
para poder despreocuparnos o confirmar que existen realmente
riesgos potenciales".
Las tropas de EEUU evitan la destrucción
Durante el último conflicto contra Iraq, los tanques
Abrams, los vehículos de combate Bradley
y los aviones A-10 Warthog, entre otros equipamientos
militares, dispararon proyectiles de uranio empobrecido desde
las zonas de guerra del desierto hasta el corazón de Bagdad.
Ningún otro proyectil blindado [con uranio empobrecido]
es tan efectivo contra los tanques enemigos. A pesar de que el
Pentágono mantiene que no existe riesgo para los residentes
de Bagdad, los soldados estadounidenses toman sus propias precauciones
en Iraq y en algunos casos han distribuido panfletos de advertencia
y han marcado señales. "Cuando disparamos algo con
uranio empobrecido, no se supone que vamos a ir allí,
porque podría causar cáncer" dice un sargento
de Nueva York en Bagdad, que tiene asignado un Bradley
y que pide son ser identificado. "No conocemos los efectos
de lo que puede hacer. Si uno de nuestros vehículos arde
con proyectiles de uranio empobrecido dentro, o un camión
de munición, no nos acercaríamos a donde está
ni aunque tuviera importantes documentos dentro. Trabajamos seguro".
Seis vehículos estadounidenses atacados por "fuego
amigo" de uranio empobrecido en 1991 fueron considerados
demasiado contaminados como para devolverlos a EEUU y fueron
quemados en Arabia Saudí. De otros 16 que se llevaron
a una instalación de construcción en Carolina del
Sur, seis tuvieron que quemarse en un vertedero de residuos de
baja radiación.
Las imágenes de la guerra televisadas el mes pasado
mostraron vehículos armados iraquíes ardiendo cuando
las columnas estadounidenses entraban, una señal común
de ataques con uranio empobrecido, que quema el blindaje impactado
y a menudo prende las municiones que lleva el vehículo
atacado. "No decíamos ni mu cuando estábamos
dirigiéndonos allí, nuestras escotillas estaban
cerradas" dice el sargento estadounidense. "Si vimos
algo ardiendo, no nos paramos en ningún lugar próximo.
Simplemente seguimos conduciendo".
Esta es una opción que la vendedora Hamid no tiene.
Dice que EEUU no cumplió su promesa de no bombardear a
los civiles. Ha encontrado bombas de racimo en su jardín;
el uranio empobrecido es sólo otra preocupación
más, en una guerra sobre la que sigue siendo escéptica.
"Se nos dijo que esto iba a ser el paraíso cuando
se derrocara a Sadam Husein y ahora [los estadounidenses] están
matando a nuestros hijos". Se queja en lo que es una percepción
común iraquí sobre el riesgo del uranio empobrecido.
"Los estadounidenses no se han preocupado en advertirnos
que esta es una zona contaminada".
Ahora hay un aviso en la inserción de ad-Dura, [barrio]
a las afueras del sur de Bagdad. En los días previos a
la caída de la capital, cuatro camiones de abastecimiento
estadounidenses se apiñaron cerca de un nudo de autopistas,
prendieron fuego y quemaron varios depósitos de armas
con de uranio empobrecido. Las tropas estadounidenses llegaron
unos días más tarde con máscaras de protección
y excavaron la tierra de alrededor para limitar la contaminación.
Las tropas colgaron avisos escritos en árabe a mano en
los vehículos quemados en los que se lee: "Peligro.
Manténgase fuera de este área". Esos fueron
los únicos avisos que vio este investigador entre las
docenas de vehículos blindados iraquíes destruidos
y desperdigados por la ciudad.
"Todos llevaban máscaras", dice Abbas Mohsin,
el primo adolescente de un vendedor de un puesto de bebidas [situado]
a poco más de 45 metros, refiriéndose al equipo
de limpieza estadounidense. "Les dijeron a la gente que
había materiales tóxicos... y advirtieron a mi
primo que no vendiera Pepsi ni bebidas frías en
es esta zona. Dijeron que estaban preocupados por nuestra seguridad".
A pesar de que las tropas excavaron la tierra contaminada y la
sacaron lejos de los vehículos quemados, sigue habiendo
en el lugar negros montones de cenizas y partículas de
uranio empobrecido puro. El residuo tóxico, si se inhala
o se come, está considerado por los científicos
como el más peligroso estado del uranio empobrecido.
La lectura digital de uno de los montones de polvo negro produjo
9.839 emisiones radioactivas por minuto, más de 300 veces
la media del nivel aceptable registrado por el medidor Geiger.
Otro montón de polvo alcanzó las 11.585 emisiones
por minuto.
Los periodistas occidentales que pasaron una noche cerca de
este lugar el 10 de abril, el día anterior a la caída
de Bagdad, fueron advertidos por soldados de EEUU para que no
cruzasen la carretera hasta ese lugar porque todavía había
cuerpos y artillería sin estallar, además de contaminación
de uranio empobrecido. Fue allí donde CSM halló
la ráfaga de metralla del tanque. Este proyectil quemado
había convertido el nivel de la radiación al límite
de la "zona roja".
Un tanque parecido de uranio empobrecido recuperado en Arabia
Saudí en 1991, que fue hallado por un equipo radiológico
militar estadounidense cuando emitía entre 260 y 270 miliradiacciones
de radiación por hora. Su memorando de seguridad establece
que "el límite que establece la Comisión Reguladora
Nuclear de EEUU para evitar la radiación en los trabajadores
es de 100 miliradiacciones por año". La dosis límite
para el público normal en EEUU, y reconocida alrededor
del mundo, es de 100 milirems por año.
Los proyectiles de uranio empobrecido se fabrican a partir
de material de deshecho de bajo nivel nuclear radioactivo derivado
de la producción de la combustión nuclear y de
las armas. Es 1,7 veces más denso y perfora y quema fácilmente
el blindaje. Pero es controvertido porque deja un rastro de contaminación
que tiene una vida media de 4.500 millones de años, la
edad de nuestro sistema solar.
¿Menos uranio empobrecido
en esta guerra?
En la Guerra del Golfo de 1991 las fuerzas estadounidenses
utilizaron 320 toneladas de uranio empobrecido, el 80% lanzado
por aviones A-10. Algunas estimaciones sugieren que en
la guerra actual se han usado más de 1.000 toneladas de
uranio empobrecido. Pero las revelaciones del Pentágono
el pasado mes de abril acerca de que se habían lanzado75
toneladas de proyectiles de uranio empobrecido desde los A-10
apunta a un tonelaje de uranio empobrecido total menor en Iraq
esta vez.
Las directrices militares de EEUU se desarrollaron tras la
primera Guerra del Golfo -que se han rebajado considerablemente
desde entonces- y exigen a los soldados que mantengan una distancia
de casi 50 metros de un tanque atacado con uranio empobrecido
llevar máscaras de gas y un traje protector. Hoy, los
soldados tiene instrucciones de evitar cualquier [contacto con]
uranio empobrecido. "Si se ha tomado un tanque con uranio
empobrecido, debe de haber óxido que no se debe inhalar.
Queremos minimizar cualquier exposición, al menos al nivel
más bajo posible", declaró el Dr. Michael
Kilpatrick, un alto oficial sanitario del Pentágono a
la prensa el pasado 14 de marzo, justo unos días antes
de que comenzara la guerra. "Si alguien necesita entrar
en un tanque que ha sido atacado con uranio empobrecido, es adecuado
protegerse con una máscara para el polvo, un pañuelo,
y lavarse las manos después". "No todo el mundo
en el campo de batalla puede tener conocimientos sobre qué
hacer frente al uranio empobrecido", dice el Dr. Kilpatrick,
señalando que su mayor preocupación es la toxicidad
química del uranio empobrecido, no su radioactividad:
"Lo que nos preocupa son la áreas habitadas con los
niños que lo recogen [el material con uranio empobrecido]
lo chupan, lo manosean y lo tragan".
El manejo del uranio empobrecido está regido en EEUU
por estrictas normas de la Comisión Reguladora Nuclear
que establecen que solo puede eliminarse en vertederos de deshechos
radioactivos de bajo nivel. El ejército de EEUU dispone
de más de una docena de licencias para trabajar con uranio
empobrecido.
En Iraq no solo se ha lanzado uranio empobrecido para [atacar]
objetivos blindados. Las imágenes de vídeo de los
últimos días de la guerra muestran a un avión
A-10 -un avión diseñado para disparar piezas
de artillería Gatling de 30 mm- ametrallando el
Ministerio de Planificación iraquí en el centro
de Bagdad.
Una visita a la zona depara docenas de descargas radioactivas
de uranio empobrecido y carcasas de aluminio con dos bandas blancas
que penetraron en el tejado y en el hormigón del edificio.
El residuo de uranio empobrecido por el impacto señaló
en el contador Geiger un nivel relativamente bajo, sólo
12 veces más de los niveles de radiación aceptables.
'Proyectiles calientes'
Pero los propios proyectiles del tamaño de un dedo
-desperdigadas por el suelo donde se mueven con frecuencia los
saqueadores y los funcionarios- fueron los objetos "más
calientes" que el CSM midió en Iraq, alcanzando niveles
casi 1.900 veces más altos que los aceptables. El lugar
se encuentra a casi 300 metros del lugar donde las tropas estadounidenses
custodian la principal entrada al Palacio de la República,
alojamiento de los oficiales de EEUU y de Gran Bretaña
encargados de la reconstrucción de Iraq.
"¿Radioactividad?, ¿de verdad?", pregunta
un ex director general del ministerio cuando volvió la
semana pasada con traje y corbata y oyó los niveles de
contaminación registrados en el contador Geiger.
"Ayer vinieron más de mil empleados y no tenían
ninguna información sobre eso. Hemos empezado a no creer
lo que dice el gobierno de EEUU. Lo que yo se es que las fuerzas
de ocupación deberían descontaminarlo y cuidar
el país que han invadido".
Los oficiales militares estadounidenses dicen con frecuencia
que la mayoría de la gente está expuesta a un nivel
de radiactividad natural o "aceptable" en la vida cotidiana.
Por ejemplo, un vuelo alrededor de EEUU puede producir una dosis
incrementada de 5 milirem sobre la radiación cósmica;
una radiografía de rayos X puede producir una dosis de
10 milirem en pocos segundos. El Pentágono mantiene que,
como el uranio empobrecido está empobrecido y contiene
un 40% menos de radioactividad que el uranio normal, presenta,
por ello, incluso menos riesgo. Sin embargo, los expertos en
uranio empobrecido dicen que están muy preocupados por
el modo en que se transforma en el campo de batalla, tras arder,
en un polvo de óxido tóxico que emite partículas
alfa. A pesar de que pueden ser fácilmente frenadas
por la piel, una vez que están dentro del organismo, y
según han demostrado los estudios, pueden destruir células
de tejido blando. A pesar de que un estudio con ratas inyectadas
con fragmentos de uranio empobrecido en músculos blandos
[ha demostrado que] incrementa el riesgo de cáncer, los
efectos sobre la salud humana siguen sin ser concluyentes.
Cinco días antes de que comenzase la guerra contra Iraq,
oficiales del Pentágono declararon que se ha demostrado
que 90 de los soldados más gravemente expuestos a uranio
empobrecido durante la Guerra del Golfo de 1991 no han tenido
problemas de salud aunque siguen bajo supervisión médica.
Los documentos hechos públicos y las admisiones que los
oficiales militares han hecho en el pasado estiman, sin embargo,
que alrededor de 900 estadounidenses estuvieron expuestos a uranio
empobrecido. Solo una fracción ha sido investigada y entre
ellos solo se ha diagnosticado un caso de cáncer linfático
y otro de tumor en el brazo. Como se ha informado en otras ocasiones,
CSM ha hablado con veteranos estadounidenses que achacan sus
problemas de salud a la exposición a uranio empobrecido.
La política del uranio empobrecido
Pero las preocupaciones de la salud relativas al uranio empobrecido
se enmarañan siempre en la política. El régimen
de Sadam Husein responsabilizó al uso de uranio empobrecido
en 1991 de haber causado un aumento de la tasa de cáncer
y malformaciones congénitas en el sur de Iraq.
El Pentágono a menudo exagera el asunto en términos
de la efectividad del uranio empobrecido en el campo de batalla
o declara la ausencia de problemas para la salud, según
Dan Fahey, un defensor de los veteranos estadounidense que ha
supervisado los argumentos de ambas partes desde mitad de los
90. En su informe de marzo "Ciencia o ciencia-ficción:
hechos, mitos y propaganda en el debate sobre uranio empobrecido",
Fahey afirma que "las municiones de uranio empobrecido no
son ni las benignas armas que defiende la propaganda del Pentágono
ni el desacreditado instrumento de genocidio de los activistas
anti uranio empobrecido".
No obstante, el republicano Jim McDermott de Washington, un
doctor que visitó Bagdad antes de la guerra, presentó
un informe al Congreso el mes pasado requiriendo estudios sobre
la salud y en el medio ambiente y la limpieza de la contaminación
por uranio empobrecido en EEUU. Mantiene que el uranio empobrecido
puede estar directamente asociado con el incremento de las malformaciones
congénitas.
Según Fahey "Mientras que los efectos políticos
del uso de munición de uranio empobrecido son más
aparentes que los efectos en la salud y en el medio ambiente,
la ciencia y el sentido común dictan que es poco aconsejable
usar un arma que esparce grandes cantidades de residuos tóxicos
en áreas donde la gente vive, trabaja, cultiva alimentos
y extrae agua".
Debido a la publicidad que el gobierno iraquí ha dado
al asunto, los iraquíes se preocupan por el uranio empobrecido.
"Es una gran preocupación... no sabemos nada sobre
ello. ¿Cómo puedo proteger a mi familia?",
pregunta Faiz Askar, un doctor iraquí. "Decimos que
la guerra se ha acabado pero qué nos depara el futuro?"
* Scott
Peterson
es miembro de The Christian Science Monitor. Este artículo
ha sido difundido en: www.csmonitor.com
Entrevista
Un coronel del ejército
de EEUU admite que en Iraq se utilizaron 500 toneladas de uranio
empobrecido durante la invasión
Jay Shaft *
26 de mayo de 2003. Coalition for Free Thought
in Media, 5 de mayo de 2003
Traducción: Beatriz Morales, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"El Pentágono
sabe que existen graves riesgos para la salud asociados al uranio
empobrecido. Lo saben tras años de controlar nuestros
propios campos de pruebas y centros de fabricación."
Un coronel estadounidense del Comando
de Operaciones Especiales admitió en tres entrevistas
diferentes que EEUU y Gran Bretaña habían lanzado
en Iraq 500 toneladas de municiones de uranio empobrecido, así
como que la bomba GBU-28 Blue 113 de 5.000 toneladas contenía
uranio empobrecido en su ojiva. Hasta ahora los materiales utilizados
para fabricar la ojiva de la bomba GBU-28 habían
permanecido envueltos en un velo de misterio. También
admite que el Pentágono ha reconocido privadamente el
riesgo que el uranio empobrecido supone para la salud durante
años. Pidió permanecer en el anonimato por evidentes
razones de seguridad, y también para poder seguir siendo
una valiosa fuente de información. He verificado su identidad
y su información es, en general, precisa. Algunas informaciones
no se han podido verificar debido a que determinadas armas están
clasificadas como alto secreto. A continuación se reproduce
una trascripción de la entrevista. [Jay Shaft]
P.: Tengo entendido que es usted
coronel del ejército de EEUU, ¿es cierto?
R.: Correcto. Trabajo para Comando de Operaciones Especiales
del ejército estadounidense, adscrito al Comando Central.
Mi trabajo consiste en trazar las coordenadas para los objetivos
y elegir la mejor manera de destruir el objetivo. Tengo a mi
disposición una amplia red de analistas para analizar
cada objetivo y establecer qué armas podrán destruirlo
mejor.
P.: ¿Sabe qué cantidad
de uranio empobrecido acaba de ser empleado en Iraq y qué
tipo de munición se utilizó?
R.: Sí, sé que al menos 500 toneladas
de municiones de uranio empobrecido fueron utilizadas por las
fuerzas de la coalición. También sé que
muchas ciudades fueron duramente bombardeadas con munición
de uranio empobrecido.
P.: ¿500 toneladas? ¿Está
usted completamente seguro?
R.: Absolutamente seguro. Sé que fue un poco
más de 500 toneladas, pero puede redondear las cifras
hacia el centenar de toneladas más próximo [se
ríe].
P.: ¿Y respecto a las ciudades?¿Utilizaron
ustedes deliberadamente uranio empobrecido en ellas?
R.: Digamos que no hicimos todo lo posible por evitar
utilizar uranio empobrecido en las ciudades o en zonas densamente
pobladas. Sé que yo seleccioné algunos perforadores
de uranio empobrecido porque tienen un gran poder de penetración.
Utilicé armas de uranio empobrecido exclusivamente sobre
algunos objetivos para asegurar un máximo de daño
a esos objetivos. Lo que se pretende no es dañar sólo
a medias algunos objetivos, sino causar el máximo daño.
P.: Un momento... no sabía
que los perforadores llevaran uranio empobrecido. ¿Cómo
lo sabe usted?
R.: Bueno..., las especificaciones acerca de los perforadores
son alto secreto, así que buena [investigación]
y buena suerte. Para responder a su pregunta, le haré
yo una: ¿cómo cree que con una bomba se puede penetrar
en un bunker reforzado con acero? Tiene que tener uranio empobrecido
en la ojiva o en alguna parte, si no es imposible penetrar en
un objetivo enterrado bajo tierra.
P.: Entiendo lo que quiere decir.
Bien, ¿puede decirme cuáles de los perforadores
tienen ojivas de uranio empobrecido?
R.: Bueno... [larga pausa]. Creo que le diré
uno y lo dejaré ahí. A la bomba guiada G.B.U.-28
BLU 113B 5000 se le puede acoplar una ojiva de uranio
empobrecido y puede ser lanzada. No se trata sólo de la
ojiva de uranio empobrecido; las utilizan también con
ojivas convencionales que no son de uranio empobrecido. Si vio
la televisión y las vio cuando alcanzaban un objetivo,
es sencillo saber cuáles son de uranio empobrecido: si
vio todos esos pequeños fuegos secundarios ardiendo en
el momento de la explosión, se trataba de uranio empobrecido
ardiendo. Arde con una llama naranja blanquecina; casi parecen
fuegos artificiales.
P.: ¿Hay otros perforadores
que lleven ojivas de uranio empobrecido?
R.: Creo que no voy a responder a esta pregunta; ya
he hablado demasiado. Siguiente pregunta.
P.: Volviendo a las 500 toneladas
de uranio empobrecido, ¿el Departamento de Defensa de
EEUU y en Pentágono dispararon deliberadamente a zonas
civiles? Y si lo hicieron, ¿por qué?
R.: Ya he contestado a esa pregunta, pero le diré
que había muchos vehículos blindados iraquíes
en las principales ciudades iraquíes y por sus alrededores.
Nuestros propios tanques y vehículos utilizan municiones
perforadoras de uranio empobrecido para destruir esos vehículos
enemigos. Sabemos que más de 100 toneladas de municiones
de uranio empobrecido se utilizaron en Bagdad y sus alrededores,
pero se empleó mucha más en las ciudades del norte
y en Basora. Destruimos con uranio empobrecido más de
20.000 vehículos de distinto tipo en Iraq, e incluso bombardeamos
con él edificios en el centro de Bagdad.
P.: ¿El Pentágono sabía
que esto estaba sucediendo?,¿trataron de impedirlo? Me
refiero a los riesgos del uranio empobrecido y al hecho de que
se supone que estaban liberando Iraq.
R.: Querían la completa destrucción
de cualquier vehículo militar en Iraq. Por eso usted vio
que nuestros vehículos incluso disparaban a otros desvencijados
y que ya habían sido bombardeados. He visto fotos de muchos
vehículos que tenían más de 20 impactos.
El objetivo era asegurarse de que en modo alguno ningún
ejército pueda volver a utilizar estos vehículos.
Queríamos diezmar al ejército iraquí y asegurarnos
de que nunca pudieran volver a luchar. Creo que logramos bastante
bien ese objetivo, más de lo que esperábamos en
tan poco tiempo. Supuso una enorme cantidad de munición,
especialmente balas perforadoras de 25, 30 y 125 mm con puntas
de uranio empobrecido.
P.: Y ¿qué puede decir
de los riesgos para la salud asociados al uranio empobrecido?¿o
acaso niega que existan?
R.: Usted está decidido a hacer que haga una
declaración acerca de los riesgos para la salud, ¿verdad?
P.: Quisiera saber qué esconde
entre bastidores el Pentágono en relación al uranio
empobrecido.
R.: Bien....[larga pausa, seguida de una fuerte
blasfemia]. De acuerdo, le revelaré algún trapo
sucio, si eso es lo que quiere. El Pentágono sabe que
existen graves riesgos para la salud asociados al uranio empobrecido.
Lo saben tras años de controlar nuestros propios campos
de pruebas y centros de fabricación.
Había partes de Iraq que fueron designadas como zonas
de alta contaminación incluso antes de situar tropas sobre
el terreno. Las zonas en torno a Basora, Jalibah, Talil, la mayor
parte del desierto del sur y otros lugares peligrosos fueron
todos ellos identificados como contaminados antes de la guerra.
Algunas de las zonas de la región desértica del
sur a lo largo de la frontera kuwaití resultan especialmente
radiactivas en los escáneres y en las pruebas.
Uno de nuestros campos de pruebas en Arabia Saudí da
un nivel de radioactividad 1.000 veces superior al normal. En
EEUU tenemos campos de pruebas que están muy contaminados.
¡Diablos, llevan ahí desde los ochenta y nunca se
ha dicho nada públicamente! La política de "no
hacer preguntas" no sólo se aplica a los gays; también
se aplica constantemente a este asunto. Sé que hubo un
tiempo en el que se mantuvo la teoría de que cualquier
soldado expuesto a munición de uranio empobrecido debía
llevar un traje protector completo contra armas químicas.
Pero se dieron cuenta de que no sería práctico
y nunca más se volvió a hablar de ello abiertamente.
P.: Entonces, ¿son ciertos
los rumores de que saben que el uranio empobrecido es perjudicial?
R.: Sí, no hay duda de que la mayor parte de
los comandantes de alto nivel que andaban por ahí en los
ochenta lo sabían.
P.: Entonces, ¿qué
le parece el hecho que ustedes hayan expuesto a sus propios hombres
al uranio empobrecido?
R.: ¡A la mierda! ¿Qué sabe usted
de mi trabajo? Hice lo que tenía que hacer para eliminar
los objetivos que me habían impuesto. Si se tenía
que usar uranio empobrecido, entonces yo lo incluía en
mis informes. En realidad, yo no hago ya ningún disparo;
trabajo a distancia en un despacho.
P.:Así que nunca tendrá
que preocuparse de si está expuesto al uranio empobrecido,
¿no? ¡qué valiente!
R.: [Retahíla de blasfemias] Se ha terminado
la entrevista [más blasfemias seguidas del ruido
del teléfono al ser colgado].
La tercera entrevista no se pudo realizar, pero lo que declaró
el coronel es muy revelador. Él mismo reconoció
que habían utilizado uranio empobrecido en las principales
ciudades iraquíes aunque sabían cuáles eran
los riesgos. Nuestras propias tropas están expuestas en
zonas que han sido muy contaminadas, sin prevenirles ni tratar
de protegerlas. En los principales centros de población,
cientos de toneladas de uranio empobrecido fueron utilizadas
por unas tropas que cumplían órdenes de destruir
completamente todos los vehículos y edificios militares
iraquíes. Es la primera vez que el uranio empobrecido
se ha empleado en zonas densamente pobladas.
Todo un país ha vuelto a ser contaminado sin contemplaciones
respecto a las futuras generaciones que van a vivir en él.
El río Tigris riega todos los cultivos que crecen es esa
parte de mundo; del agua de ese río vive la mayor parte
del ganado y se riegan las cosechas.
¿Cuántos niños más nacerán
con malformaciones congénitas?¿Cuánto niños
más enfermarán de cáncer y morirán
antes de que puedan siquiera vivir una vida productiva? Miles
de ellos se han visto afectados por el uranio empobrecido empleado
en la Guerra del Golfo de 1991. Desde entonces, las cifras indican
que los índices de cáncer y de enfermedades relacionadas
con él se han incrementado en Iraq entre un 300% y un
500%. Ahora las principales zonas de población han sido
gravemente contaminadas sin el menor respeto por la salud futura
de Iraq. Tendremos que esperar para ver cuál es el coste
de esta acción. Con toda seguridad será excesivamente
alto y sus consecuencias serán un enorme incremento del
sufrimiento y de las muertes.
* Jay Shaft,
director
de Coalition For Free Thought In Media. Difundido en www.mindfully.org
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