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TERRITORIOS / Latinoamérica
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Más vale encender una vela, que maldecir la oscuridad 1.- Eminencia, permítame que comience esta carta con un nuevo dicho sarraceno, que estoy seguro le será tan provechoso como el anterior y con el que, también en esta ocasión, estará de acuerdo. Lo hago desde el profundo convencimiento de que esta cultura, la sarracena, es la gran desconocida para usted y con la finalidad piadosa que pueda usted ir ampliando su ya basta cultura. Quién sabe si, con el tiempo, no podrá usted elaborar alguna teoría que sirva de soporte para el futuro de esos pueblos. 2.- Eminencia, yo escribí un artículo (1) recientemente en el que hablaba sobre usted y sus recetas para el futuro de Venezuela tras ser derrotada la propuesta de reforma constitucional. En ese artículo cometí un imperdonable error del que usted, con toda la razón, me acusa: dije que usted había tenido el atrevimiento de pedir la retirada de Hugo Chávez de la presidencia en un encuentro celebrado el mes de julio del año 2002 en la capital de México. Ello es falso puesto que, como muy bien indica usted (2), dicho encuentro se celebró el mes de marzo de ese mismo año. Por lo tanto, realizo un acto de contrición en público y reconozco que me equivoqué, que cometí el pecado venial de mentir, como muy bien dice usted. Eminencia, usted no pudo pedir la renuncia de Hugo Chávez de la presidencia de Venezuela cuando había fracasado el golpe de abril, como muy bien dice. Así que le pido, humildemente, perdón. Sin embargo, eminencia, usted debería tener la decencia de reconocer que en ese encuentro usted realizó una intervención polémica y cuestionable no sólo con respecto a Venezuela sino, también, a Colombia. 3.- Eminencia, está muy bien que usted en su artículo de respuesta al mío incluya tres puntos, como tres clavos con los que reforzar su respetabilidad, donde da a conocer algunos esfuerzos suyos para prevenir el golpe militar de abril de 2002. Pero usted, eminencia, debería haber recordado que en ese encuentro que yo saqué a colación –la vela del proverbio árabe- usted consideraba que la revolución bolivariana de Venezuela “ha perdido una batalla” y que, en consecuencia, “será necesario un repliegue táctico para recuperar fuerzas de cara a una contraofensiva”. Se refería usted, eminencia, a la amenaza de golpe. Eminencia, aquí tengo que echar mano, de nuevo, y espero no equivocarme otra vez, de las cartas que amigos desconocidos me han enviado desde otros confines: México, Ecuador, Colombia, El Salvador, Argentina y la propia Venezuela. Supongo que todos o la mayoría son pertenecientes a la secta de la que yo formo parte, como usted bien dice, la Cofradía Cibernáutica de las Narices Largas (CNN-L en adelante) y espero que no piense, de nuevo, que hay en marcha una conspiración con el ánimo de destruirle a usted o, si ello no fuese posible, difamarle. Demos por hecho que usted nunca, jamás, acaso ni ha pedido la renuncia de Chávez de la presidencia. Pero estos colegas de la CNN-L afirman que en su discurso, eminencia, la sensación que dejó entre quienes lo oyeron fue otra y que usted habló de la “enorme merma de poder” que se había producido en Venezuela durante los últimos meses –antes del golpe de abril de 2002- y de la “enorme debilidad” en que estaba Chávez, entre otras cuestiones. Así que, eminencia, o usted no es tan claro como cree en sus argumentaciones o la gente que lo escucha es demasiado torpe para comprender sus análisis. 4.- Eminencia, me arriesgo de nuevo a ser enviado a los infiernos por usted en otro artículo pero ahora, al igual que entonces –bien es cierto que en esa ocasión cometí un error-, confío en lo que me cuentan mis correligionarios de la CNN-L. Bien sabe usted que en este nuestro oficio, el mío bastante más modesto que el suyo, hay varias sectas. Reconózcame, entonces, que usted pertenece a la Cofradía del Ego Absoluto y la Verdad Revelada (en adelante CEA-VR) y que es, además, uno de sus más conspicuos representantes. Ya sabe usted, eminencia, que la CNN-L es bolchevique –no se asuste, es sólo para utilizar el término mayoritario- y la CEA-VR menchevique –no se asuste tampoco, es sólo para utilizar el término minoritario-. 5.- Eminencia, en ese encuentro de México usted no sólo habló de Venezuela. También de Colombia. Y aquí, de nuevo, usted fue polémico y cuestionado. Tanto que desde la Agencia de Noticias Nueva Colombia (ANNCOL) se le criticó. Ya sé que usted me va a repetir lo mismo, que es una calumnia, que son ganas de difamarle y que todo forma parte de una conspiración judeo-masónica para derribar su teoría sobre el socialismo del Siglo XXI, pero tal vez sea porque ANNCOL forma parte de la CNN-L. Según el reporte de ANNCOL que me ha enviado desde Colombia un correligionario de la CNN-L se puede leer que “en su intervención, el profesor Heinz Dieterich, de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, contrasta con las expresiones de solidaridad y apoyo a las luchas de los pueblos latinoamericaribeños al decir que la sociedad que pretende construir las FARC-EP con su pueblo no tiene futuro, basándose erróneamente en otros casos como el de Nicaragua y El Salvador, opinando lo mismo con el actual proceso venezolano”. Eminencia, reconozco mi desconocimiento de cómo terminó esta polémica, si la hubo, puesto que en la página de ANNCOL no he encontrado ninguna referencia a este enfrentamiento entre usted y ANNCOL, así que si tiene a bien puede escribir otro artículo, con otros tres puntos a modo de tres clavos para reforzar su credibilidad, en la que ilustre a los integrantes de la CNN-L en fin de toda esta historia.
7.- Eminencia, aquí tengo que salir en defensa del Centro de Estudios Políticos para las Relaciones Internacionales y el Desarrollo (CEPRID) con el que colaboro. Dice usted, sarcásticamente, que bendita sea la institución que tiene analistas como yo. Hace usted bien, puesto que es una institución joven, de sólo ocho meses de vida y comete errores a buen seguro. Como el tenerme a mí como analista. Pero, eminencia, yo puedo decir lo mismo de la Universidad Autónoma de México respecto a usted. ¡Qué pensar de una institución que mantiene en su puesto a un profesor que categoriza sobre la práctica desaparición de Rusia considerando un hecho su integración en la OTAN y la UE! -¿recuerda, eminencia?-, por poner sólo un ejemplo. Supongo que sus alumnos ya están acostumbrados a que se pueda decir con absoluta certeza que tal cosa va a ser así y que, cuando no es, afirmar justo lo contrario y escribir una nueva categorización sobre ello, con unos cuantos puntos a modo de clavos para reforzar su respetabilidad . No en vano es lo que suelen hacer, eminencia, los integrantes de la Cofradía del Ego Absoluto y la Verdad Revelada (CEA-VR) de la que usted es uno de sus más conspicuos representantes. Porque, eminencia, no quiero creer que usted vaya a su clase y diga que usted es quien tiene razón porque cuenta con el don de la infalibilidad y es Rusia la que se equivoca al no haberse echado en brazos de la OTAN y la UE como usted vaticinaba. Pero quien sabe, puesto que todo puede ser entre los integrantes de la CEA-VR cuando se infalibilidad se trata. 8.- Eminencia, eso me recuerda algo ocurrido en mi época de estudiante, primero en la facultad de Ciencias de la Información y, más tarde, en la de Ciencias Políticas y Sociología. Corría el año 1991 y hacía yo el curso de doctorado. Recuerde, eminencia, que fue el año de la desaparición de la Unión Soviética. Uno de los profesores, catedrático para más señas, que me daban el curso vaticinó, sin sombra de duda alguna, que Cuba iba a caer en seis meses puesto que le faltaba su soporte principal. Años más tarde, dicho profesor y yo coincidimos en un curso de verano sobre Cuba. Imagínese usted qué tipo de curso sería teniendo a un mal analista como yo. Este profesor, también integrante de la CEA-VR, dijo que él no había dicho nunca eso, que lo que yo decía era una calumnia y que él nunca, por supuesto, había dudado de que Cuba fuera a salir de tan difícil situación. Ya ve, tengo mala fortuna con los profesores. Persisto en el error de enfrentarme a lo que algún buen amigo, integrante de la CNN-L, califica como “peso pesado”. Pero yo, con mi velita, intento alumbrar antes de maldecir. Supongo que como usted, no lo dudo. Sólo que debemos alumbrar caminos opuestos. 9.- Eminencia, a usted lo que le duele es que alguien cuestione su Socialismo del Siglo XXI. Mientras que lo otro es un pecado venial, para usted esto es un pecado mortal. Hay que atajar de raíz cualquier atisbo de crítica y el sólo hecho de alguien pueda decir que “por el momento está vacío de contenido” le provoca un escalofrío que le recorre toda la espina dorsal. Un escalofrío que parte de México y llega, por ahora, a Cochabamba. Allí una amiga argentina, integrante de la CNN-L, también le comentó algo parecido y usted contestó con una cierta altanería. ¿Recuerda, eminencia? Fue el año pasado. ¿Quiere un dato? Esta amiga es una histórica del movimiento revolucionario argentino, con bastantes años a sus espaldas y mucha represión y vejaciones sufridas, además del exilio cuando pudo, durante su combate contra la dictadura militar. 10.- Eminencia, se habrá fijado en que yo también estoy poniendo puntos. A modo de su compatriota Lutero, me atrevo a colocarlos en el portal del CEPRID y en aquellos portales que tengan a bien reproducirlos como una invitación abierta a debatir algunos asuntos, como el del Socialismo del Siglo XXI en el que no entro ahora por no hacer esta respuesta demasiado larga. Supongo que tiempo habrá. Una de esas cartas llegadas desde Venezuela que le comentaba se extiende sobre su teoría del Socialismo del Siglo XXI y dice que “su planteamiento de la economía de las equivalencias y los genios matemáticos que le acompañan me parece teóricamente muy pobre”, entre otras cosas. Ya ve, hay otra gente en el mundo que no piensa como usted. Y supongo que usted entenderá que sí cuestiono directamente su infalibilidad en ésta como en otras cuestiones. 11.- Por último, eminencia, le recomiendo un poco de humildad y que aleje de sí la vanidad, la altanería y la prepotencia. Reconozco que le será algo difícil, pero no hay nada imposible. Y permítame que este mal analista le de apunte algún elemento que pueda utilizar en sus futuros escritos y que no entiende cómo se le pudo pasar a alguien tan perspicaz como usted a la hora de escribir nada más perderse el referéndum sobre la reforma constitucional: en Venezuela el peligro no está en un hipotético referéndum revocatorio contra Chávez en el año 2010, como usted dice en el artículo que yo critiqué, sino en las elecciones para alcaldes y gobernadores que se producirán en el mes de octubre de 2008. La oligarquía está crecida tras el triunfo en el referéndum y, ahí sí, va a convertir ese evento en un referéndum sobre Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana. Puede usted utilizar este dato sin problemas, aunque de nuevo me cambie el nombre. Humildemente, un tal Alberto Cruz. Notas: (1) http://www.nodo50.org/ceprid/territorios/la/la99.htm (2) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=60661 (3) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=10582 (4) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=10122 Alberto Cruz es periodista, politólogo y escritor especializado en Relaciones Internacionales.
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