Mensajes de Ramsey Clark y Hans von
Sponeck al acto convocado por la CELSI sobre "Crisis económica
y política exterior de EEUU. Perspectivas para la izquierda tras
la elección de Bush", en el X Aniversario de la guerra contra
Iraq
(Ateneo de Madrid, domingo 4 de marzo de 2001)
"Estimados amigos, estimadas
amigas:
Deseo enviar mis felicitaciones y solidaridad a la CELSI con motivo de
los actos que han organizado este mes de marzo.
EEUU ha bombardeado Iraq con aviones y misiles de crucero con impunidad
desde el cese del fuego de 1991, hace ahora diez años. En la semana
previa al estreno de William J. Clinton como presidente de EEUU, el 20 de
enero de 1993, el presidente saliente George Bush autorizó una brutal
campaña de bombardeos contra Iraq. Al día siguiente, el 21
de enero, el presidente Clinton continuó la campaña de ataques
aéreos y bombardeos, mantenida durante los ocho años que estuvo
en el cargo. En uno de estos ataques, un gran número de misiles de
crucero fueron lanzados sobre Bagdad, alcanzando muchas instalaciones civiles,
entre ellas, el hotel al-Rachid de la capital, así como el hogar
de la más famosa pintora iraquí, directora además del
Museo de Arte Moderno, Leyla al-Attar.
Durante las miles de salidas aéreas ilegales y cientos de violentos
ataques sobre el indefenso pueblo de Iraq a los que hay que añadir
los pasajeros de un helicóptero de Naciones Unidas, EEUU no
ha sufrido un solo herido. Pese a ello y a que ninguno de sus aviones ha
sido nunca alcanzado, EEUU insiste en que debe atacar y asesinar civiles
iraquíes para proteger a su aviación, aunque carezca de derecho
alguno a sobrevolar Iraq. La aviación estadounidense, a la que ocasionalmente
se une la del Reino Unido para atacar objetivos en Iraq, es culpable de
violencia criminal y de crímenes contra la paz. Aquellos que ordenan
los vuelos y los ataques, así como los pilotos que ejecutan estas
órdenes, comenten actos criminales que causan la muertes a cientos
de personas.
Hace justamente dos semanas, la Administración de George W. Bush
lanzo su propio bombardeo contra Bagdad, el primero en años contra
la capital iraquí. Los hombres y mujeres del IAC se unieron en EEUU
a otros muchos en Oriente Medio y en todo el mundo para protestar contra
este criminal bombardeo, organizando manifestaciones en 25 ciudades estadounidenses.
El genocidio en Iraq causado por las sanciones del Consejo de Seguridad
que EEUU exige mantener y los ataques de los aviones y los misiles de crucero
estadounidenses contra el país continúan sin mengua. Con otros
50 ciudadanos estadounidenses, he realizado una encuesta nacional en Iraq
en enero de este año, durante mi duodécimo viaje al país
desde la imposición de las sanciones el 6 de agosto de 1990. Esta
encuesta confirma que las muertes causadas por las sanciones se han incrementado
por décimo año consecutivo, aunque la tasa de aumento haya
disminuido. Las condiciones generales de salud siguen deteriorándose,
aparentemente debido a los efectos acumulativos de una década de
graves carencias, pese a que la disponibilidad de comida y medicinas haya
aumentado ligeramente.
La Administración estadounidense comprende que la opinión
pública mundial no va a tolerar mucho más tiempo la prolongación
de las sanciones. Es por ello por lo que EUU está buscando credibilidad
para modificar el régimen de sanciones, mientras que su determinación
sigue siendo continuar controlando su aplicación y promover su reforzamiento
ante supuestas violaciones por parte de Iraq. Bajo la excusa de las inspecciones
de armas y falsas alegaciones de violaciones armamentísticas, EEUU
sistemáticamente ha frustrado cualquier alivio de las sanciones.
EEUU ha denunciado que el gobierno de Iraq está retrayendo comida
y medicinas a su propio pueblo, pero no ha podido probar tales acusaciones.
En realidad, el sistema iraquí de aprovisionamiento y distribución
alimentario ha evitado al pueblo aún más graves consecuencias.
Las sanciones deben ser levantadas completa e inmediatamente. Cada día
que las sanciones prosiguan añaden más muertos al más
grave genocido de la pasada década del que ha sido el más
violento siglo en la historia de la Humanidad.
Ramsey Clark, 2 de marzo de 2001"
"Diez años de
sanciones han logrado destruir un pueblo. La desinformación organizada
por aquellos que ostentan el poder ha ayudado a justificar el mantenimiento
de las sanciones. La batalla política prosigue a espaldas de un pueblo
inocente: son ellos los que pagan el doloroso precio de una estrategia errónea.
Los derechos humanos se han convertido en una moneda con dos caras. La ilegalidad
de una parte no justifica la ilegalidad de la otra.
La conciencia pública ha de elevarse para protestar contra la
prolongación del sufrimiento de una población inocente y contra
la violación de todas y cada una de las Leyes que la comunidad internacional
ha creado para proteger a quienes nada tienen que ver con el conflicto político.
Con mis mejores deseos
Hans von Sponeck" |