Comunicado del CSCA
Detrás de los atentados
sectarios de Karbala y al-Kadimiya, la lógica de los ocupantes
CSCAweb (www.nodo50.org/csca),
3 de marzo de 2004
Comité de Solidaridad con la Causa Árabe, 2 de
marzo de 2004
"Estos
atentados favorecen objetivamente los intereses de EEUU y sus
aliados, al alimentar la argumentación de que la ocupación
en Iraq debe mantenerse para evitar una guerra civil o religiosa
en el país. Por el contrario, son precisamente EEUU y
sus aliados quienes están favoreciendo premeditadamente,
para dominarlo, la ruptura interna en un país que se ha
caracterizado históricamente -como el conjunto de la zona
árabe- por su capacidad de integración y convivencia
intercomunitarias. La lógica de 13 años de sanciones
era esta misma: desestructurar la sociedad iraquí"
Al menos 180 personas han resultado
muertas en Iraq en una serie de ataques coordinados en Bagdad
y Karbala contra mezquitas santuarios shi'íes en la mañana
del martes, 2 de marzo. En Karbala, situada a 80 kilómetros
al sur de la capital, se han producido cinco explosiones, cuando
la ciudad alberga a entre uno y dos millones de peregrinos -miles
de ellos, iraníes- que conmemoran la Ashura, la principal
celebración del shi'ísmo, aniversario de la muerte
en batalla de al-Husayn. El ataque en Bagdad se ha perpetrado
contra la abarrotado mezquita de al-Kadimiya, situada en el populoso
barrio del mismo nombre y tercer santuario en importancia del
Islam shi'í.
Estos atentados en Iraq han
sido coordinados con acciones similares llevadas a cabo de manera
simultánea en la ciudad de Quetta, Paquistán, y
no son los primeros en los últimos meses de naturaleza
sectaria y desacreditadores de la resistencia iraquí.
Inmediatamente después de producirse los atentados en
la mezquita de la ciudad de Karbala y Bagdad, el propio imán
shi'í de la mezquita de al-Kadimiya, Jawad al-Jalisi,
arremetió contra las fuerzas de ocupación afirmando
que "[...] la intervención de EEUU en la seguridad
del país es contraria a la voluntad del pueblo iraquí.
Quienes están detrás de estas explosiones buscan
crear el enfrentamiento sectario entre la población de
Iraq. Pero los iraquíes no permitirán nunca que
esto ocurra" [1]. Por su parte, la Asociación
de Ulemas Musulmanes, la más alta instancia religiosa
sunní en Iraq, ha reiterado en sucesivas ocasiones esta
misma denuncia además de su posición firme en apoyo
de la resistencia iraquí contra la ocupación. Los
congregados ante la mezquita de al-Kadimiya de la capital forzaron
violentamente la retirada de las patrullas estadounidenses que
acudieron al lugar tras el ataque.
Por el contrario, de manera
muy significativa, en un comunicado el ayatollah shi'í
as-Sistani acusaba a las autoridades de ocupación de negligencia,
y reclamaba de éstas un mayor compromiso en la seguridad
interior del país, el blindaje de las fronteras y la formación
de fuerzas de seguridad iraquíes debidamente entrenadas
y equipadas [2].
¿A
quién favorecen estos atentados?
Imputables a redes o a tramas
vinculadas a servicios secretos de uno u otro Estado:
1. Estos atentados favorecen
objetivamente los intereses de EEUU y sus aliados, al alimentar
la argumentación de que la ocupación en Iraq debe
mantenerse para evitar una guerra civil o religiosa en el país.
Por el contrario, son precisamente EEUU y sus aliados quienes
están favoreciendo premeditadamente la ruptura interna
en un país que se ha caracterizado históricamente
-como el conjunto de la zona árabe- por su capacidad de
integración y convivencia intercomunitarias. La lógica
de 13 años de sanciones era esta misma: desestructurar
la sociedad iraquí.
Desde la designación
por Bremer, en junio pasado, del Consejo Gubernativo iraquí
según criterios sectarios, la administración de
ocupación ha basado esencialmente su lógica de
dominio sobre el país en favorecer el enfrentamiento entre
comunidades religiosas y grupos étnicos, que se ven obligados
a reivindicar la defensa de sus intereses, primero, supeditándolos
al proyecto neocolonial de los invasores -esencialmente, el desmantelamiento
del Estado iraquí- y, segundo, fuera de cualquier marco
democrático integrador.
2. Estos atentados favorecen
igualmente los intereses sionistas, por cuanto alientan y prefiguran
un Oriente Medio compartimentado en entidades confesionales y
étnicas, en el que la referencia identitaria árabe
-como proyecto emancipatorio nacional, social, político
y económico- se anule.
A su imagen y semejanza, Israel
-el único Estado de la zona que se define en términos
teocráticos y étnicos- favorecerá como ha
hecho siempre aquellas entidades que renuncien a articularse
a partir de la defensa de los conceptos de ciudadanía,
pluralidad, derechos sociales y laicismo. Los atentados de meses
anteriores en Marruecos y Turquía contra las comunidades
judías en ambos países alientan esta lógica
excluyente y racista: una supuesta renovación del antisemitismo
(del que la propia Unión Europea y EEUU vuelven a alertar)
favorece el fortalecimiento del sionismo, el endurecimiento de
Israel y la represión en Palestina; de igual manera que
oscuras tramas asociadas a un confesionalismo islámico
retrógrado nutren el discurso estadounidense de "Guerra
global contra el terrorismo".
En esta espiral de terror y
violencia se pretende anular a los auténticos sujetos
sociales y políticos militantes de la resistencia árabe
contra el sionismo y el imperialismo. Las redes islamistas de
signo reaccionario se alinean con el sionismo y el imperialismo
en acabar definitivamente con el proyecto emancipatorio árabe
en esta región, a cuya vanguardia se sitúan hoy
el pueblo palestino y el pueblo iraquí.
3. Estos atentados favorecen
finalmente los intereses de Irán, por cuanto justifica
su tutela sobre la comunidad shi'í iraquí y la
intromisión en el diseño futuro de Iraq, ya notable
en la interlocución privilegiada que mantienen con los
ocupantes a través de la jerarquía religiosa shi'í
-en concreto, el ayatollah as-Sistani- o del Congreso Supremo
de la Revolución Islámica en Iraq. Medios de comunicación
y asociaciones iraquíes llevan denunciando la penetración
en el centro y sur de Iraq de elementos desestabilizadores iraníes
que están favoreciendo la confrontación confesional
en el país.
Máximas autoridades
iraníes han achacado a EEUU responsabilidad en los atentados...
"[...] por seguir sin garantizar la seguridad en Iraq"
[3]. El mensaje es claro.
Por un Iraq
soberano, integrador y democrático
Estos atentados no son una
acción de la resistencia:
1. La resistencia militar y
popular en Iraq se define como la alternativa a la estrategia
de fragmentación y ruptura confesional y sectaria de la
sociedad iraquí promovida por EEUU y sus aliados como
mecanismo de división y sometimiento del país,
y de justificación del mantenimiento de una ocupación
que es ilegal.
2. La resistencia militar y
popular en Iraq traza la línea divisoria interior entre
quienes aceptan y colaboran con los ocupantes y quienes se oponen
al proyecto de dominación neocolonial de éstos,
no entre comunidades religiosas o étnicas.
3. El proyecto de liberación
nacional en Iraq que representa la resistencia militar y social
a la ocupación es inseparable del proyecto democrático
e integrador para sus comunidades, grupos étnicos y colectivos
sociales en el marco de un Estado plenamente soberano, que preserve
la gestión pública y social de sus riquezas.
Apoyar este proceso es respaldar
la única posibilidad de reconstruir un Iraq auténticamente
democrático -más allá de una ficticia pluralidad
de partidos políticos sometidos todos ellos a la metrópoli-
que pueda al tiempo recuperar la esencia anticolonial que le
ha caracterizado históricamente: la de poner al servicio
de las generaciones futuras y el desarrollo del conjunto regional
sus riquezas naturales y la capacidad de sus hombres y mujeres.
Soberanía y democracia real son inseparables en la lucha
contra los ocupantes.
Todo nuestro apoyo para la
resistencia y el pueblo de Iraq

Notas:
1. Al-Jazeera,
2 de marzo de 2004.
2. Associated Press, 2 de marzo de 2004.
3. Reuters y Associated Press, 2 de marzo de 2004.
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