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Entrevista con Eilat Maoz, de la Coalición de Mujeres por la Paz

Un enfoque feminista no sionista sobre los acontecimientos de Gaza

Hoy día hay de hecho, sobre la mesa, no más de dos sugerencias bien conocidas para una solución política permanente: la solución de un Estado o la de dos Estados. Aunque resulta difícil estimar cuál de éstas sería más factible y en qué plazo, ambas “soluciones” pueden ser vistas apenas como un paso en el largo proceso de transformar las profundas estructuras de la desigualdad de poder en nuestras sociedades. (..) Una perspectiva feminista mira los esquemas complejos de las estructuras de poder y procura alterarlos radicalmente

Kathambi Kinoti
Traductora: Laura E. Asturias
AWAD

masacre

Kathambi Kinoti
AWID,13/03/2009

A lo largo del obstinado conflicto entre Israel y Palestina, la sociedad civil ha estado respondiendo activamente a las crisis y abogando por la paz y la justicia. AWID entrevistó a Eilat Maoz,[1] de la Coalición de Mujeres por la Paz, una organización israelí que trabaja a favor de la paz en Israel y Palestina.

AWID: ¿Cómo interpretas la reciente ofensiva del ejército israelí contra Gaza?

EILAT MAOZ: El ataque de Israel contra Gaza no nos tomó por sorpresa. De hecho, en los meses previos a éste, presenciamos un lento y constante intento, por parte del gobierno israelí, de aumentar la violencia en la región de Gaza. Muchas personas tienden a olvidar que Israel rompió el ‘tahadiah’ [cese al fuego] mucho antes de concluirlo oficialmente a finales de diciembre. Por ejemplo, en la noche del 4 de noviembre, cuando los ojos del mundo estaban puestos sobre las elecciones en Estados Unidos, Israel lanzó un bombardeo aéreo que provocó la muerte de seis personas palestinas. Israel también continuó endureciendo el sitio alrededor de Gaza, impidiendo que incluso los suministros humanitarios básicos entraran a la Franja, no se diga permitir que la gente cruzara los puestos de registro en una u otra dirección.

A medida que la atención política en Israel empezó a centrarse en las elecciones nacionales, las declaraciones populistas de los políticos se hicieron cada vez más comunes. “No descansaremos hasta que Hamas sea destruido” era la frase que se repetía sin cesar. En realidad, nadie se detuvo a cuestionar si esa meta siquiera es posible ni qué, exactamente, podía lograr un ataque.

Explicar por qué la idea de continuar la guerra se hizo tan popular en Israel requeriría de mucho más espacio del que esta entrevista permite. Sin embargo, parece que además del militarismo “usual” en la sociedad israelí, que puede observarse en cada esfera de la vida, esta vez hubo algo más. El celo respecto a iniciar un ataque puede verse como un intento por reconstruir el orgullo nacional tras la segunda guerra en Líbano, que en el chauvinista Israel fue considerada una vergonzosa desgracia. Asimismo, puede ser visto como el resultado del continuo estancamiento en el conflicto entre Israel y Palestina, así como de la también muy masculina noción de que “tenemos que determinar exactamente quiénes son nuestros enemigos y cómo planeamos lidiar con ellos”.
En todos estos sentidos, las personas de Gaza han sufrido a causa de un ataque que fue dirigido en su contra precisamente porque son pobres, débiles y apenas capaces de competir con el ejército israelí. Fue una guerra que buscaba ganar las más prosaicas ventajas políticas de cara a las elecciones, utilizando las vidas y el sufrimiento humanos de la manera más cínica posible. Fue una etapa adicional del intento de Israel por romper la resistencia popular palestina y mantener la constante ocupación. Ocurrió pese, y quizás incluso debido, al gradual desmoronamiento del sueño sionista nacionalista de un “gran Israel”, depurado de gente árabe.

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AWID: ¿Cómo han respondido las organizaciones de mujeres en Israel a la ofensiva y sus efectos?

EM: En años recientes, la Coalición de Mujeres por la Paz (CWP, por su sigla en inglés) se ha convertido en uno de los segmentos más prominentes del movimiento israelí por la paz y de la izquierda radical. La habilidad de la CWP para cooperar con una amplia gama de grupos y partidos políticos - comunistas y anarquistas, más regulares y más radicales, partidos y ONG, etc. - la llevó a ser la líder de las coaliciones entre diversos movimientos, que se han convertido en el principal modus operandi en estos difíciles tiempos.

Además de trabajar dentro de la coalición de movimientos de izquierda durante la guerra, también nos esforzamos por construir otra coalición - una de organizaciones feministas contra la guerra. En la primera semana de la guerra, la CWP logró que más de 20 organizaciones de mujeres firmaran una carta pública dirigida al Primer Ministro, en la cual manifestamos nuestra clara postura contra el ataque y la brutalidad. Una parte de la carta decía lo siguiente:
“Nosotras, organizaciones de mujeres por la paz desde un amplio espectro de posiciones políticas, exigimos el fin de los bombardeos y otras herramientas de muerte, y llamamos al inmediato inicio de deliberaciones para hablar de la paz y no hacer la guerra. La danza de muerte y destrucción debe llegar a su fin. Exigimos que la guerra deje de ser una opción, que la violencia no sea una estrategia ni la matanza una alternativa. La sociedad que queremos es una en la cual cada persona pueda tener una vida con seguridad - personal, económica y social. Es evidente que quienes pagan el más alto precio son las mujeres y otras personas en la periferia - geográfica, económica, étnica, social y cultural - que ahora, como siempre, están excluidas de la vista pública y del discurso dominante. El tiempo para las mujeres es ahora mismo. Exigimos que las palabras y acciones se conduzcan en otro lenguaje”.
Después organizamos varias protestas de mujeres - en Haifa y Tel Aviv - en las que confluyeron árabes y judías, algunas de ellas con posturas más centristas. Quizás lo más interesante fueron las actividades lideradas por un grupo de activistas de la CWP en el sur de Israel. Este grupo organizó varias protestas feministas en Be’er Sheva y Sderot (ciudades ubicadas en la zona blanco de cohetes) y una exitosa conferencia en el centro universitario Sapir en Sderot. Provenientes de los pueblos y ciudades que Israel presentó como totalmente a favor de la guerra, su voz fue un aspecto muy fuerte e importante del movimiento general de protesta.

AWID: ¿La Coalición de Mujeres por la Paz u otras organizaciones de mujeres israelíes han trabajado con organizaciones de mujeres palestinas, ya sea durante este reciente ataque o antes, para abordar el conflicto en curso?

EM: La Coalición de Mujeres por la Paz tiene una postura muy clara respecto a la importancia de mantener una alianza palestino-judía constante. En la actualidad no es fácil cooperar con organizaciones palestinas en los Territorios Ocupados, especialmente debido a la extrema separación física y al temor de normalizar la situación de la ocupación. Sin embargo, la CWP es una de las pocas organizaciones de paz en Israel que ha logrado mantener vínculos constantes con movimientos palestinos. Hemos organizado numerosas protestas de mujeres en relación con los puestos de registro y el Muro;[2] también somos parte de la Coalición contra el Muro. Además, antes, durante y después del ataque a Gaza, la CWP ha mantenido vínculos permanentes con sus socias en Gaza, sobre todo con el Centro de Salud Mental y Derechos Humanos de Gaza, dirigido por Eyad Saraj, y el Movimiento Gaza Libre. Nuestro trabajo conjunto se fundamenta en una lucha y agenda políticas que compartimos: la resistencia incondicional a la ocupación.
La CWP tiene un personal mixto palestino-israelí, con una estructura de dos Coordinadoras Generales - una judía y otra palestina. Dentro de Israel, la CWP trabaja sólo en coaliciones judeo-palestinas, coopera regularmente con organizaciones de mujeres palestinas y organiza todos sus eventos sobre la base de una representación igualitaria de palestinas y mujeres de otras comunidades marginadas.

AWID: ¿Cuál es la situación ahora que hay un cese al fuego y qué significa éste para las mujeres?

EM: ¿En realidad ha habido un cese al fuego, y por cuánto tiempo? Aunque el ejército israelí se ha retirado de la Franja de Gaza, ¿quién sabe cuándo volverá a enviar allá a sus tropas? ¿Cómo pueden las mujeres reconstruir sus vidas, y las de sus familias, cuando Israel sigue controlando las fronteras y negando el ingreso de suministros? A nosotras, todas estas preguntas nos parecen cruciales y nos obligan a continuar nuestra lucha, aun después de que la pólvora se ha hundido en la tierra.
Una de las cosas más aterradoras es el hecho de que 1.5 millones de personas despertaron el día después del ataque con un trauma que les durará toda la vida. Seguimos escuchando historias de niñas y niños que orinan sus camas porque aún tienen miedo de las bombas en la noche; de personas adultas que sufren todo tipo de síntomas del síndrome de estrés post-traumático, desde ira hasta una angustia insuperable; de desnutrición y de lesiones horribles que no reciben un tratamiento adecuado, simplemente porque los hospitales de Gaza no pueden proveerlo. Las mujeres padecen todos estos problemas, pero también son las encargadas de brindar cuidados, por lo que su sufrimiento es mucho mayor.
En Israel, las mujeres han padecido severas adversidades económicas, ocupacionales y emocionales debido a que todas las estructuras gubernamentales, incluyendo el sistema de bienestar social, han fallado en brindar ayuda a la población israelí durante los ataques de cohetes. La guerra dejó a muchas de estas mujeres en un estado de desesperación y también en la posición de tener que cuidar a sus dependientes, entre quienes a menudo hay hombres.

AWID: A tu criterio, ¿cómo se podría resolver permanentemente el constante conflicto entre Israel y Palestina?

EM: Hoy día hay de hecho, sobre la mesa, no más de dos sugerencias bien conocidas para una solución política permanente: la solución de un Estado o la de dos Estados. Aunque resulta difícil estimar cuál de éstas sería más factible y en qué plazo, ambas “soluciones” pueden ser vistas apenas como un paso en el largo proceso de transformar las profundas estructuras de la desigualdad de poder en nuestras sociedades. Es por ello que la CWP enfatiza un enfoque feminista integral en lo que concierne a la paz. Una perspectiva feminista mira los esquemas complejos de las estructuras de poder y procura alterarlos radicalmente.
Me parece que lo fundamental es recordar que el marco político - un Estado o dos Estados - es menos importante que su contenido. La pregunta principal es cómo se manifestarán los principios de ciudadanía igualitaria, participación democrática y justicia social en el Estado o los Estados que finalmente aparezcan en la región de Israel y Palestina. De modo que luchamos por esos valores básicos - para el presente, el mañana y los años por venir.

Información relacionada: Más entrevistas, artículos y recursos sobre el conflicto en Gaza están disponibles en
http://awid.org/eng/Issues-and-Analysis/Library/Further-information-on-the-conflict-in-Gaza.

Notas:
1. Eilat Maoz es una de las dos Coordinadoras Generales de la Coalición de Mujeres por la Paz. Leer más sobre la Coalición y sus actividades en http://www.coalitionofwomen.org.
2. Nota de la traductora: Se refiere al Muro de Cisjordania, construido por el gobierno de Israel. Ver: Amnistía Internacional, ‘Soportando la ocupación: la población palestina, bajo sitio en Cisjordania’ (Índice AI: MDE 15/033/2007), 4 de junio de 2007, descargable en
http://www.amnesty.org/
http://www.es.amnesty.org/paises/israel-y-territorios-ocupados/el-muro-de-cisjordania/.

Traducción del inglés: Laura E. Asturias