Todo parece apuntar a que el 2000 va a ser el año del despliegue
total
de Internet. Durante todo el 99 se ha venido gestando una
operación
que en la superficie tiene bastante de mediática y en su base es un
movimiento de pieza de gran calado en el que participan unas cuantas
megacorporaciones económicas, verdaderos centros de poder real a
nivel
mundial, dentro y fuera del mundo de la comunicaciones. El año ha
amanecido con la fusión de America On Line, Time Warner, a las que se
sumaba hace unos días Emi, creando un inmenso imperio comunicativo
que
aspira a hacerse con una buena parte del mercado del cable, internet,
música y televisión. Más de andar por casa pero interesante dentro de
este proceso fué el lanzamiento y despegue del portal de telefónica
en
internet (Terra) que aspira a convertirse en el mayor proveedor de
servicios en la parte de la red que todavía piensa en castellano.
Sin entrar en detalles (los billones han salido repetidamente en
todas
las portadas de telediarios, radio y prensa), lo que deberíamos sacar
en
claro de todo esto es la tendencia que se da en el mercado de las
comunicaciones que pretende convertir Internet en el terreno
paradigmático de comunicación social dentro del cual se ha de
vivir,
pensar, vender, comprar, estudiar, descansar, ligar, vivir. El diseño
físico de la red, su naturaleza horizontal y la facilidad de acceso
que
garantiza la irrupción en masa con bajos conocimientos técnicos,
anima
al mercado a embarcarse en la construcción de lo que se está
empezando
a conocer como empresa total que se haga cargo de todo tipo de
demanda
y satisfaga, en un proceso a medio plazo, la inmensa mayoría de
necesidades oportunamente creadas y alimentadas. Desde el menu de un restaurante hasta asistencia
psicológica. De la programación basura de la TV a la retrasmisión
en
directo del fin del mundo. Snuff movies con música clásica de fondo
o
los secretos mejor guardados de la zoofilia no antropocéntrica.
Si bien estamos ante una tendencia real en la que comienza a
implicarse a un amplio conjunto de sectores sociales (las amplias clases medias y sectores profesionales) , deberíamos
hacer un esfuerzo por situarla dentro de lo que son las pautas de
producción y de consumo de este mundo en el que nos ha tocado ver pasar
un
siglo y nacer otro nuevo; el tiempo de la globalización y del
capitalismo postfordista que permite diseñar estrategias
productivas
orientadas al consumo de determinados nichos sociales ( el consumo de
masas uniformador y "democratizante" pasó a mejor vida junto al
estado
del bienestar) que garantizan beneficios inmensos sin necesidad de
que
implicar a la gran mayoria de la población de un país o del mundo.
Es
más: todo el despliegue que se ha hecho a nivel mediático en los dos
últimos años sobre la sociedad de la información, la red de redes y
el
ciberespacio, oculta que lo que se ha ido creando es un territorio
de
producción cultural y consumo, de ámbito mundial y orientado a las
clases medias y sectores profesionales del mundo desarrollado que por
su
peso demográfico y poder adquisitivo se convierten en el objetivo a
batir. Lo demás es una pura y simple campaña de marketing que
presenta
un fenómeno que se explica dentro de una estrategia de mercado, como
una
supuesta experiencia universal, democratizante e igualitarista. No
olvidemos que el acceso a la red es absolutamente prohibitivo para
más
del 80% de la población mundial, que la tendencia es la de reducir
aún
más el cerco entorno al occidente desarrollado y que una nueva
barrera
de exclusión social se está levanatando frente a aquellos que no
disponen ni dispondrán de acceso al medio que, paradójicamente se
está
convirtiendo en el espacio convencional y formal por excelencia de la
comunicación social. De aquí a poco se nos va a intentar convencer de
que fuera de la red no hay nada, lo que significaría dejar fuera de
la
realidad (virtual) a la mayoría de la población mundial (que vive y
sufre en la realidad real: la jodida supervivencia del dia a dia).
Aunque no lo parezca, no es catastrofismo lo que destilan estas
líneas,
sino lo que entendemos como un análisis de tendencias globales ,
urgente
pero imprescindible para no perderse en los laberintos de la red.
Sin
duda, el nacimineto y el desarrollo de Internet en los últimos años
(o
meses) es mucho más de lo que hemos intentado introducir en estas
notas
rápidas y de hecho nuestra experiencia cotidiana en en ciberespacio
coincide con muchas otras que trabajan duro por crear espacios de
subversión y resistencia frente al mercado y al poder, rescantando
entre el barullo y la niebla que impera, discursos y prácticas de
transformación social. Existe una determinada relación de fuerzas entre el mercado y los movimientos sociales en la red que ni mucho menos es estática, puede y debe replantearse y redefinirse a través de la acción colectiva y el trabajo en red de los agentes sociales revolucionarios. Pero esa es otra historia. La escribimos dia
a
dia en lás páginas de nodo50.
Nodo50: http://www.nodo50.org
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